Tal día como hoy, 21
de diciembre de 1605, zarpa del puerto del
Callao, actual Perú, las tres naves que conforman la expedición de
Pedro Fernández de Quirós, constituida por unos 300 integrantes,
entre marineros y soldados.
A finales de enero de 1606, descubrirán la mayor parte de las islas Nuevas Hébridas, el archipiélago de la actual República de Vanuatu. Los europeos no se asentarán en las islas, hasta finales del siglo XVIII.
Pedro Fernández de Quirós o Fernandes de Queirós, fue un navegante portugués al servicio de España. Tomó parte en la expedición de Mendaña, a las islas Salomón y las Filipinas en 1595. En una expedición posterior, salió de Perú al mando de tres naves en 1605 y descubrió las Nuevas Hébridas.
Trasladado a Perú a finales del siglo XVI, Pedro Fernández de Quirós, participó como piloto mayor en la expedición que, encargada por el virrey García Hurtado de Mendoza a Álvaro de Mendaña, llegó a las islas Filipinas, en febrero de 1596, después de que Quirós sustituyera en el mando al fallecido Mendaña, quien había descubierto las islas Marquesas, en julio de 1595 y de Santa Cruz, en dicho viaje.
A su regreso a Lima, se propuso ahondar en los descubrimientos de Mendaña y marchó a España, con el objeto de obtener financiación, para nuevas expediciones.
En Roma, y por mediación del duque de Sessa, obtuvo una entrevista con el papa Clemente VIII, quien a su vez le recomendó ante Felipe III. Obtenidas las cédulas precisas, se embarcó en Cádiz, con destino a Nueva España, en la escuadra que transportaba al virrey Juan de Mendoza y Luna,. En 1605 llegó a Lima -Perú- cuyo virrey, Gaspar de Zúñiga y Acevedo,le proporcionó tres navíos, con los que partió en diciembre de 1605, del puerto de El Callao.
Acompañaban a Fernández de Quirós en esta travesía, el marino Luis Váez de Torres y el poeta Luis de Belmonte Bermúdez, probablemente autor de la obra Historia, del descubrimiento de las regiones Australes. Desvió la ruta inicial, que les hubiera llevado a Nueva Zelanda o Australia, y tras cinco meses de navegación, llegó a la isla que denominó Australia del Espíritu Santo, -en la actualidad, isla del Espíritu Santo, en Vanuatu, antiguas Nuevas Hébridas-, de la que tomó posesión.
En esta isla, fundó una ciudad imaginaria, que denominó Nueva Jerusalén y creó la Orden de Caballería del Espíritu Santo, por la que hizo caballeros a sus compañeros de expedición, hechos por los que Arnold Good en su obra "The discovery of Australia" le denominó, el Quijote del Océano.
Como los indígenas daban muestras de hostilidad, en junio de 1606 salió con la flota de la isla, pero cambió de parecer y ordenó regresar a la bahía, para invernar en la misma; una fuerte tempestad, dispersó sus navíos, alejando el de Fernández de Quirós de la isla, por lo cual y debido a la presión ejercida por la tripulación, hubo de continuar rumbo a México, donde recibió numerosas acusaciones y apenas pudo reunir, los recursos suficientes, para volver a España y dar cuenta de su misión al rey.
Llegó a la Corte en octubre de 1607 y solicitó una nueva escuadra al rey, quien le ofreció la suma de 500 ducados; después de nuevas entrevistas, por una Real Cédula de octubre de 1614, el monarca ordenó al virrey de Perú Francisco de Borja y Aragón, que le preparase una armada a su llegada a aquellas tierras. Sin embargo, su empeño no pudo verse satisfecho, ya que falleció a su llegada a México.
El nombre de Pedro Fernández de Quirós, se recuerda hoy en Australia ,
porque hay muchos autores que defendían la teoría, de que Quirós
descubrió Australia, mucho antes que Willem Janszoon, Abel Tasman o James
Cook . Entre ellos se encontraba el arzobispo de Sídney, y así se
enseñó, en las escuelas católicas, durante muchos años.
Basándose en esta creencia, el poeta australiano James McAuley, escribió
un poema épico llamado Captain Quiros -Capitán Quirós- en 1964, en el
que muestra a Quirós, como un mártir por la causa, de la civilización
cristiana católica.
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