Nacido en el seno de una familia de la alta burguesía criolla, en 1780 ingresó en el convento de los dominicos de México, para después pasar al colegio de Porta Coeli, donde estudió Filosofía y Teología, recibiendo el título de doctor, en esta última disciplina.
Comenzó a ejercer como docente, dando muestras de sus excepcionales dotes como predicador, actividad que marcó el inicio de las múltiples aventuras, que protagonizó. Su accidentada vida, que él mismo contribuyó a difundir y magnificar, con sus escritos, ha desviado frecuentemente, la atención de su novedoso pensamiento político: una ideología en la que se integraba, el pasado prehispánico al constitucionalismo español, para la construcción de la nueva nación mexicana.
El 12 de diciembre de 1794, pronunció un polémico sermón, en el que dudaba de la veracidad, de las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego, afirmando la existencia, de un cristianismo prehispánico. El sermón le valió al fraile, ser detenido y procesado, siendo condenado al destierro en España, por espacio de diez años, inhabilitado para predicar y enseñar y despojado, del título de doctor.
Llegó a Cádiz en 1795, desde donde fue conducido al convento de Las Caldas (Santander). Logró fugarse, pero fue interceptado y recluido, en el convento de San Pablo (Burgos), hasta 1796, año en que fue indultado por intervención del prior, afín a Mier ideológicamente. Viajó a Madrid y pidió que el Consejo de Indias, revisara su caso, pero no tuvo éxito y en 1800 fue enviado nuevamente a un convento, esta vez en Salamanca, y de nuevo desobedeció las órdenes, por lo que fue detenido otra vez y encerrado en el convento de franciscanos de Burgos, de donde.logró fugarse, esta vez con éxito, y huyó a Bayona.
En 1802 viajó a Roma, donde pidió audiencia con el Papa y Mier afirma que le fue concedida la secularización, aunque no existen documentos que lo prueben. Regresó a Madrid en 1803, siendo nuevamente apresado, a causa de una sátira en defensa de México de la que fue autor.
En 1809, ejerció como cura castrense y capellán del batallón de voluntarios de Valencia, participando incluso, en algunos combates de la Guerra de la Independencia. Fue hecho prisionero por los franceses, escapando al poco tiempo. La regencia de Cádiz le ofreció una pensión, que Mier rehusó aceptar.
En 1811, tras el levantamiento independentista de Hidalgo en México, viajó a Londres para ganar adeptos, para la causa independentista. En la capital británica, entró a formar parte de la Logia Lautaro, que tenía como finalidad ,actuar a favor de la Independencia americana, y conoció a Blanco White y al padre Mina.
Con este último regresó a Nueva España, donde se posicionó a favor de los insurrectos, por lo que fue aprehendido por los realistas, en la rendición de Soto la Marina. En Ciudad de México, fue recluido en la prisión de la Inquisición. Al disolverse esta institución, en 1820, el caso de Mier no había sido resuelto. Considerado peligroso, fue nuevamente condenado al destierro en España, pero huyó durante el trayecto a La Habana.
Regresó a México, ya independiente, en 1822. Se libró de ser procesado gracias a que fue reconocida su intervención, a favor del movimiento de emancipación. Actuó como diputado por Nuevo León, su estado natal. Al ser coronado Iturbide Emperador, Mier fue detenido por considerárselo contrario al Imperio. Fue liberado tras la sublevación republicana de 1823.
El primer presidente de Maxico, Guadalupe Victoria, le ofreció alojamiento en el palacio presidencial y le asignó una pensión vitalicia, que fue su medio de vida hasta 1827, año de su muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario