jueves, 14 de mayo de 2015

La historia de la esclavitud en Hispanoamérica

Tal día como hoy 14 de mayo de 1524, se implanta en Nueva España - actual Centroamérica - “el hierro real” usado para marcar - tan ignominiosa como salvajemente -  a los esclavos y al que se denominaba "hierro de rescate".

Antes de la llegada de los españoles, la esclavitud existía ya entre los indígenas, aunque no de modo generalizado y con un carácter social y, en los primeros años de la conquista, se estableció como institución jurídico-penal, basada en la denominada “captura en guerra justa”, mediante “expediciones de salteo” o por compra de esclavos, preferentemente mujeres y niños,

Aunque la institución de la esclavitud indígena, fue de corta duración en Nueva España, al principio fue generalizada, pero después, por una parte debido a la drástica disminución de la población,  entre otras razones por la introducción - por desconocimiento- de enfermedades desconocidas para los indígenas, ante las que carecían defensas y por otro lado, al trato de los colonizadores,  dio lugar a lo que algunos han denominado “catástrofe demográfica”, y otros incluso genocidio, sobre todo en los primeros 130 años de colonización, ya a que a mediados del siglo XVI fue prohibida por las Leyes Nuevas.

Al principio, se dictaron normas que establecían que los indios rebeldes fueran esclavizados, por el hecho de haberse rebelado y que el castigo sirviera para reparar la ofensa, pagar los daños y los gastos hechos en la captura y tras ser apresados, eran marcados en la cara con un hierro candente con la letra “G”, para indicar que la guerra fue la causa que originaba su esclavitud.

No obstante, de entre las potencias colonizadoras, España fue posiblemente la menos esclavista de todas, como consecuencia de la firma del Tratado de Tordesillas en 1494, que impedía de manera definitiva, el transporte de esclavos desde África.

Frente al vacío legal de los primeros tiempos de la colonización, debido a las protestas realizadas, entre otros, por el fraile español Bartolomé de las Casas, en 1537 se promulgó la bula Sublimis Deus del papa Pablo III, en la que se declaraba la “humanidad de los indígenas”, en vista de lo cual, se estableció el eufemístico sistema de la “encomienda”, en base a la cual los indígenas eran "encomendados" a trabajar obligatoriamente para los españoles.

Estos tenían obligación de cristianizar y tratar dignamente a los indígenas, pero según los testimonios de la época, la segunda de estas obligaciones era frecuentemente incumplida sin recibir por ello, sanción el colono.

El diputado español Isidoro de Antillón, en 1813 en las Cortes de Cádiz, pronunció un discurso en favor de la abolición, que enfureció a muchos, he hizo que fuese prácticamente linchado en las calles de Cádiz, muriendo al año siguiente, según se dice, a consecuencia de las heridas, llegado la abolición legal de la esclavitud en España, en 1837, aunque excluía a los territorios de ultramar, dada la presión de la oligarquía de Cuba y Puerto Rico que amenazaron con anexionarse a Estados Unidos si de abolía.

La esclavitud en América no fue formalmente abolida y de una manera definitiva, hasta 1886.

(Fragmento del libro de Fray Diego Durán, dominico -”Historia de las Indias de Nueva España”): “De los cuales esclavos conocí yo en casa de deudos míos, herrados en la cara, con letras que decían el nombre de quien los había vendido, y aunque yo no alcancé el herrar esclavos con hierros calientes en el rostro, como hierran caballos encerrados en el corral, como ahora los encierran en los repartimientos, empero, vilos herrados con el hierro señalado en los rostros, y por intercesión de los religiosos los vide después libertar en tiempo del cristianísimo virrey don Antonio de Mendoza.” 


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