martes, 19 de mayo de 2015

Rocroi, el día en que se puso el sol para los tercios españoles.

Tal día como hoy 19 de mayo de 1643, los tercios españoles sucumben en la Batalla de Rocroi.

A lo largo de los siglos, se han escrito crónicas y cronicones de esta batalla, pero la Historia ha ido aclarando muchas cosas y poniéndolas en su sitio, al dar pistas suficientes para que hoy se pueda construir bastante aproximadamente, el relato de aquella carnicería.

Esta batalla ocurrió entre el ejército francés al mando de Luis II de Borbón-Condé,  y el español a las órdenes del portugués Francisco de Melo, y duró cerca de seis horas, terminando con la victoria francesa.

Se la considera como el principio del declive de los Tercios españoles, aunque no era esta la primera vez que estos habían sido derrotados y una visión más actual, ha demostrado que pese a la derrota, los Tercios aún mantuvieron un alto grado de eficacia, si bien es cierto que su esplendor y brillo nunca alcanzó cotas pasadas.

En Rocroi, los alemanes y valones, tras padecer grandes pérdidas, se desorganizaron y los italianos, pese a no sufrir baja alguna, se retiraron del campo de batalla.

Solo los tercios españoles, abandonados por su general, soportaron, a pie firme y campo abierto, las cargas de la caballería francesa, no obstante por su bravura en la lucha, se ofreció una negociación honrosa; respetar su vida y la libertad de los todavía supervivientes, dejarles ondear sus banderas y portar sus armas, e incluso si querían tomar el camino de España, tenderles un puente de plata para que lo hicieran.

Algunos aceptaron, pero la mayoría siguieron -ya sin cañones- hasta que finalmente, no perdieron el honor ni el orgullo, y los franceses fieles a su generosa oferta de rendición, cumplieron su promesa, pero muchos nunca volverían y quedaron, desaparecidos pero inmortales, en las arenas de Rocroi, consiguiendo salir los supervivientes solos, con una rendición honrosa, con estandartes, armas y pertrechos hacia España.

En Rocroi, los tercios recibieron de pleno, pero aun destrozados los españoles también les dieron lo suyo, exactamente hasta la última gota de sangre y tras casi cuatrocientos años después, no se olvida que las tierras de Rocroi fueran regadas por su sangre, en un derroche de valor y gallardía como pocas veces se han conocido, pues se ha dicho, creo que con justeza, que en Rocroi se perdió todo, menos la vergüenza y el honor.

El cuadro “Rocroi, el último tercio” de 2011, del pintor barcelonés Augusto Ferrer-Dalmau, retrata los últimos momentos de la batalla y representa al último tercio español superviviente, mientras espera la acometida de la artillería y los caballeros franceses, que habían hecho huir o aniquilado al resto del ejército español.

El cuadro, con técnica meticulosa, presenta unos soldados de gesto y postura gallarda y valiente, con rostros en los que se dibuja la resignación a la derrota, pero el deseo de conservar intacto un honor, que se habían ganado en siglo y medio de victorias.

El escritor y académico Arturo Pérez-Reverte, dice de él “El cuadro retrata a la pobre y dura España de toda la vida; el desordenado palilleo de picas que eriza la formación, tan diferente a las victoriosas lanzas que pintó Velázquez. Y sobre todo, la expresión de los soldados que miran al enemigo-espectador con rencor homicida.”

En la película “Alatriste”, basada en la serie de novelas de este escritor, se recoge en su escena final, los momentos últimos de esta batalla.

Como siempre, los gobernantes, no supieron estar a la altura y solo el pueblo - a través de sus soldados - dio muestras de sacrificio y valentía, como tantas veces a lo largo de nuestra historia. 


Himno de los tercios: https://www.youtube.com/watch?v=WAMkb6QgyMs

No hay comentarios:

Publicar un comentario