Tal día como hoy, 3 de diciembre de 1798, en España se comienza a inocular la vacuna antivariólica.
En los últimos años del siglo XVIII, ya se practicaban inoculaciones en España. Sin embargo, las primeras vacunaciones siguiendo el método de Jenner, las llevó a cabo Francesc Piguillem, el 3 de diciembre de 1800 en Puigcerda -Barcelona--,usando fluido vacuno traído expresamente desde París
Desde ese momento, la vacunación se extendió rápidamente, inicialmente al centro de la península, Aranjuez y Madrid, y después a las demás regiones.
Los estudios históricos y las referencias periodísticas, indican que en España la oposición a la vacunación de la viruela, fue sensiblemente menor que otros países europeos y del norte de América.
El 17 de enero de 1903, el ministro de la Gobernación, Antonio Maura, reconocía que la viruela seguía haciendo estragos en España, mientras estaba casi extinguida, en otros países europeos, y promulgó un decreto, recordando que era obligatoria, la vacunación en caso de epidemia y especificando los deberes, de cada autoridad local y las sanciones, por incumplimiento.
Se consideraba, que había un brote epidémico y por tanto era obligatoria la vacuna, desde que en el distrito municipal, exista pluralidad de enfermos variolosos o las defunciones por viruela, pasen de 1 por 1000.
En la primera década del siglo XX se registraban, En España, entre 2000 y 7000 muertes por viruela cada año. Tras la primera disposición, de obligatoriedad de la vacunación en 1903, hubo de esperarse hasta finales de la década de 1920 para ver reducir, la incidencia de la enfermedad. Durante y los primeros años, después de la Guerra Civil, se registró un nuevo repunte de casos.
La Ley de 25 de noviembre de 1944, de Bases de Sanidad Nacional estableció, que "Se declaran obligatorias, las vacunaciones contra la viruela y la difteria, en la forma que determinarán los reglamentos. En todas las demás infecciones ,en que existan medios de vacunación, de reconocida eficacia total y parcial y en que ésta no constituya peligro alguno, podrán ser recomendados y, en su caso, impuestos por las autoridades sanitarias".
En 1954 se declaró la eliminación de la viruela en España (tras los últimos casos autóctonos en 1950) y en octubre de 1979 se publicó en el BOE la suspensión de la vacunación obligatoria.
Desde 1964, el número de dosis administradas cada año, se mantuvo por debajo del millón de dosis. A partir de 1972, la reducción fue acusada y progresiva, residual desde 1980, para cesar completamente en 1984.
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