sábado, 30 de mayo de 2015

Juana de Arco, quemada como hereje y luego santificada.

Tal día como hoy 30 de mayo de 1431, Juana de Arco es quemada viva en Ruan -Francia - por la iglesia católica, que luego la haría santa.

Juana, es una  Santa y heroína francesa, que nació en el seno de una familia campesina acomodada, y su infancia transcurrió durante la llamada “Guerra de los Cien Años” que enfrentó al primogénito de Carlos VI de Francia, con Enrique VI de Inglaterra en la lucha por el  trono francés, lo cual causó la ocupación de buena parte del norte de Francia, por las tropas inglesas y borgoñonas.

Cuando tenía trece años, Juana confesó haber visto a san Miguel, santa Catalina y santa Margarita y declaró que "sus voces la exhortaban a llevar una vida devota y piadosa" y unos años después, se sintió llamada por Dios a una misión que no parecía al alcance de una campesina analfabeta: dirigir el ejército francés, coronar como rey al futuro Carlos VII  y expulsar a los ingleses del país.

Así pues, con 17 años, Juana convenció al rey,  para expulsar a los ingleses de Francia y éste, no sin haberla hecho examinar por varios teólogos, accedió a confiarle el mando de un ejército de cinco mil hombres, con el que Juana consiguió derrotar a los ingleses y levantar el cerco de Orleans, en mayo de 1429 y a continuación, realizó una serie de campañas victoriosas que permitieron la coronación del monarca francés, como Carlos VII de Francia, en Reims.

Acabado lo que ella entendió como su cometido, Juana dejó de oír sus voces interiores y solicitó volver a casa, pero ante la insistencia de quienes le pedían que se quedara, continuó combatiendo, en un infructuoso ataque contra París y luego en el asedio de Compiègne, donde fue capturada por los borgoñones, en mayo de 1430, y entregada a los ingleses .

Juana de Arco fue entonces trasladada a Ruán y juzgada por un tribunal eclesiástico, acusada de brujería, donde los clérigos a las órdenes del obispo Cauchon - obediente a los ingleses - la condenaron por herejía, argumentando que “las voces que le hablaban procedían del diablo”, con lo cual se pretendía presentar a Carlos VII para desprestigiarlo, como seguidor de una bruja .

Tras un proceso inquisitorial de tres meses, fue declarada culpable de herejía y hechicería y pese a que ella había defendido siempre su inocencia, acabó por retractarse de sus afirmaciones, y ello permitió conmutar la sentencia de muerte inicial por la de cadena perpetua.

Sin embargo, pocos días depués, recusó la abjuración y reafirmó el origen divino de las voces que oía, por lo que,  fue condenada a la hoguera, siendo quemada viva, en la plaza del mercado viejo de Ruan,  el 30 de mayo de 1431, a los 19 años, aunque durante años corrió el falso rumor  de que  no había muerto en la hoguera, sino sustituida por otra muchacha, para casarse posteriormente.

La mayoría de los datos sobre su vida se basan en las actas de aquel proceso pero, están desprovistos de crédito pues, fueron sometidos a multitud de correcciones por orden del obispo Cauchon, así como a la introducción de datos falsos, hasta el extremo de que se afirma, que durante los interrogatorios, había secretarios escondidos detrás de las cortinas de la sala esperando instrucciones para borrar o agregar datos a las actas.

El 8 de abril de 1456, el Papa Calixto III - el español Alfonso de Borja- dispuso se reabriera el proceso siendo reconocida ese mismo año la inocencia de Juana, y en la causa se declaró herejes a los jueces que la habían condenado, hasta que, finalmente, en 1920 fue beatificada y luego declarada santa por el Papa Benedicto XV y  el mismo año, proclamada patrona de Francia.

No hay que olvidar que, en todo el proceso,  fue la misma iglesia católica quien la condenó y luego la santificó, por lo que parece evidente que en una de las dos ocasiones, su presunta infalibilidad, no debió existir.

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