Relación efemérides históricas; cuentos, reflexiones, poesias...
martes, 30 de junio de 2015
Los últimos españoles que lucharon en Filipinas.
Tal día como hoy 30 de junio de 1898, una patrulla de soldados españoles cae en una emboscada en Baler -Filipinas - comenzando el Sitio de Baler, que se prolongará durante 337 días.
En 1896 la sociedad secreta filipina “Katipunan” inició un levantamiento contra los españoles pero a finales de 1897, se llegó a la aparente solución del conflicto mediante la firma de un acuerdo.
En base a él, el líder revolucionario Emilio Aguinaldo y otros, se exiliaron a Hong Kong y el gobierno español redujo el número de efectivos armados, por lo que cuando se inicio la guerra entre los Estados Unidos y España con la derrota española en Cavite, el 1 de mayo de 1898, Aguinaldo y los suyos, financiados y armados por Estados Unidos, volvieron a Filipinas y reanudaron la revolución.
Al mes siguiente, el destacamento de Baler desconociendo el inicio de la guerra, fue atacado por los revolucionarios, refugiándose en la iglesia del pueblo, que fue sitiada, mientras pocos meses después, se firmó el Tratado de París, poniendo fin a la guerra, tras ceder España la soberanía Filipina a Estados Unidos.
Desde el principio, los sitiadores intentaron lograr la rendición de los españolas informándoles del desarrollo del conflicto y tras la caída de Manila en manos americanas, las autoridades españolas mandaron cartas y enviados para conseguir su rendición, sin conseguirlo y los mismos sitiadores enviaron a dos franciscanos españoles prisioneros, para que los convencieran sin éxito, decidiendo quedarse con los sitiados el resto del asedio.
A finales de mayo del año siguiente, se envió al teniente coronel español Aguilar, con órdenes de que depusieran la resistencia y le acompañaran a Manila, pero los sitiados volvieron a desconfiar y tuvo que marcharse sin conseguir su objetivo.
No obstante, al ojear unos periódicos dejados por Aguilar, descubrieron una noticia que no podía haber sido inventada por los filipinos, lo que les convenció finalmente de que España ya no era soberana en Filipinas, careciendo de sentido seguir resistiendo, por lo que el 2 de junio de 1899, se rindieron dando fin a 337 días de sitio.
Las autoridades filipinas aceptaron condiciones muy honrosas a la rendición, permitiendo su paso, hasta Manila sin ser considerados prisioneros, emitiendo Filipinas un decreto en el que exaltaba su valor, siendo recibidos como héroes de forma apoteósica en la capital y luego repatriados a España.
El Tratado de París, de diciembre de 1898, estableció la cesión de Filipinas a los Estados Unidos, aunque poco duró la euforia filipina, pues tras ser engañados, fueron atacados por los estadounidenses a los que creían aliados, comenzando un nuevo conflicto, contra estos, donde los filipinos fueron masacrados, mientras las últimas tropas españolas eran repatriadas.
Debido a esto, los sitiados en Baler son conocidos como “Los últimos de Filipinas” con cuyo nombre se rodó una película española dirigida por Antonio Román y estrenada en 1945.
Su gesta recuerda la del viejo tercio español de Cartagena, que el 18 de mayo de 1643, obtuvo en su rendición en la batalla de Rocroi, un honor similar por parte de los franceses.
En 1896 la sociedad secreta filipina “Katipunan” inició un levantamiento contra los españoles pero a finales de 1897, se llegó a la aparente solución del conflicto mediante la firma de un acuerdo.
En base a él, el líder revolucionario Emilio Aguinaldo y otros, se exiliaron a Hong Kong y el gobierno español redujo el número de efectivos armados, por lo que cuando se inicio la guerra entre los Estados Unidos y España con la derrota española en Cavite, el 1 de mayo de 1898, Aguinaldo y los suyos, financiados y armados por Estados Unidos, volvieron a Filipinas y reanudaron la revolución.
Al mes siguiente, el destacamento de Baler desconociendo el inicio de la guerra, fue atacado por los revolucionarios, refugiándose en la iglesia del pueblo, que fue sitiada, mientras pocos meses después, se firmó el Tratado de París, poniendo fin a la guerra, tras ceder España la soberanía Filipina a Estados Unidos.
Desde el principio, los sitiadores intentaron lograr la rendición de los españolas informándoles del desarrollo del conflicto y tras la caída de Manila en manos americanas, las autoridades españolas mandaron cartas y enviados para conseguir su rendición, sin conseguirlo y los mismos sitiadores enviaron a dos franciscanos españoles prisioneros, para que los convencieran sin éxito, decidiendo quedarse con los sitiados el resto del asedio.
A finales de mayo del año siguiente, se envió al teniente coronel español Aguilar, con órdenes de que depusieran la resistencia y le acompañaran a Manila, pero los sitiados volvieron a desconfiar y tuvo que marcharse sin conseguir su objetivo.
No obstante, al ojear unos periódicos dejados por Aguilar, descubrieron una noticia que no podía haber sido inventada por los filipinos, lo que les convenció finalmente de que España ya no era soberana en Filipinas, careciendo de sentido seguir resistiendo, por lo que el 2 de junio de 1899, se rindieron dando fin a 337 días de sitio.
Las autoridades filipinas aceptaron condiciones muy honrosas a la rendición, permitiendo su paso, hasta Manila sin ser considerados prisioneros, emitiendo Filipinas un decreto en el que exaltaba su valor, siendo recibidos como héroes de forma apoteósica en la capital y luego repatriados a España.
El Tratado de París, de diciembre de 1898, estableció la cesión de Filipinas a los Estados Unidos, aunque poco duró la euforia filipina, pues tras ser engañados, fueron atacados por los estadounidenses a los que creían aliados, comenzando un nuevo conflicto, contra estos, donde los filipinos fueron masacrados, mientras las últimas tropas españolas eran repatriadas.
Debido a esto, los sitiados en Baler son conocidos como “Los últimos de Filipinas” con cuyo nombre se rodó una película española dirigida por Antonio Román y estrenada en 1945.
Su gesta recuerda la del viejo tercio español de Cartagena, que el 18 de mayo de 1643, obtuvo en su rendición en la batalla de Rocroi, un honor similar por parte de los franceses.
lunes, 29 de junio de 2015
El día que se derogaron los fueros de Aragón y Valencia.
Tal día como hoy 29 de junio de 1707, Felipe V deroga ―mediante los Decretos de Nueva Planta― los Fueros de Aragón y Valencia, dejando de existir como reinos independientes.
El fin de la Guerra de Sucesión Española, supuso la llegada de la dinastía borbónica y la pérdida de posesiones en Italia, más Gibraltar y Menorca, así como del control del comercio con las Indias, al conceder a los británicos el asiento de negros y el “navío de permiso”, lo que supuso el fin político de la decadencia española, ya que Felipe V no pudo conservar íntegros los territorios de la monarquía.
A nivel interno, acabó por “la vía militar” con los reinos de Valencia y Aragón, aboliendo sus instituciones y leyes propias e instaurando en su lugar un Estado absolutista, centralista y uniformista, inspirado en la monarquía absoluta de Luis XIV.
Es decir, la victoria borbónica supuso la instauración del modelo vertical centralista, contra la idea horizontal de los Austrias, que en - cierto modo - establecían una España “federal” integrada por reinos con personalidad y normas jurídicas propias.
Felipe V y sus consejeros, unificaron en todos los territorios, por el modelo castellano o francés y la centralización del poder en manos del monarca, eliminando los llamados “privilegios de extranjería”, es decir, no habría distinción de procedencias a la hora de ocupar cargos ya fuese en las Indias y las distintas "provincias", lo que tuvo de positivo, la eliminación de fronteras y aduanas interiores, facilitando el comercio.
Las reformas tuvieron además como objetivo, asegurar el poder supremo del Rey; someter a todos al ordenamiento jurídico de Castilla, desapareciendo los antiguos reinos - salvo Navarra - y el nacimiento de las “provincias”.
Así, el 29 de junio de 1707, se declararon “abolidos y derogados todos los fueros, privilegios, práctica y costumbre observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia”, justificando el dominio absoluto del que gozaba el rey en todos los reinos; y el derecho de conquista que le permitía imponer su ley en los territorios vencidos.
El decreto que afectaba dentro de Aragón a Cataluña, se dictó el 9 de octubre de 1715 y abolía las Cortes y el Consejo de Ciento; sustituía al virrey por un capitán general y dividía Cataluña en doce corregidurías y no en “vegueries, aunque no obstante se mantuvieron los “batlles” (alcaldes) .
Se prohibió el somatén; se estableció el catastro, gravando las propiedades urbanas, rurales y los beneficios del trabajo, comercio e industria, aunque mantuvo el derecho civil, penal y procesal y no afectó al Valle de Arán, por lo que éste no se incorporó a los nuevos corregimientos, dejando de ser el catalán lengua oficial y siendo obligatorio que los documentos fueran redactados en castellano.
En resumen, como resultado de los decretos, los reinos de la Corona de Aragón perdieron sus instituciones político-administrativas aunque, mantuvieron su derecho privado propio; se implantó el absolutismo; se disolvieron las cortes de los distintos territorios, concediéndose a algunas poblaciones el derecho de asistir a las cortes castellanas, convertidas en comunes a toda España, salvo Navarra, que mantuvo sus cortes.
Para los reinos castellanos estas leyes supusieron también la anulación de los fueros y libertades y la conversión del derecho común castellano en la ley para todos los territorios excepto Navarra, que no se había rebelado contra Felipe V.
El fin de la Guerra de Sucesión Española, supuso la llegada de la dinastía borbónica y la pérdida de posesiones en Italia, más Gibraltar y Menorca, así como del control del comercio con las Indias, al conceder a los británicos el asiento de negros y el “navío de permiso”, lo que supuso el fin político de la decadencia española, ya que Felipe V no pudo conservar íntegros los territorios de la monarquía.
A nivel interno, acabó por “la vía militar” con los reinos de Valencia y Aragón, aboliendo sus instituciones y leyes propias e instaurando en su lugar un Estado absolutista, centralista y uniformista, inspirado en la monarquía absoluta de Luis XIV.
Es decir, la victoria borbónica supuso la instauración del modelo vertical centralista, contra la idea horizontal de los Austrias, que en - cierto modo - establecían una España “federal” integrada por reinos con personalidad y normas jurídicas propias.
Felipe V y sus consejeros, unificaron en todos los territorios, por el modelo castellano o francés y la centralización del poder en manos del monarca, eliminando los llamados “privilegios de extranjería”, es decir, no habría distinción de procedencias a la hora de ocupar cargos ya fuese en las Indias y las distintas "provincias", lo que tuvo de positivo, la eliminación de fronteras y aduanas interiores, facilitando el comercio.
Las reformas tuvieron además como objetivo, asegurar el poder supremo del Rey; someter a todos al ordenamiento jurídico de Castilla, desapareciendo los antiguos reinos - salvo Navarra - y el nacimiento de las “provincias”.
Así, el 29 de junio de 1707, se declararon “abolidos y derogados todos los fueros, privilegios, práctica y costumbre observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia”, justificando el dominio absoluto del que gozaba el rey en todos los reinos; y el derecho de conquista que le permitía imponer su ley en los territorios vencidos.
El decreto que afectaba dentro de Aragón a Cataluña, se dictó el 9 de octubre de 1715 y abolía las Cortes y el Consejo de Ciento; sustituía al virrey por un capitán general y dividía Cataluña en doce corregidurías y no en “vegueries, aunque no obstante se mantuvieron los “batlles” (alcaldes) .
Se prohibió el somatén; se estableció el catastro, gravando las propiedades urbanas, rurales y los beneficios del trabajo, comercio e industria, aunque mantuvo el derecho civil, penal y procesal y no afectó al Valle de Arán, por lo que éste no se incorporó a los nuevos corregimientos, dejando de ser el catalán lengua oficial y siendo obligatorio que los documentos fueran redactados en castellano.
En resumen, como resultado de los decretos, los reinos de la Corona de Aragón perdieron sus instituciones político-administrativas aunque, mantuvieron su derecho privado propio; se implantó el absolutismo; se disolvieron las cortes de los distintos territorios, concediéndose a algunas poblaciones el derecho de asistir a las cortes castellanas, convertidas en comunes a toda España, salvo Navarra, que mantuvo sus cortes.
Para los reinos castellanos estas leyes supusieron también la anulación de los fueros y libertades y la conversión del derecho común castellano en la ley para todos los territorios excepto Navarra, que no se había rebelado contra Felipe V.
domingo, 28 de junio de 2015
La odisea de la “tarifa económica”
Como cada verano - al objeto de cargar las pilas para el resto del año - la vuelta a los orígenes la pensé hacer una vez más en avión, ya que la carretera, entre el precio de la gasolina y la inestimable ayuda del Director General de Trafico, multando hasta por abrir la ventanilla del coche, actúan como elementos disuasorios del uso de este medio.
Por eso, buscando vuelos baratos, con la debida antelación, por aquello de las subidas de última hora, encaminé mis pasos a una agencia de viajes - tenida por fiable – en donde una joven empleada tras invitarme a sentar, me sometió a lo que más tarde pude comprobar, era casi un tercer grado...
- Deseo un billete de ida y vuelta para Málaga en agosto – demandé.
-Muy buena elección – expuso sonriente, y tras consultar con su ordenador me dijo. -Son desquientos euros ...- y añadió - Claro, es agosto, se comprende...
Pese a todo - pensé para mi – no es tan caro y desde luego no merece la pena pasar los nervios de la carretera.
-Bueno naturalmente – agregó la empleada interrumpiendo mis pensamientos – a esto hay que sumar las tasas aeroportuarias de cada pasajero, que son trincadós euros..., como es lógico...- aclaró.
-Bien, bien, pues súmelas y expídame el billete…
-Un momento señor – añadió de nuevo - hemos de añadir también el servicio de terminal...
-¿Que es eso del servicio de terminal - pregunté ingenuo
-¿Pues que va a ser, señor...? Las atenciones que usted recibe de nuestros servicios en las terminales del aeropuerto, que han de pagarse aparte, claro...- y agregó - Solo son catatrés euros por billete.
-En fin – respondí resignado - añádalo usted y acabemos... dije mientras intentaba calcular mentalmente el nuevo precio del billete.
-¿Lleva usted maletas...?- me espetó decidida.
- Claro, señorita... ¡voy de vacaciones!. Al menos unas mudas y unas camisas...
- ¡Ah, muy bien!... son zarantán euros por maleta, ida y otros tantos vuelta, naturalmente...
- Bien, bien, pues ponga una...
- De acuerdo señor - agregó mientras tecleaba.
-¿Querrá usted asiento verdad...? - preguntó.
-¿Como que si quiero asiento...? - indagué atónito
-Señorita ¡no pretenderán ustedes llevarme de pie...!
- No caballero, nada de eso, pero claro, de no reservarlos, les daremos los que queden y con toda seguridad será de los de atrás...
- Bueno, bueno, y ¿cuando cuesta ir todo el rato el lado de un extraño?.
-Poca cosa señor, son tramparán euros de ida y otros tantos de vuelta, como es obvio, porque, ¿también los querrá para la vuelta verdad...?
-Si claro, para ambos trayectos – contesté.
-¿Queda aún algo más...? pregunté temiendo que aquello no acabase nunca.
- Otra cosa, aunque esta es opcional... -¿Está usted interesado en contratar un seguro de cancelación...? y aclaró- -Verá, las ventajas son muchas, porque caso de una enfermedad o inconveniente, usted lo perdería todo, y sin embargo pagando trapecín euros más por cada billete, queda cubierta esa eventualidad..
- De acuerdo, de acuerdo... suscríbalo, no sea que tenga un “mal fario” ese día...
- Hace usted muy bien caballero - agregó mientras arreciaba en su teclear
-Solo una cosa más...¿Me puede facilitar el número y entidad de su tarjeta de crédito..? y anadió;
-Es que no aceptamos dinero al contado y, el pago con tarjeta tiene una pequeña comisión de trepatal euros por billete...
-Señorita hemos acabado ya...? - pregunté casi a media voz - ¿Podría decirme entonces el monto total del viaje...?
-En total son – dijo tras un breve repaso en la pantalla - trascacien cinquientos euros, con cuarenta, señor... Una baratura, tenga en cuenta que es una tarifa económica. Este billete en vuelo ordinario costaría más del doble...
-Le quiero informar por último – concluyó mientras me daba las tarjetas - que a bordo dispondrá de los servicios de prensa, catering y bar, ya que nuestra empresa mima mucho al pasaje..
-¿Están incluidos en el billete ?, pregunté candoroso.
– No, señor - contestó con una compasiva sonrisa - pero tenga presente que los precios de esta compañía son muy asequibles... Le dejo una tarifa...
Ya con los billetes en la mano y el saldo de mi cuenta notablemente aligerado, miré el catálogo...
El agua mineral – que era lo más barato – costaba trascamandán euros cada botella, como si te hubieses bebido medio manantial.
Menos mal, pensé para mi , que la tarifa es económica.
Por eso, buscando vuelos baratos, con la debida antelación, por aquello de las subidas de última hora, encaminé mis pasos a una agencia de viajes - tenida por fiable – en donde una joven empleada tras invitarme a sentar, me sometió a lo que más tarde pude comprobar, era casi un tercer grado...
- Deseo un billete de ida y vuelta para Málaga en agosto – demandé.
-Muy buena elección – expuso sonriente, y tras consultar con su ordenador me dijo. -Son desquientos euros ...- y añadió - Claro, es agosto, se comprende...
Pese a todo - pensé para mi – no es tan caro y desde luego no merece la pena pasar los nervios de la carretera.
-Bueno naturalmente – agregó la empleada interrumpiendo mis pensamientos – a esto hay que sumar las tasas aeroportuarias de cada pasajero, que son trincadós euros..., como es lógico...- aclaró.
-Bien, bien, pues súmelas y expídame el billete…
-Un momento señor – añadió de nuevo - hemos de añadir también el servicio de terminal...
-¿Que es eso del servicio de terminal - pregunté ingenuo
-¿Pues que va a ser, señor...? Las atenciones que usted recibe de nuestros servicios en las terminales del aeropuerto, que han de pagarse aparte, claro...- y agregó - Solo son catatrés euros por billete.
-En fin – respondí resignado - añádalo usted y acabemos... dije mientras intentaba calcular mentalmente el nuevo precio del billete.
-¿Lleva usted maletas...?- me espetó decidida.
- Claro, señorita... ¡voy de vacaciones!. Al menos unas mudas y unas camisas...
- ¡Ah, muy bien!... son zarantán euros por maleta, ida y otros tantos vuelta, naturalmente...
- Bien, bien, pues ponga una...
- De acuerdo señor - agregó mientras tecleaba.
-¿Querrá usted asiento verdad...? - preguntó.
-¿Como que si quiero asiento...? - indagué atónito
-Señorita ¡no pretenderán ustedes llevarme de pie...!
- No caballero, nada de eso, pero claro, de no reservarlos, les daremos los que queden y con toda seguridad será de los de atrás...
- Bueno, bueno, y ¿cuando cuesta ir todo el rato el lado de un extraño?.
-Poca cosa señor, son tramparán euros de ida y otros tantos de vuelta, como es obvio, porque, ¿también los querrá para la vuelta verdad...?
-Si claro, para ambos trayectos – contesté.
-¿Queda aún algo más...? pregunté temiendo que aquello no acabase nunca.
- Otra cosa, aunque esta es opcional... -¿Está usted interesado en contratar un seguro de cancelación...? y aclaró- -Verá, las ventajas son muchas, porque caso de una enfermedad o inconveniente, usted lo perdería todo, y sin embargo pagando trapecín euros más por cada billete, queda cubierta esa eventualidad..
- De acuerdo, de acuerdo... suscríbalo, no sea que tenga un “mal fario” ese día...
- Hace usted muy bien caballero - agregó mientras arreciaba en su teclear
-Solo una cosa más...¿Me puede facilitar el número y entidad de su tarjeta de crédito..? y anadió;
-Es que no aceptamos dinero al contado y, el pago con tarjeta tiene una pequeña comisión de trepatal euros por billete...
-Señorita hemos acabado ya...? - pregunté casi a media voz - ¿Podría decirme entonces el monto total del viaje...?
-En total son – dijo tras un breve repaso en la pantalla - trascacien cinquientos euros, con cuarenta, señor... Una baratura, tenga en cuenta que es una tarifa económica. Este billete en vuelo ordinario costaría más del doble...
-Le quiero informar por último – concluyó mientras me daba las tarjetas - que a bordo dispondrá de los servicios de prensa, catering y bar, ya que nuestra empresa mima mucho al pasaje..
-¿Están incluidos en el billete ?, pregunté candoroso.
– No, señor - contestó con una compasiva sonrisa - pero tenga presente que los precios de esta compañía son muy asequibles... Le dejo una tarifa...
Ya con los billetes en la mano y el saldo de mi cuenta notablemente aligerado, miré el catálogo...
El agua mineral – que era lo más barato – costaba trascamandán euros cada botella, como si te hubieses bebido medio manantial.
Menos mal, pensé para mi , que la tarifa es económica.
"Esto acabará como el rosario de la aurora”
Tal día como hoy 28 de junio de 1914, el gobernador civil de Valencia ordena la supresión temporal de los Rosarios de la Aurora, por los incidentes que causan entre católicos y anticlericales.
Seguramente todos hemos oído la expresión, “Esto va a acabar como el rosario de la aurora”, que es una de esas frases hechas, que se escuchan infinidad de veces e incluso hemos llegado a utilizar, sin saber con exactitud su significado, casi siempre para referirnos a una situación que sabemos o presentimos que va a acabar mal.
La “aurora” a la que se refiere la expresión, no es el nombre de una mujer, sino al momento anterior a la salida del Sol y existen infinidad de versiones sobre su origen, según la fuente que se consulte, encontrando en cada caso explicaciones diferentes, aunque todas tienen en común que provienen de un rosario que se rezaba sobre las cinco de la madrugada en procesión por la calle.
El nombre de “Rosario de la Aurora”, alude en su definición; “a la procesión de la Cofradía del Rosario, que recorre las calles cantándolo al asomar la luz de la aurora”
Los conflictos, surgían por la hora de salir el rosario, al coincidir esta con la que solían andar por las calles las rondas de jóvenes con ganas de bronca y alguna copa de más, muchos de los cuales no compartían ni la costumbre ni la idea religiosa que los sustentaba.
Conviven varias versiones algunas ubicadas en Cádiz, donde al parecer existía una cofradía a la que llamaban popularmente “el Rosario de la Aurora”, basado en su costumbre de alargar sus rezos hasta altas horas de la madrugada.
Según una de ellas, el alguacil de la ciudad prohibió tales rezos debido al escándalo que hacían, pero los cofrades se negaron, por lo que mandó intervenir la fuerza publica, ante lo cual parte del vecindario se puso de parte de los orantes, arrojando a los agentes desde las ventanas todo tipo de objetos, lo que obligó a estos a entrar en las casas paras detenerlos, originándose una revuelta generalizada en gran parte de la ciudad..
Una segunda versión habla de Madrid, de finales del siglo XIX, donde igualmente era costumbre rezar el rosario en la calles por la zona de San Francisco el Grande, recorriendo las vías cercanas a esta iglesia.
En uno de paseos, se encontraron dos grupos de fieles de cofradías diferentes, avanzado por la misma y estrecha calle en sentidos opuestos y, ambas, reclamaban que el grupo contrario dejase expedito el camino, invocando el derecho de su mayor antigüedad, acabando en batalla campal usando como armas los cirios y faroles para alumbrarse.
En Sevilla, por último, en 1840 se produjeron graves desórdenes en el Rosario del convento de San Jacinto. Tantos, que el Ayuntamiento solicitó del arzobispo de la ciudad, la prohibición inmediata, por “los incidentes que preocupaban, entre ellos, el uso de navajas, peleas continuas, expresiones deshonestas en alta voz, etc… con la particularidad de la presencia de jóvenes de corta edad, que llevaban las insignias”.
No es de extrañar pues, que se use con propiedad la frase, cuando se hace referencia a un asunto de difícil solución, donde preludiamos un desenlace, resuelto -con casi total seguridad - a base de palos.
Seguramente todos hemos oído la expresión, “Esto va a acabar como el rosario de la aurora”, que es una de esas frases hechas, que se escuchan infinidad de veces e incluso hemos llegado a utilizar, sin saber con exactitud su significado, casi siempre para referirnos a una situación que sabemos o presentimos que va a acabar mal.
La “aurora” a la que se refiere la expresión, no es el nombre de una mujer, sino al momento anterior a la salida del Sol y existen infinidad de versiones sobre su origen, según la fuente que se consulte, encontrando en cada caso explicaciones diferentes, aunque todas tienen en común que provienen de un rosario que se rezaba sobre las cinco de la madrugada en procesión por la calle.
El nombre de “Rosario de la Aurora”, alude en su definición; “a la procesión de la Cofradía del Rosario, que recorre las calles cantándolo al asomar la luz de la aurora”
Los conflictos, surgían por la hora de salir el rosario, al coincidir esta con la que solían andar por las calles las rondas de jóvenes con ganas de bronca y alguna copa de más, muchos de los cuales no compartían ni la costumbre ni la idea religiosa que los sustentaba.
Conviven varias versiones algunas ubicadas en Cádiz, donde al parecer existía una cofradía a la que llamaban popularmente “el Rosario de la Aurora”, basado en su costumbre de alargar sus rezos hasta altas horas de la madrugada.
Según una de ellas, el alguacil de la ciudad prohibió tales rezos debido al escándalo que hacían, pero los cofrades se negaron, por lo que mandó intervenir la fuerza publica, ante lo cual parte del vecindario se puso de parte de los orantes, arrojando a los agentes desde las ventanas todo tipo de objetos, lo que obligó a estos a entrar en las casas paras detenerlos, originándose una revuelta generalizada en gran parte de la ciudad..
Una segunda versión habla de Madrid, de finales del siglo XIX, donde igualmente era costumbre rezar el rosario en la calles por la zona de San Francisco el Grande, recorriendo las vías cercanas a esta iglesia.
En uno de paseos, se encontraron dos grupos de fieles de cofradías diferentes, avanzado por la misma y estrecha calle en sentidos opuestos y, ambas, reclamaban que el grupo contrario dejase expedito el camino, invocando el derecho de su mayor antigüedad, acabando en batalla campal usando como armas los cirios y faroles para alumbrarse.
En Sevilla, por último, en 1840 se produjeron graves desórdenes en el Rosario del convento de San Jacinto. Tantos, que el Ayuntamiento solicitó del arzobispo de la ciudad, la prohibición inmediata, por “los incidentes que preocupaban, entre ellos, el uso de navajas, peleas continuas, expresiones deshonestas en alta voz, etc… con la particularidad de la presencia de jóvenes de corta edad, que llevaban las insignias”.
No es de extrañar pues, que se use con propiedad la frase, cuando se hace referencia a un asunto de difícil solución, donde preludiamos un desenlace, resuelto -con casi total seguridad - a base de palos.
sábado, 27 de junio de 2015
La incapacitación de Juana “la Loca”
Tal día como hoy 27 de junio de 1506, se firma la “Concordia de Villafáfila” por la que Fernando el Católico y Felipe el Hermoso, reconocen la incapacidad de Juana “la Loca” para reinar.
Mediante este tratado, se reconocía la enajenación de la reina Juana y Felipe “el Hermoso” quedaba como único rey de Castilla, lo cual colmaba sus aspiraciones mas prufundas; mientras Fernando, su suegro, que hasta entonces la había gobernando en virtud del testamento de Isabel la Católica, se retiraba a sus reinos de Aragón.
El acuerdo fue breve en cuanto a su duración, debido al fallecimiento de Felipe en septiembre de 1506, por lo que Fernando volvió a asumir el gobierno de Castilla como regente de su hija, dado que el hijo primogénito de Juana y Felipe - futuro Carlos I - tenía solo cinco años de edad.
Juana habia sido nombrada reina de Castilla a la muerte de su madre Isabel la Católica, y se convirtió en la primera soberana de las coronas que conformaron la actual España; sin embargo, desde 1506 su poder sólo fue “nominal”, siendo en realidad su hijo Carlos – luego Carlos I - el primer rey de España.
Desde 1506 Juana no ejerció el poder efectivo, y a partir de 1509 vivió encerrada en Tordesillas, primero por orden de su padre Fernando el Católico y después por la de su hijo Carlos I.
Felipe “el hermoso” introdujo la casa de Habsburgo en los territorios de la actual España al casarse el 20 de octubre de 1496, con la Infanta Juana en Bélgica, lo cual desde el punto de vista de los intereses históricos y analizados los hechos posteriores, significo – a la postre - el inicio de la decadencia de Castilla y de España.
Su apelativo de “el hermoso”, se lo dio el rey Luis XII de Francia, cuando en 1501 el matrimonio viajaba hacía Castilla para ser coronado, deteniéndose en Blois, donde el monarca francés les recibió y al verles exclamó: “He aquí un hermoso príncipe”.
El matrimonio no fue concertado, con la idea de hacer que los reinos españoles pasaran al control de los Habsburgo, pues en el momento del enlace Juana era la tercera en la línea al trono, pero las prematuras muertes de su hermana Isabel y su hermano Juan, la convirtieron en heredera.
Muchas veces la vida y la historia deciden, al margen de la voluntad de los hombres...
Mediante este tratado, se reconocía la enajenación de la reina Juana y Felipe “el Hermoso” quedaba como único rey de Castilla, lo cual colmaba sus aspiraciones mas prufundas; mientras Fernando, su suegro, que hasta entonces la había gobernando en virtud del testamento de Isabel la Católica, se retiraba a sus reinos de Aragón.
El acuerdo fue breve en cuanto a su duración, debido al fallecimiento de Felipe en septiembre de 1506, por lo que Fernando volvió a asumir el gobierno de Castilla como regente de su hija, dado que el hijo primogénito de Juana y Felipe - futuro Carlos I - tenía solo cinco años de edad.
Juana habia sido nombrada reina de Castilla a la muerte de su madre Isabel la Católica, y se convirtió en la primera soberana de las coronas que conformaron la actual España; sin embargo, desde 1506 su poder sólo fue “nominal”, siendo en realidad su hijo Carlos – luego Carlos I - el primer rey de España.
Desde 1506 Juana no ejerció el poder efectivo, y a partir de 1509 vivió encerrada en Tordesillas, primero por orden de su padre Fernando el Católico y después por la de su hijo Carlos I.
Felipe “el hermoso” introdujo la casa de Habsburgo en los territorios de la actual España al casarse el 20 de octubre de 1496, con la Infanta Juana en Bélgica, lo cual desde el punto de vista de los intereses históricos y analizados los hechos posteriores, significo – a la postre - el inicio de la decadencia de Castilla y de España.
Su apelativo de “el hermoso”, se lo dio el rey Luis XII de Francia, cuando en 1501 el matrimonio viajaba hacía Castilla para ser coronado, deteniéndose en Blois, donde el monarca francés les recibió y al verles exclamó: “He aquí un hermoso príncipe”.
El matrimonio no fue concertado, con la idea de hacer que los reinos españoles pasaran al control de los Habsburgo, pues en el momento del enlace Juana era la tercera en la línea al trono, pero las prematuras muertes de su hermana Isabel y su hermano Juan, la convirtieron en heredera.
Muchas veces la vida y la historia deciden, al margen de la voluntad de los hombres...
viernes, 26 de junio de 2015
Cuando el presidente Kennedy, hizo vibrar Berlín.
Tal día como hoy 26 de junio de 1963, el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy da en Berlín su célebre discurso “Ich bin ein Berliner” (Soy un berlinés).
A inicios de 1948, la economía alemana occidental, reanimada por las inversiones del “Plan Marshall”, estaba en condiciones de independizarse de la deprimida Alemania Oriental, que debía pagar la carga de las "indemnizaciones de guerra" que gravaba toda la economía de su zona.
La introducción en la Alemania Occidental de una nueva moneda – el Marco - impidió el intercambio comercial entre los estados del este y el oeste, pues la URSS rehusó que su zona de ocupación la utilizara, cuyo comercio eran vital para los alemanes del este.
Como contra medida, el 24 de junio de 1948 Stalin ordenó a sus tropas bloquear todos los accesos terrestres a Berlín Occidental, islando a unos dos millones de habitantes, que no podía sobrevivir mucho tiempo sin comestibles, carbón y otros suministros.
Tras la organización por los Estados Unidos de un puente aéreo, que por su éxito constituyó una humillación para la propaganda soviética, Stalin ordenó levantar el bloqueo en mayo de 1949.
Años después, el 26 de junio de 1963 en el aniversario de este bloqueo, el presidente Kennedy pronuncio en Berlín uno de los más notables discursos de la época de la Guerra Fría:
El nombre del discurso, se hizo internacionalmente popular con su última frase, que para poder pronunciarla en alemán, el presidente tuvo que escribir en sus notas literalmente su pronunciación; "Ij bin ain Bearleener" y ensayar, hasta hacer una transcripción fonética adecuada.
“Hay mucha gente en el mundo que realmente no comprende, o dice que no comprende, cuál es la gran diferencia entre el mundo libre y el mundo comunista. Dejad que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen que el comunismo es el movimiento del futuro. Dejad que vengan a Berlín. Y hay algunos pocos que dicen que es verdad que el comunismo es un sistema maligno pero que permite nuestro progreso económico. Dejad que vengan a Berlín.
Todos los hombres libres, dondequiera que vivan, son ciudadanos de Berlín. Y por lo tanto, como hombre libre, yo con orgullo digo estas palabras “Ich bin ein Berliner (Yo soy un berlines)”
(Palabras finales del discurso de JF Kennedy)
A inicios de 1948, la economía alemana occidental, reanimada por las inversiones del “Plan Marshall”, estaba en condiciones de independizarse de la deprimida Alemania Oriental, que debía pagar la carga de las "indemnizaciones de guerra" que gravaba toda la economía de su zona.
La introducción en la Alemania Occidental de una nueva moneda – el Marco - impidió el intercambio comercial entre los estados del este y el oeste, pues la URSS rehusó que su zona de ocupación la utilizara, cuyo comercio eran vital para los alemanes del este.
Como contra medida, el 24 de junio de 1948 Stalin ordenó a sus tropas bloquear todos los accesos terrestres a Berlín Occidental, islando a unos dos millones de habitantes, que no podía sobrevivir mucho tiempo sin comestibles, carbón y otros suministros.
Tras la organización por los Estados Unidos de un puente aéreo, que por su éxito constituyó una humillación para la propaganda soviética, Stalin ordenó levantar el bloqueo en mayo de 1949.
Años después, el 26 de junio de 1963 en el aniversario de este bloqueo, el presidente Kennedy pronuncio en Berlín uno de los más notables discursos de la época de la Guerra Fría:
El nombre del discurso, se hizo internacionalmente popular con su última frase, que para poder pronunciarla en alemán, el presidente tuvo que escribir en sus notas literalmente su pronunciación; "Ij bin ain Bearleener" y ensayar, hasta hacer una transcripción fonética adecuada.
“Hay mucha gente en el mundo que realmente no comprende, o dice que no comprende, cuál es la gran diferencia entre el mundo libre y el mundo comunista. Dejad que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen que el comunismo es el movimiento del futuro. Dejad que vengan a Berlín. Y hay algunos pocos que dicen que es verdad que el comunismo es un sistema maligno pero que permite nuestro progreso económico. Dejad que vengan a Berlín.
Todos los hombres libres, dondequiera que vivan, son ciudadanos de Berlín. Y por lo tanto, como hombre libre, yo con orgullo digo estas palabras “Ich bin ein Berliner (Yo soy un berlines)”
(Palabras finales del discurso de JF Kennedy)
jueves, 25 de junio de 2015
El Compromiso de Caspe, un ejemplo de madurez política
El “Compromiso de Caspe” fue un pacto de los representantes de los reinos de Aragón, Valencia y principado de Cataluña, para elegir un nuevo rey, tras la muerte en 1410 de Martín I “el Humano” sin descendencia ni sucesor, y supuso la entronización de Fernando “de Antequera”, perteneciente a la dinastía Trastámara, en la Corona de Aragón.
Cuando victima de unas fiebres, fallece Martín “el Joven”, único hijo del rey Martín I, este último contrajo nuevo matrimonio intentando concebir un hijo que asegurara la sucesión, pero al fracasar el intento, el rey pensó en reconocer a Fadrique de Luna, descendiente ilegítimo de su hijo Martín “el Joven”, como sucesor, aunque la falta de apoyos le hizo desistir.
Intentó entonces nombrar a Jaime II de Urgel, lo cual fue rechazado por la Generalidad aragonesa y el arzobispo de Zaragoza, iniciándose graves disturbios en esta ciudad, por lo que rey revocó el nombramiento y cuando falleció el 31 de mayo de 1410, lo hizo sin dejar sucesor.
En sus últimos momentos, parece que el rey dejo dicho que su sucesor fuera aquel que debía serlo una vez examinados los derechos de los diversos candidatos, y acto seguido, las instituciones de la Corona iniciaron un proceso que acabó en la Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe.
Los poderes de la corona actuaron buscando conseguir mantener la unidad de esta y para evitar la posible guerra civil y división que podría originar la lucha entre distintas facciones nobiliarias, que apoyaban a sus respectivos candidatos.
Había seis candidatos al trono, todos ellos pertenecían a la Casa Real de Aragón y su parentesco con el rey era cercano, por lo que ninguno rompería el linaje dinástico, perfilándose como el principal, Fernando de Trastámara, que fue el que finalmente prevalecería, al contar con el apoyo del papa Benedicto XIII, -“el Papa Luna”- que medió en la crisis promulgando, en enero de 1412, una bula donde establecía que el estudio de los derechos de los candidatos, fuera realizado por compromisarios elegidos por los distintos reinos.
El 15 de febrero de 1412, se firma la Concordia de Alcañiz, estableciendo nueve compromisarios - tres por Aragón, tres por Cataluña y tres por Valencia - que representarían los intereses de la Corona y que reunidos en Caspe, deliberarían sobre los derechos de los pretendientes y decidirían quién debía ocupar el trono, siempre y cuando obtuviese un mínimo de seis votos.
No hay testimonios de la época que narren la que realmente sucedió en las sesiones, lo cual comenzaría a difundirse posteriormente, pero aunque sin duda los jueces tendrían diferencias de opinión, todos los acuerdos se hicieron por consenso, aprobando las propuestas por unanimidad.
Y así fue redactada el acta original notarial de proclamación de Fernando “de Antequera” como rey de Aragón el 25 de junio de 1412, quien el 5 de agosto entró en Zaragoza, donde juró su título de rey ante las Cortes junto a su hijo Alfonso.
El compromiso de Caspe, es un ejemplo de sentido común político, en una época tan convulsa como lo fue la Edad Media y demuestra una gran madurez respecto al concepto de estado, por parte de los reinos y territorios que integraban la Corona de Aragón.
miércoles, 24 de junio de 2015
El final de la guerra de independencia venezolana.
Tal día como hoy 24 de junio de 1821, tiene lugar en Venezuela la batalla de Carabobo, en la que el ejército patriota de Simón Bolívar, vence al ejército español realista.
La batalla de Carabobo, ha sido siempre conocida por concluir el proceso emancipador venezolano, reafirmado con la expulsión definitiva de las tropas españolas, en la posterior Batalla Naval del Lago de Maracaibo.
La concentración de los bolivarianos se realizó en la ciudad de San Carlos, donde acudieron los ejércitos de Bolívar con un total de más de 6.000 hombres, mientras el contingente de los españoles, nutrido de criollos e indios, ascendencia a algo más de 5.000.
El 15 de junio de 1821, Bolívar reorganizó sus tropas y sobre el número de fuerzas presentes en Carabobo, los cálculos de la época tienden a ser muy favorables para uno u otro bando según los cronistas, aunque todos reconocen la superioridad numérica de los independentistas, que estimaciones más modernas cifran en unos 6.500, frente a unos 4.300 realistas.
A primera hora del 24 de junio, día de la batalla, Bolívar hizo un reconocimiento de la posición española llegando a la conclusión de que era inexpugnable por el frente y el sur, por lo que dispuso modificar su orden de batalla hacia el flanco derecho realista, el cual estaba descubierto.
El general español, el vizcaíno Miguel la Torre, ordenó entonces cambiar su estrategia, siendo tan violento el contraataque, que hicieron replegarse a los bolivarianos, pero el flanco derecho del ejército español se retiró y aunque la Torre ordenó a la caballería cargar contra los rebeldes, esta se retiró tambien, hasta que finalmente atacados de frente y por la derecha, los batallones leales optaron por la retirada.
Al entrar la batalla en su fase final, los rebeldes iniciaron una tenaz persecución del ejército realista, que sufrió las bajas de dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 soldados, aunque las bajas de los patriotas también fueron cuantiosas.
El general la Torre, acabó refugiándose en Puerto Cabello, en una retirada que catalogada por varios historiadores como "magistral" e incluso el mismo Bolívar, en su parte de guerra, reconoce el valor y organización de sus enemigos.
Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela, aunque la guerra proseguiría hasta 1823 e incluso las fuerzas realistas lanzarían campañas contra el occidente del país, conocida como la "Campaña de Occidente", pero el poder de los españoles en Venezuela estaba acabado y esto permitió a Bolívar iniciar la guerra en el sur.
El canario Francisco Tomás Morales, que sustituyó a la Torre, se refugió en Puerto Cabello y pronto reunía más de 5.000 hombres reconquistando Maracaibo y Coro en otoño de 1822, hasta que finalmente, tras la batalla naval del Lago de Maracaibo, la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar el 8 de noviembre de 1823, acabando dos días después la guerra de independencia en Venezuela.
La batalla de Carabobo, ha sido siempre conocida por concluir el proceso emancipador venezolano, reafirmado con la expulsión definitiva de las tropas españolas, en la posterior Batalla Naval del Lago de Maracaibo.
La concentración de los bolivarianos se realizó en la ciudad de San Carlos, donde acudieron los ejércitos de Bolívar con un total de más de 6.000 hombres, mientras el contingente de los españoles, nutrido de criollos e indios, ascendencia a algo más de 5.000.
El 15 de junio de 1821, Bolívar reorganizó sus tropas y sobre el número de fuerzas presentes en Carabobo, los cálculos de la época tienden a ser muy favorables para uno u otro bando según los cronistas, aunque todos reconocen la superioridad numérica de los independentistas, que estimaciones más modernas cifran en unos 6.500, frente a unos 4.300 realistas.
A primera hora del 24 de junio, día de la batalla, Bolívar hizo un reconocimiento de la posición española llegando a la conclusión de que era inexpugnable por el frente y el sur, por lo que dispuso modificar su orden de batalla hacia el flanco derecho realista, el cual estaba descubierto.
El general español, el vizcaíno Miguel la Torre, ordenó entonces cambiar su estrategia, siendo tan violento el contraataque, que hicieron replegarse a los bolivarianos, pero el flanco derecho del ejército español se retiró y aunque la Torre ordenó a la caballería cargar contra los rebeldes, esta se retiró tambien, hasta que finalmente atacados de frente y por la derecha, los batallones leales optaron por la retirada.
Al entrar la batalla en su fase final, los rebeldes iniciaron una tenaz persecución del ejército realista, que sufrió las bajas de dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 soldados, aunque las bajas de los patriotas también fueron cuantiosas.
El general la Torre, acabó refugiándose en Puerto Cabello, en una retirada que catalogada por varios historiadores como "magistral" e incluso el mismo Bolívar, en su parte de guerra, reconoce el valor y organización de sus enemigos.
Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela, aunque la guerra proseguiría hasta 1823 e incluso las fuerzas realistas lanzarían campañas contra el occidente del país, conocida como la "Campaña de Occidente", pero el poder de los españoles en Venezuela estaba acabado y esto permitió a Bolívar iniciar la guerra en el sur.
El canario Francisco Tomás Morales, que sustituyó a la Torre, se refugió en Puerto Cabello y pronto reunía más de 5.000 hombres reconquistando Maracaibo y Coro en otoño de 1822, hasta que finalmente, tras la batalla naval del Lago de Maracaibo, la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar el 8 de noviembre de 1823, acabando dos días después la guerra de independencia en Venezuela.
martes, 23 de junio de 2015
El día en que Napoleón conquistó Moscú.
Tal día como hoy el 23 de junio de 1812, Napoleón inicia la invasión de Rusia.
“La Grande Armée” francesa con 691.500 hombres, era el mayor ejército jamás visto hasta ese momento en la historia europea y al principio, avanzó con gran rapidez dentro del territorio enemigo, pues los rusos sabiendo que no podrían derrotarles en campo abierto, se retiraron una y otra vez ante el imparable avance francés.
Aunque esto se ha considerado como ejemplo de “política de tierra quemada”, en realidad era consecuencia de falta de posibilidades para presentar batalla, ya que cuando finalmente lo hicieron, el 7 de septiembre en Borodino, se saldó con una victoria francesa, dejando expedito el camino hacia Moscú.
Napoleón entró finalmente en septiembre en la capital, abandonada por sus habitantes y vacía de suministros, pues los rusos le habían prendido fuego quemándola prácticamente por completo y privando a los franceses de la posibilidad de abrigarse en ella.
Napoleón ordenó entonces retroceder, iniciando el 19 de octubre la larga retirada tras sólo seis semanas de ocupación.
Al empezar el invierno a primeros de noviembre, el suministro al ejército se hizo cada vez más dificultoso, muriendo los caballos al no poder alimentarse y, aunque eran utilizados como carne para los soldados, su falta les obligaba a desplazarse lentamente a pie, sufriendo congelaciones. y muertes masivas.
Sólo 58.000 de los hombres que iniciaron la invasión sobrevivieron a la campaña y además los franceses perdieron casi 200.000 caballos y más de 1.000 piezas de artillería.
La victoria rusa sobre el ejército francés en 1812, significó el mayor obstáculo a las ambiciones de Napoleón por dominar Europa, mientras por parte rusa la “Guerra Patriótica” fue un símbolo de fortaleza de su identidad nacional como pueblo y tuvo gran impacto en el patriotismo ruso durante el siglo XIX.
Un siglo y medio más tarde, el ejército alemán, intentaría realizar una campaña similar a la napoleónica, y se saldó con idéntico desastroso resultado.
El mejor estratega de los rusos ha sido siempre, “el general invierno”.
“La Grande Armée” francesa con 691.500 hombres, era el mayor ejército jamás visto hasta ese momento en la historia europea y al principio, avanzó con gran rapidez dentro del territorio enemigo, pues los rusos sabiendo que no podrían derrotarles en campo abierto, se retiraron una y otra vez ante el imparable avance francés.
Aunque esto se ha considerado como ejemplo de “política de tierra quemada”, en realidad era consecuencia de falta de posibilidades para presentar batalla, ya que cuando finalmente lo hicieron, el 7 de septiembre en Borodino, se saldó con una victoria francesa, dejando expedito el camino hacia Moscú.
Napoleón entró finalmente en septiembre en la capital, abandonada por sus habitantes y vacía de suministros, pues los rusos le habían prendido fuego quemándola prácticamente por completo y privando a los franceses de la posibilidad de abrigarse en ella.
Napoleón ordenó entonces retroceder, iniciando el 19 de octubre la larga retirada tras sólo seis semanas de ocupación.
Al empezar el invierno a primeros de noviembre, el suministro al ejército se hizo cada vez más dificultoso, muriendo los caballos al no poder alimentarse y, aunque eran utilizados como carne para los soldados, su falta les obligaba a desplazarse lentamente a pie, sufriendo congelaciones. y muertes masivas.
Sólo 58.000 de los hombres que iniciaron la invasión sobrevivieron a la campaña y además los franceses perdieron casi 200.000 caballos y más de 1.000 piezas de artillería.
La victoria rusa sobre el ejército francés en 1812, significó el mayor obstáculo a las ambiciones de Napoleón por dominar Europa, mientras por parte rusa la “Guerra Patriótica” fue un símbolo de fortaleza de su identidad nacional como pueblo y tuvo gran impacto en el patriotismo ruso durante el siglo XIX.
Un siglo y medio más tarde, el ejército alemán, intentaría realizar una campaña similar a la napoleónica, y se saldó con idéntico desastroso resultado.
El mejor estratega de los rusos ha sido siempre, “el general invierno”.
lunes, 22 de junio de 2015
La insurrección de sargentos del cuartel de San Gil
El reinado de Isabel II se extendió en el período comprendido entre la muerte del Fernando VII en 1833 y el triunfo de la Revolución de 1868, que obligó a la reina a marchar al exilio.
Se caracterizó por un intento modernizador de España, frustrado por tensiones internas de los liberales, presión de los partidarios del absolutismo, los gobiernos supeditados al estamento militar y el fracaso final ante las dificultades económicas.
Podemos dividirlo en dos grandes etapas: la minoría de edad con la Regencia de su madre María Cristina y, luego el general Espartero; que comienza con la declaración por las Cortes en 1843 de su mayoría de edad cuando sólo tenía trece años.
Tuvo una gran influencia en su reinado la personalidad de Isabel; sin dotes para el gobierno y presionada por la Corte, por su propia madre, y también por los generales Narváez, Espartero y O'Donnell, que impidieron el tránsito del Antiguo Régimen al Estado Liberal, por lo que España llegó a fines del siglo XIX, atrasada respecto a otras potencias europeas.
Cuando Isabel II contaba 16 años, el Gobierno “arregló” su matrimonio con su primo, el infante don Francisco de Asís ambos primos carnales por vía doble y esta boda fue una cuestión de importancia nacional e internacional, pues los países europeos maniobraron para que no perjudicase sus alianzas e intereses.
Isabel no se llevaba bien con su primo y marido, cuya homosexualidad ha sido afirmada por algunos autores y hasta la reina parece haber comentado en una ocasión sobre su noche de bodas: ”¿Qué podía esperar de un hombre que en la noche de bodas llevaba más encajes que yo?”
La política exterior, se usó para que la población no se centrase en problemas internos, y España se implicó en conflictos en Marruecos, Indochina y México.
Siete gobiernos se sucedieron hasta la revolución de 1868 y la reina, fácilmente manipulada por sus ministros y la “camarilla” religiosa de la corte, compuesta por su confesor, el de su marido, y sor Patrocinio -“la monja de las llagas”- interfería en la política del gobierno, lo que la hizo impopular entre los políticos y acabó por causar su final al dar paso a la Revolución de 1868
Narváez formó gobierno en septiembre de 1864, con la intención de recoger un espíritu unionista, pero a su muerte en 1868, le sustituyó el autoritario Luis González Bravo, aunque la revolución estaba fraguada, y el fin de la monarquía se produjo en septiembre con la revolución “Gloriosa” al grito de "¡Abajo los Borbones! ¡Viva España con honra!" al tiempo que Isabel II marchaba al exilio francés, dando paso al Sexenio Democrático.
domingo, 21 de junio de 2015
Batalla de Vitoria, fin de la Guerra de la Independencia.
La victoria aliada, supuso la retirada definitiva de los franceses de España y forzó a Napoleón a devolver la corona a Fernando VII, aunque el acuerdo definitivo de paz con el nuevo rey de Francia Luis XVIII, se firmó en julio de 1814.
En España, desde el 1808 hasta el 1812 los franceses mantuvieron su superioridad militar, hasta que este año sufrieron un duro revés en su intento de dominio de la península, perdiendo en enero, Ciudad Rodrigo; y en Abril, Badajoz, aunque será el 22 de Julio cuando sufran la mayor derrrota militar en la llamada “Batalla de los Arapiles” donde los franceses sufrieron una contundente derrota, que les empujó estratégicamente hacia el norte del Duero, donde consiguieron un respiro, debido a un error de su perseguidor, el comandante de las fuerzas británicas, Duque de Wellington, pasando entonces a la ofensiva y desde Burgos empujaron a su enemigo anglosajón, hasta Portugal.
Tras la llegada de la primavera de 1813, Wellington avanzó desde Portugal aprovechando que Napoleón ordenaba retroceder a su hermano José, desde Madrid hasta Valladolid, debido a las recientes derrotas en la campaña de Rusia que amenazaba la superioridad en toda la frontera imperial.
José Bonaparte, siguiendo las directrices de su hermano, se apresuró a dirigirse a Vitoria, donde se concentraron los ejércitos franceses y donde el 21 de junio, tras una serie de duros enfrentamientos, se rompió el frente francés, iniciando estos una huida desesperada hacia su país, dejando tras de sí 8.000 bajas entre muertos y heridos y 2.000 prisioneros.
Las noticias de la victoria en Europa, sumaron nuevas fuerzas a prusianos y rusos, que todavía estaban recuperándose de las derrotas de Lützen y Bautzen y Austria, que hasta entonces había dudado en unirse a la nueva coalición antinapoleónica, entró de nuevo en guerra.
Ante el desastre, José Bonaparte, aterrorizado, abandonó el tesoro que llevaba, producto del saqueo del patrimonio español y miles de soldados se lanzaron sobre el cuantioso botín. y - en especial los británicos - abandonaron la persecución, lo que irritó a Wellington, que escribió: “El soldado británico es la escoria de la tierra, se alista por un trago”.
El botín que el rey José Bonaparte se llevaba a Francia era gigantesco, estimándose en más de 100 millones de euros actuales, entre oro, plata, joyas, telas valiosas, obras de arte; pinturas de Velázquez, Rafael, Tiziano, Correggio, Murillo, Rubens, Van Dyck entre otros, muchos de los cuales actualmente se exhiben en el Wellington Museum de Londres, regalados al general inglés por el rey Fernando VII.
En “El equipaje del rey José”- último episodio nacional que Pérez Galdos dedicado a la Guerra de Independencia, - este autor habla del apasionamiento de los guerrilleros del Norte y de su población, germen del fanatismo absolutista y describe el inicio del enfrentamiento entre liberales y absolutistas, que a partir de entonces marcará tristemente, la historia de España.
sábado, 20 de junio de 2015
Lorenzo Armengual de la Mota,de humilde pescador a ministro.
Tal día como hoy 20 de junio de 1719, el religioso malagueño Lorenzo Armengual del Pino de la Mota, funda en Málaga un Mayorazgo para ayudar a los más desfavorecidos.
Aunque existen distintas versiones sobre su origen familiar, los diferentes autores que investigaron en su vida suelen coincidir en lo fundamental, es decir que nació pobre, pescador, en el más miserable ambiente del perchelero barrio de Málaga, el 24 de octubre de 1663, cerca de un lugar denominado “Huerta del Obispo” y llegó a ser obispo de Cádiz, ministro de la Corona y título nobiliario como premio a sus servicios.
Resulta curioso precisamente, porque no fue el ambiente que rodeó su nacimiento el más propicio para despertar vocación religiosa, por lo que sin posibilidad de salir del mundo del que formó parte por origen, sólo el azar y su inteligencia, hicieron posible un futuro como no podían haber imaginado nunca él ni los suyos.
Todos los autores coinciden en la existencia de un encuentro casual de su padre con un canónigo, en la playa donde el niño recogía el último copo del día, entablando una conversación con el muchacho y quedando sorprendido de la lúcida inteligencia, simpatía y educación que no correspondía al marengo perchelero de la época, por lo que lo tomaría bajo su tutela facilitando la salida del barrio.
El canónigo, matriculó al niño en la Escuela de Gramática de la Catedral y, posteriormente, inició estudios como seminarista menor, siguiendo a su protector en sus diversos destinos, lo cual dio a Lorenzo entrenamiento, en la etiqueta de la alta curia española de entonces y en los más serios asuntos de la administración.
Siendo presbiterio, fue Capellán de honor del rey Carlos II “el Hechizado”, y ya ordenado sacerdote; recibió el grado de doctor en cánones; Abad de San Mamés y canónigo de Santiago de Compostela.
En plena Guerra de Sucesión, Felipe V lo llamó a la corte con la misión de reorganizar el Consejo de Hacienda y por su competencia y habilidad, le fueron confiados los más altos cargos del departamento, pasando de la Secretaría de Hacienda a integrarse en la de Justicia.
Nombrado Marqués de Campo Alegre – creado para él - renunció al marquesado por considerar que un prelado no debía tener título nobiliario, al estar en contradicción con su idea de apostolado, dejando los cargos públicos y siendo nombrado obispo de Cádiz.
Ya en Cádiz, se preocupó por el estado de su diócesis con el mismo celo que había desempeñado en sus puestos ministeriales y a su muerte en Chiclana de la Frontera el 15 de mayo de 1730, dividió las rentas de sus mayorazgos en tres partes.
Una para vestir pobres, y viudas de su barrio del Perchel; otra para redimir cautivos, principalmente malagueños; y la tercera para dotar a las doncellas huérfanas pobres de Málaga, para hacerse religiosas o para casarse, con 200 ducados, cuyos más directos beneficiados fueron los vecinos del Perchel.
Sobre el origen y vida de este pescador perchelero, así como de su fulgurante carrera que le llevó hasta el despacho real de la Hacienda, no se ha escrito demasiado pero lo que a los malagueños ha interesado siempre del personaje ha sido su origen humilde, desde el cual conquistó influencia, prestigio y poder y hoy, en el barrio del Perchel, convertido ahora en centro comercial de Málaga, existe una calle con su nombre, aunque casi nadie sabe quien era.
Aunque existen distintas versiones sobre su origen familiar, los diferentes autores que investigaron en su vida suelen coincidir en lo fundamental, es decir que nació pobre, pescador, en el más miserable ambiente del perchelero barrio de Málaga, el 24 de octubre de 1663, cerca de un lugar denominado “Huerta del Obispo” y llegó a ser obispo de Cádiz, ministro de la Corona y título nobiliario como premio a sus servicios.
Resulta curioso precisamente, porque no fue el ambiente que rodeó su nacimiento el más propicio para despertar vocación religiosa, por lo que sin posibilidad de salir del mundo del que formó parte por origen, sólo el azar y su inteligencia, hicieron posible un futuro como no podían haber imaginado nunca él ni los suyos.
Todos los autores coinciden en la existencia de un encuentro casual de su padre con un canónigo, en la playa donde el niño recogía el último copo del día, entablando una conversación con el muchacho y quedando sorprendido de la lúcida inteligencia, simpatía y educación que no correspondía al marengo perchelero de la época, por lo que lo tomaría bajo su tutela facilitando la salida del barrio.
El canónigo, matriculó al niño en la Escuela de Gramática de la Catedral y, posteriormente, inició estudios como seminarista menor, siguiendo a su protector en sus diversos destinos, lo cual dio a Lorenzo entrenamiento, en la etiqueta de la alta curia española de entonces y en los más serios asuntos de la administración.
Siendo presbiterio, fue Capellán de honor del rey Carlos II “el Hechizado”, y ya ordenado sacerdote; recibió el grado de doctor en cánones; Abad de San Mamés y canónigo de Santiago de Compostela.
En plena Guerra de Sucesión, Felipe V lo llamó a la corte con la misión de reorganizar el Consejo de Hacienda y por su competencia y habilidad, le fueron confiados los más altos cargos del departamento, pasando de la Secretaría de Hacienda a integrarse en la de Justicia.
Nombrado Marqués de Campo Alegre – creado para él - renunció al marquesado por considerar que un prelado no debía tener título nobiliario, al estar en contradicción con su idea de apostolado, dejando los cargos públicos y siendo nombrado obispo de Cádiz.
Ya en Cádiz, se preocupó por el estado de su diócesis con el mismo celo que había desempeñado en sus puestos ministeriales y a su muerte en Chiclana de la Frontera el 15 de mayo de 1730, dividió las rentas de sus mayorazgos en tres partes.
Una para vestir pobres, y viudas de su barrio del Perchel; otra para redimir cautivos, principalmente malagueños; y la tercera para dotar a las doncellas huérfanas pobres de Málaga, para hacerse religiosas o para casarse, con 200 ducados, cuyos más directos beneficiados fueron los vecinos del Perchel.
Sobre el origen y vida de este pescador perchelero, así como de su fulgurante carrera que le llevó hasta el despacho real de la Hacienda, no se ha escrito demasiado pero lo que a los malagueños ha interesado siempre del personaje ha sido su origen humilde, desde el cual conquistó influencia, prestigio y poder y hoy, en el barrio del Perchel, convertido ahora en centro comercial de Málaga, existe una calle con su nombre, aunque casi nadie sabe quien era.
viernes, 19 de junio de 2015
La misteriosa muerte de Maximiliano I
Tal día como hoy 19 de junio de 1867, el emperador Maximiliano I es fusilado en Querétaro (México).
Fernando Maximiliano fue el único monarca del Segundo Imperio Mexicano y aunque criticado como ingenuo, es elogiado por sus reformas liberales, por ayudar al pueblo Mexicano y por su valentía durante el sitio de Queretaro.
Llegó al puerto de Veracruz en mayo de 1864, entre el júbilo de los conservadores mejicanos, que le habían ofrecido la corona, aunque duró poco su apoyo, pues sus convicciones liberales le hicieron interesarse por los republicanos, adoptando medidas para la reconciliación; reparto de las tierras, la libertad de culto y derecho al voto de los desposeídos, lo cuál causó profundo descontento a los conservadores.
Los liberales vieron los cambios con simpatía, pero Benito Juárez, su jefe, permaneció firme en su intento de derrotar la monarquía y volver a un régimen republicano, inspirado en el modelo estadounidense.
Los cambios políticos internacionales, repercutieron en el Imperio Mexicano, pues Estados Unidos tras su guerra civil, apoyó al gobierno de Juárez, mientras Napoleón III, con problemas en Europa, tuvo que retirar sus tropas.
Sin el apoyo francés ni conservador en el país, Maximiliano quedó en total desamparo y desoyendo los consejos que le sugerían regresar a Austria, decidió enfrentar las consecuencias y ofreció su abdicación al Presidente Juárez, que no fue aceptada.
Detenido y tras un juicio sin derecho a apelaciones, con un interrogatorio que el Emperador se negó a contestar, se le condenó a muerte, siendo fusilado en el Cerro de las Campanas de la ciudad de Santiago de Querétaro el 19 de junio de 1867.
Así concluyó el Segundo Imperio Mejicano, surgiendo de inmediato una leyenda, según la cual, Juárez perdonó secretamente a Maximiliano permitiéndole marchar de México, dado que era masón como el emperador, y empezó una nueva vida en El Salvador, a cambio de no revelar jamás su identidad, donde vivió bajo el nombre de Justo Armas, según afirma el investigador Rolando Deneker.
Poco tiempo después del fusilamiento, apareció en El Salvador un hombre culto, elegante y de esmerada educación, que se convirtió en un personaje de la alta sociedad salvadoreña, con un parecido asombroso con el emperador de México, que siempre se mostró reacio a contestar cualquier pregunta sobre su pasado y solía decir que era único superviviente de un gran naufragio.
Rolando Deneker, arquitecto de profesión, pero apasionado por la historia, ha encontrado documentación que demuestra que Maximiliano y Benito Juárez eran masones y siendo “hermanos”, Juárez no lo podía matar y la única salida era fingir su fusilamiento y, proporcionarle un salvoconducto para El Salvador, en donde falleció a la edad de 104 años.
Pero hay más datos que refuerzan la tesis de Deneker, pues un estudio antropológico de comparación craneo-facial hecho por una antropóloga costarricense, dio resultados positivos y una muestra de sangre de una pariente de Maximiliano por línea materna directa, también dio positiva, así como el estudio grafológico que se realizó en Florida comparando la letra de Armas con la del archiduque.
Otro dato que refuerza esta teoría es que, Justo Armas tenia objetos - vajilla, cubertería, etc - que habían pertenecido a Maximiliano de Habsburgo y que alguien le enviaba desde México.
Tal vez solo sea una leyenda, pero sin duda, otro misterio más para la Historia...
Fernando Maximiliano fue el único monarca del Segundo Imperio Mexicano y aunque criticado como ingenuo, es elogiado por sus reformas liberales, por ayudar al pueblo Mexicano y por su valentía durante el sitio de Queretaro.
Llegó al puerto de Veracruz en mayo de 1864, entre el júbilo de los conservadores mejicanos, que le habían ofrecido la corona, aunque duró poco su apoyo, pues sus convicciones liberales le hicieron interesarse por los republicanos, adoptando medidas para la reconciliación; reparto de las tierras, la libertad de culto y derecho al voto de los desposeídos, lo cuál causó profundo descontento a los conservadores.
Los liberales vieron los cambios con simpatía, pero Benito Juárez, su jefe, permaneció firme en su intento de derrotar la monarquía y volver a un régimen republicano, inspirado en el modelo estadounidense.
Los cambios políticos internacionales, repercutieron en el Imperio Mexicano, pues Estados Unidos tras su guerra civil, apoyó al gobierno de Juárez, mientras Napoleón III, con problemas en Europa, tuvo que retirar sus tropas.
Sin el apoyo francés ni conservador en el país, Maximiliano quedó en total desamparo y desoyendo los consejos que le sugerían regresar a Austria, decidió enfrentar las consecuencias y ofreció su abdicación al Presidente Juárez, que no fue aceptada.
Detenido y tras un juicio sin derecho a apelaciones, con un interrogatorio que el Emperador se negó a contestar, se le condenó a muerte, siendo fusilado en el Cerro de las Campanas de la ciudad de Santiago de Querétaro el 19 de junio de 1867.
Así concluyó el Segundo Imperio Mejicano, surgiendo de inmediato una leyenda, según la cual, Juárez perdonó secretamente a Maximiliano permitiéndole marchar de México, dado que era masón como el emperador, y empezó una nueva vida en El Salvador, a cambio de no revelar jamás su identidad, donde vivió bajo el nombre de Justo Armas, según afirma el investigador Rolando Deneker.
Poco tiempo después del fusilamiento, apareció en El Salvador un hombre culto, elegante y de esmerada educación, que se convirtió en un personaje de la alta sociedad salvadoreña, con un parecido asombroso con el emperador de México, que siempre se mostró reacio a contestar cualquier pregunta sobre su pasado y solía decir que era único superviviente de un gran naufragio.
Rolando Deneker, arquitecto de profesión, pero apasionado por la historia, ha encontrado documentación que demuestra que Maximiliano y Benito Juárez eran masones y siendo “hermanos”, Juárez no lo podía matar y la única salida era fingir su fusilamiento y, proporcionarle un salvoconducto para El Salvador, en donde falleció a la edad de 104 años.
Pero hay más datos que refuerzan la tesis de Deneker, pues un estudio antropológico de comparación craneo-facial hecho por una antropóloga costarricense, dio resultados positivos y una muestra de sangre de una pariente de Maximiliano por línea materna directa, también dio positiva, así como el estudio grafológico que se realizó en Florida comparando la letra de Armas con la del archiduque.
Otro dato que refuerza esta teoría es que, Justo Armas tenia objetos - vajilla, cubertería, etc - que habían pertenecido a Maximiliano de Habsburgo y que alguien le enviaba desde México.
Tal vez solo sea una leyenda, pero sin duda, otro misterio más para la Historia...
jueves, 18 de junio de 2015
La iglesia católica y el escándalo del Banco Ambrosiano.
Tal día como hoy 18 de junio de 1982, aparece ahorcado en Londres el italiano Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano.
Calvi, fue un banquero apodado "el banquero de Dios", debido a su estrecha relación con la Santa Sede y su muerte en Londres, al principio fue declarada como un suicidio
Se sostiene que una de las causas de esta , fue su relación con el Banco del Vaticano - accionista del Ambrosiano, banco que a su vez estaba controlado por la mafia - y Calvi pudo utilizarlo para el “lavado” de dinero.
Al declararse en quiebra en 1982, el Ambrosiano era el segundo banco privado más grande de Italia, y a través suyo, habían sido sacadas ilegalmente del país, varios miles de millones de liras, lo que motivó una investigación penal.
En 1981, Calvi fue juzgado y condenado, quedando en libertad condicional tras una multa de 19,8 millones de dolares, por violar las regulaciones monetarias italianas.
La relación de Calvi con el Banco Ambrosiano destapó un escándalo de 1974, cuando la Santa Sede perdió 30 millones de dolares tras la quiebra del banco Franklin National Bank, propiedad del siciliano Michele Sindona, que murió en prisión después de tomar un café envenenado con cianuro.
Poco antes de la quiebra del Ambrosiano, Calvi escribió una carta al Papa Juan Pablo II, indicando que se podría "provocar una catástrofe de proporciones inimaginables en que la Iglesia iba a sufrir el más grave daño " y en 1984, el Banco del Vaticano aceptó pagar 224 millones de dólares a los acreedores del Ambrosiano como "reconocimiento a su implicación moral" en el colapso del mismo.
El 10 de junio de 1982, Calvi desapareció de Roma, huyendo con un pasaporte falso en un avión privado hacía Londres, y a primeras horas del 18 de junio de 1982, se encontró su cuerpo colgado debajo del puente Blackfriars de Londres, con los bolsillos rellenos de ladrillos y unos 15.000 dolares en efectivo en diferentes divisas .
Al haber sido miembro de la logia masónica P2, conocidos como "los frailes negros", llegó a especularse que Calvi fuera asesinado, como advertencia masónica para los demás, siendo declarada en principio su muerte como suicidio, pero tras una segunda investigación, el tribunal no pudo determinar la causa exacta de la misma.
Después de su exhumación, en diciembre de 1998, un informe independiente llegó a la conclusión de que en realidad había sido asesinado, pues las lesiones en el cuello eran incompatibles con el ahorcamiento y él no había tocado los ladrillos que tenía en sus bolsillos, ni había rastro de óxido o pintura en los zapatos de los andamios, sobre los que habría tenido que subir para ahorcarse.
En julio de 1991, un confidente mafioso, afirmó que Calvi había sido asesinado por haber perdido los fondos de la mafia durante la quiebra del Banco Ambrosiano y los fiscales italianos en 1997, implicaron al mafioso siciliano, Giuseppe Calò, en el asesinato, concluyendo que la mafia no actuó solo por sus intereses, sino lo hizo “por encargo” para asegurarse que Calvi no chantajease a figuras de la masonería como la Logia P2, o del Banco Vaticano, con el que había invertido importantes cantidades de dinero.
Un escándalo, en suma, del que la iglesia católica salió bastante ensombrecida.
Calvi, fue un banquero apodado "el banquero de Dios", debido a su estrecha relación con la Santa Sede y su muerte en Londres, al principio fue declarada como un suicidio
Se sostiene que una de las causas de esta , fue su relación con el Banco del Vaticano - accionista del Ambrosiano, banco que a su vez estaba controlado por la mafia - y Calvi pudo utilizarlo para el “lavado” de dinero.
Al declararse en quiebra en 1982, el Ambrosiano era el segundo banco privado más grande de Italia, y a través suyo, habían sido sacadas ilegalmente del país, varios miles de millones de liras, lo que motivó una investigación penal.
En 1981, Calvi fue juzgado y condenado, quedando en libertad condicional tras una multa de 19,8 millones de dolares, por violar las regulaciones monetarias italianas.
La relación de Calvi con el Banco Ambrosiano destapó un escándalo de 1974, cuando la Santa Sede perdió 30 millones de dolares tras la quiebra del banco Franklin National Bank, propiedad del siciliano Michele Sindona, que murió en prisión después de tomar un café envenenado con cianuro.
Poco antes de la quiebra del Ambrosiano, Calvi escribió una carta al Papa Juan Pablo II, indicando que se podría "provocar una catástrofe de proporciones inimaginables en que la Iglesia iba a sufrir el más grave daño " y en 1984, el Banco del Vaticano aceptó pagar 224 millones de dólares a los acreedores del Ambrosiano como "reconocimiento a su implicación moral" en el colapso del mismo.
El 10 de junio de 1982, Calvi desapareció de Roma, huyendo con un pasaporte falso en un avión privado hacía Londres, y a primeras horas del 18 de junio de 1982, se encontró su cuerpo colgado debajo del puente Blackfriars de Londres, con los bolsillos rellenos de ladrillos y unos 15.000 dolares en efectivo en diferentes divisas .
Al haber sido miembro de la logia masónica P2, conocidos como "los frailes negros", llegó a especularse que Calvi fuera asesinado, como advertencia masónica para los demás, siendo declarada en principio su muerte como suicidio, pero tras una segunda investigación, el tribunal no pudo determinar la causa exacta de la misma.
Después de su exhumación, en diciembre de 1998, un informe independiente llegó a la conclusión de que en realidad había sido asesinado, pues las lesiones en el cuello eran incompatibles con el ahorcamiento y él no había tocado los ladrillos que tenía en sus bolsillos, ni había rastro de óxido o pintura en los zapatos de los andamios, sobre los que habría tenido que subir para ahorcarse.
En julio de 1991, un confidente mafioso, afirmó que Calvi había sido asesinado por haber perdido los fondos de la mafia durante la quiebra del Banco Ambrosiano y los fiscales italianos en 1997, implicaron al mafioso siciliano, Giuseppe Calò, en el asesinato, concluyendo que la mafia no actuó solo por sus intereses, sino lo hizo “por encargo” para asegurarse que Calvi no chantajease a figuras de la masonería como la Logia P2, o del Banco Vaticano, con el que había invertido importantes cantidades de dinero.
Un escándalo, en suma, del que la iglesia católica salió bastante ensombrecida.
miércoles, 17 de junio de 2015
El Cid derrota por vez primera a los almorávides.
Tal día como hoy 17 de junio de 1094 y tras haber capitulado dos días antes, Rodrigo Díaz “el Cid Campeador” toma posesión de Valencia, en una gesta sólo al alcance de este gran héroe, el mayor quizás de nuestra crónica histórica.
La conquista de la ciudad hay que situarla en el segundo destierro del Cid por Alfonso VI, ya que al estar libre de cualquier relación con su rey, decidió establecerse en Levante, para lo cual inició los preparativos para conquistar la ciudad de Valencia.
Pocos años antes, había llegado a la Península una nueva fuerza musulmana - los almorávides – fanáticos religiosos del norte de África, que unificaron de nuevo por la fuerza, la España islámica tras derrotar al rey castellano Alfonso VI en Sagrajas.
Los almorávides, sorprendieron a los castellanos por su fiereza en la lucha y su aspecto, con escudos de piel de hipopótamo y el estruendoso redoble de sus tambores, con los que los castellanos no estaban acostumbrados a luchar, mientras ellos lo hacían en el desierto en muy duras condiciones, pues se trataba además de un pueblo belicoso, pero altamente disciplinado, que infundía terror a sus enemigos y desconocía la derrota, circunstancia esta, que les hacia especialmente peligrosos en sus batallas.
Esta nueva amenaza, convenció al Cid para llevar a cabo su idea, decidiendo conquistar la ciudad de Valencia, a fin de establecerse en ella como “un señor de la guerra independiente”, al no estar sometido a ningún rey cristiano, figura esta común durante la etapa de la reconquista, en donde determinados personajes, llegaban a constituir estructuras de gobierno, al margen de los reinos.
Durante el verano de 1093 inicio las acciones del cerco de la ciudad, el cual se prolongaría casi un año, tomando posesión de ella tras su rendición, con el título de “Príncipe Rodrigo el Campeador”, tras lo cual estableció un Gobierno permisivo con los musulmanes, pero estricto en cuestiones de lealtad.
No obstante, tras la conquista, la presión almorávide no cejó pues para ellos la conquista del Cid fue una humillación inadmisible, por lo que el rey Yusuf formará un gran ejército, con su sobrino al mando, que enviará a Valencia para hacerse de nuevo con la ciudad y en septiembre de ese mismo año, este ejército llegó hasta a cinco kilómetros de la capital,
Rodrigo, en lugar de refugiarse tras sus muros, pedirá entonces ayuda a los reyes cristianos, pero ésta no llegará a tiempo, por lo que sin poder confiar más que en sus fuerzas, toma la iniciativa y ataca el campamento almorávide por sorpresa huyendo después al galope con su gente.
Los almorávides caen en la trampa y salen en su busca dejando el campamento desguarnecido, de manera que las tropas que quedaban en Valencia lanzan un nuevo ataque y aniquilan a los acampados.
Cuando tarde, se dan cuenta de la acción, los almorávides carecen de fuerzas para tomar la ciudad y se ven forzados a iniciar su retirada, sufriendo su primera gran derrota en España, aunque no sería , desde luego, la última.
El ejemplo del Cid espoleará a los reinos cristianos, que desde entonces considerarán un poco más vulnerables a los invasores, entendido que el mito de su invencibilidad no era ciento.
La conquista de la ciudad hay que situarla en el segundo destierro del Cid por Alfonso VI, ya que al estar libre de cualquier relación con su rey, decidió establecerse en Levante, para lo cual inició los preparativos para conquistar la ciudad de Valencia.
Pocos años antes, había llegado a la Península una nueva fuerza musulmana - los almorávides – fanáticos religiosos del norte de África, que unificaron de nuevo por la fuerza, la España islámica tras derrotar al rey castellano Alfonso VI en Sagrajas.
Los almorávides, sorprendieron a los castellanos por su fiereza en la lucha y su aspecto, con escudos de piel de hipopótamo y el estruendoso redoble de sus tambores, con los que los castellanos no estaban acostumbrados a luchar, mientras ellos lo hacían en el desierto en muy duras condiciones, pues se trataba además de un pueblo belicoso, pero altamente disciplinado, que infundía terror a sus enemigos y desconocía la derrota, circunstancia esta, que les hacia especialmente peligrosos en sus batallas.
Esta nueva amenaza, convenció al Cid para llevar a cabo su idea, decidiendo conquistar la ciudad de Valencia, a fin de establecerse en ella como “un señor de la guerra independiente”, al no estar sometido a ningún rey cristiano, figura esta común durante la etapa de la reconquista, en donde determinados personajes, llegaban a constituir estructuras de gobierno, al margen de los reinos.
Durante el verano de 1093 inicio las acciones del cerco de la ciudad, el cual se prolongaría casi un año, tomando posesión de ella tras su rendición, con el título de “Príncipe Rodrigo el Campeador”, tras lo cual estableció un Gobierno permisivo con los musulmanes, pero estricto en cuestiones de lealtad.
No obstante, tras la conquista, la presión almorávide no cejó pues para ellos la conquista del Cid fue una humillación inadmisible, por lo que el rey Yusuf formará un gran ejército, con su sobrino al mando, que enviará a Valencia para hacerse de nuevo con la ciudad y en septiembre de ese mismo año, este ejército llegó hasta a cinco kilómetros de la capital,
Rodrigo, en lugar de refugiarse tras sus muros, pedirá entonces ayuda a los reyes cristianos, pero ésta no llegará a tiempo, por lo que sin poder confiar más que en sus fuerzas, toma la iniciativa y ataca el campamento almorávide por sorpresa huyendo después al galope con su gente.
Los almorávides caen en la trampa y salen en su busca dejando el campamento desguarnecido, de manera que las tropas que quedaban en Valencia lanzan un nuevo ataque y aniquilan a los acampados.
Cuando tarde, se dan cuenta de la acción, los almorávides carecen de fuerzas para tomar la ciudad y se ven forzados a iniciar su retirada, sufriendo su primera gran derrota en España, aunque no sería , desde luego, la última.
El ejemplo del Cid espoleará a los reinos cristianos, que desde entonces considerarán un poco más vulnerables a los invasores, entendido que el mito de su invencibilidad no era ciento.
martes, 16 de junio de 2015
Lucio Quincio Cincinato, un político honesto y honrado.
Tal día como hoy 16 de junio del año 458 a.C. - según la tradición - el patricio romano Lucio Quincio Cincinato, es llamado por el Senado para defender la República.
Retirado voluntariamente de la vida pública, una delegación del Senado - ante la incompetencia militar de los cónsules y para salvar al ejército romano y a la misma República de la invasión por los ecuos, y volscos, - acudió a su finca situada en la otra orilla del río Tiber, donde le encontraron dedicado a arar la tierra.
Cuando le comunicaron la petición del senado, Cincinato se mostró reacio a aceptar, ya que estaba próxima la recogida de la cosecha y no podía dejar abandonadas sus tierras, pero ante la insistencia de los delegados, finalmente lo hizo.
El nombramiento ofrecido por el Senado era el de “dictador”, figura reconocida en el mundo romano, para casos de extrema gravedad, en los que el designado asumía en su persona todos los poderes del Estado, ejecutivo, legislativo y judicial, por espacio de seis meses, período en el que quedaban en suspenso todos los procedimientos ordinarios y los magistrados y nadie podía criticar, censurar ni discutir las órdenes del dictador.
A la mañana siguiente, se presentó en el Foro con la toga de dictador, orlada de púrpura, y llamó a todos los romanos a las armas encuadrándolos en legiones y poniéndose al frente de las tropas personalmente.
En un tiempo récord, organizó el ejercito, presentó batalla al enemigo, derrotándolo completamente, y en un acto de magnanimidad, les permitió marchar libres, a condición de rendir las armas y entregar a los jefes.
Cumplida su misión, en apenas seis días y aunque aún podía prolongar el poder durante seis meses, se despojó voluntariamente de la toga dictatorial, que le confería todo el poder y se reintegró de nuevo a su arado y a la recolección de sus cosechas.
Cincinato constituye un símbolo del espíritu cívico de los romanos y su figura se convirtió en arquetipo y modelo de rectitud, honradez e integridad, que supo combinar con una gran capacidad estratégica militar y legislativa.
Cuando terminó la Guerra de Independencia Norteamericana, se fundó la Sociedad de “los Cincinnati” a cargo de soldados y podían ser miembros todos aquellos, que habían servido desinteresadamente a su patria.
La ciudad estadounidense de Cincinnati perpetúa su recuerdo y se la denominó así en homenaje, al que entonces se consideraba como el Cincinato de los Estados Unidos: George Washington.
¡Que habrá sido en la actualidad, de los genes de Cincinato...!
lunes, 15 de junio de 2015
Las primeras elecciones democráticas tras la dictadura franquista
Tal día como hoy 15 de junio 1977, tras la muerte del dictador Francisco Franco, tienen lugar las primeras elecciones democráticas.
El resultado electoral fortaleció la incipiente democracia, con un sistema de partidos similar a cualquier país europeo y sobre todo, permitió a las nuevas Cortes iniciar un proceso constituyente para dar al país una Constitución de consenso.
Para llegar a aquello, Adolfo Suárez, presidente del Gobierno, tuvo que esquivar importantes dificultades con habilidad y firmeza, especialmente la legalización del Partido Comunista durante la Semana Santa de 1977.
El diseño del sistema electoral designado por su partido, consiguió equilibrar las enormes diferencias de población que existían entre las 52 circunscripciones y junto a una atractiva oferta política de centro consiguió mantenerse en el poder.
El 15 de abril, se convocaron las elecciones generales para el 15 de junio a las que Adolfo Suárez, anunció su candidatura por UCD y a él se añadieron los llamados “hombres de Suárez”, conocidos como “azules”, procedentes del franquismo encabezados por Martín Villa, que presumían de ser autores de la reforma política aprobada en el referéndum de 1976.
Concurrieron 5.343 candidatos, pero la disputa electoral se fue circunscribiendo a la Alianza Popular de Fraga, la UCD de Suárez, el PSOE de Felipe González, el PCE de Santiago Carrillo, así como formaciones nacionalistas de País Vasco (PNV) y Catalunya, con Convergència de Jordi Pujol
Alianza Popular representaba el voto franquista, encabezados por Fraga Iribarne, que se empeñaron en rememorar el pasado y el miedo, no contribuyendo a crear una imagen moderada.
La campaña más eficaz fue la del PSOE, con un aparato dedicado a realizar estudios de opinión y elaborar estrategias políticas, que aprendieron de otros países, aplicando modernas técnicas electorales, lo que les permitió darse a conocer y movilizar a miles de ciudadanos para convertirse en la fuerza mayoritaria de la izquierda, pese a su escasa actividad durante el franquismo.
Otro acierto de Suárez fue permitir la presencia del PCE, demostrando una gran visión política y táctica, pues propiciando su legalización logró dos objetivos: los comunistas eran la prueba definitiva de la transición y la democracia de las elecciones y a la vez dividía más a la izquierda.
La campaña comunista fue escasa en medios e ideas, con una publicidad lúgubre, subrayando su pasado de oposición al franquismo, pero con dificultades para olvidar los recelos de buena parte de la sociedad española, influida por la propaganda durante 40 años, mientras la ultraderecha no obtiene ningún escaño.
Se eligió un día laborable para votar y la jornada fue bastante tranquila, concurriendo el 78,89% del censo, evidenciado los resultados una mayoría cómoda de UCD, con 166 escaños que le permitió formar nuevo gobierno, mientras el PSOE obtenía 118 diputado; el PCE, 20 escaños, y Alianza Popular 16, ambos con resultados muy por debajo de sus expectativas, mientras en el País Vasco y Catalunya se confirmaba el protagonismo de los nacionalistas moderados.
Cuarenta y un años después de las últimas elecciones generales en España, ocurridas durante la Segunda República, los españoles volvieron a decidir su destino en las urnas, apostando por la moderación al votar a los partidos de centro-derecha y centro-izquierda.
Hoy, esta tendencia esta cambiando y se tiende a una mayor radicalización política, que abre un escenario nuevo, en donde parece reducirse la importancia de los dos grandes partidos, PP y PSOE, hasta ahora hegemónicos.
El resultado electoral fortaleció la incipiente democracia, con un sistema de partidos similar a cualquier país europeo y sobre todo, permitió a las nuevas Cortes iniciar un proceso constituyente para dar al país una Constitución de consenso.
Para llegar a aquello, Adolfo Suárez, presidente del Gobierno, tuvo que esquivar importantes dificultades con habilidad y firmeza, especialmente la legalización del Partido Comunista durante la Semana Santa de 1977.
El diseño del sistema electoral designado por su partido, consiguió equilibrar las enormes diferencias de población que existían entre las 52 circunscripciones y junto a una atractiva oferta política de centro consiguió mantenerse en el poder.
El 15 de abril, se convocaron las elecciones generales para el 15 de junio a las que Adolfo Suárez, anunció su candidatura por UCD y a él se añadieron los llamados “hombres de Suárez”, conocidos como “azules”, procedentes del franquismo encabezados por Martín Villa, que presumían de ser autores de la reforma política aprobada en el referéndum de 1976.
Concurrieron 5.343 candidatos, pero la disputa electoral se fue circunscribiendo a la Alianza Popular de Fraga, la UCD de Suárez, el PSOE de Felipe González, el PCE de Santiago Carrillo, así como formaciones nacionalistas de País Vasco (PNV) y Catalunya, con Convergència de Jordi Pujol
Alianza Popular representaba el voto franquista, encabezados por Fraga Iribarne, que se empeñaron en rememorar el pasado y el miedo, no contribuyendo a crear una imagen moderada.
La campaña más eficaz fue la del PSOE, con un aparato dedicado a realizar estudios de opinión y elaborar estrategias políticas, que aprendieron de otros países, aplicando modernas técnicas electorales, lo que les permitió darse a conocer y movilizar a miles de ciudadanos para convertirse en la fuerza mayoritaria de la izquierda, pese a su escasa actividad durante el franquismo.
Otro acierto de Suárez fue permitir la presencia del PCE, demostrando una gran visión política y táctica, pues propiciando su legalización logró dos objetivos: los comunistas eran la prueba definitiva de la transición y la democracia de las elecciones y a la vez dividía más a la izquierda.
La campaña comunista fue escasa en medios e ideas, con una publicidad lúgubre, subrayando su pasado de oposición al franquismo, pero con dificultades para olvidar los recelos de buena parte de la sociedad española, influida por la propaganda durante 40 años, mientras la ultraderecha no obtiene ningún escaño.
Se eligió un día laborable para votar y la jornada fue bastante tranquila, concurriendo el 78,89% del censo, evidenciado los resultados una mayoría cómoda de UCD, con 166 escaños que le permitió formar nuevo gobierno, mientras el PSOE obtenía 118 diputado; el PCE, 20 escaños, y Alianza Popular 16, ambos con resultados muy por debajo de sus expectativas, mientras en el País Vasco y Catalunya se confirmaba el protagonismo de los nacionalistas moderados.
Cuarenta y un años después de las últimas elecciones generales en España, ocurridas durante la Segunda República, los españoles volvieron a decidir su destino en las urnas, apostando por la moderación al votar a los partidos de centro-derecha y centro-izquierda.
Hoy, esta tendencia esta cambiando y se tiende a una mayor radicalización política, que abre un escenario nuevo, en donde parece reducirse la importancia de los dos grandes partidos, PP y PSOE, hasta ahora hegemónicos.
domingo, 14 de junio de 2015
Luis de Fajardo, un héroe del siglo XVII del que nadie sabe nada.
Tal día como hoy 14 de junio de 1609, tras los constantes ataques de los piratas turcos, ayudada por ingleses y franceses, la armada española, presenta batalla y los vence en La Goleta.
El almirante encargado de la acción fue Luis de Fajardo, hijo bastardo del Marques de los Vélez. a quien en 1598 Felipe II nombró Capitán General de la Armada del Mar Océano y general de los galeones de la carrera de Indias, el cual dirigió desde ese año la defensa de la flota de Indias contra los corsarios ingleses y holandeses.
El mismo año de su nombramiento, en defensa de las flotas de Indias a la que escoltaba, batió a los corsarios ingleses que las esperaban cerca del cabo San Vicente y emitió informe al rey sobre la conveniencia de que en Cartagena de Indias, hubiese galeras destacadas con carácter fijo “para lo que pudiera suceder”.
Como capitán general de la Armada, ocupó el cargo a partir de 1604, obteniendo varios y brillantes éxitos navales, como el de 1605 contra los corsarios en la costa de Cumaná – Venezuela - donde apresó a diecinueve urcas- nave del tamaño de una fragata - quemándolas y degollando a capitanes y dotaciones, lo que justificó el terror de piratas y corsarios ante los buques de guerra españoles, a los que evitaban.
Con esta acción, acabó el bloqueo que los corsarios holandeses mantenían en la costa de Cumaná e isla Margarita, donde asaltaban a cuantos mercantes encontraban, a los que hacían objeto de todo tipo de tropelías y en junio de 1606, frente a las costas de Portugal, venció a la flota holandesa, que bloqueaba las mismas.
Cuando en 1609 se decreta la expulsión de los moriscos, se decide concentrar en el Mediterráneo a las escuadras de galeras, en evitación de ataques berberiscos y Luis de Fajardo, fijó su base en Cartagena, desde donde en junio de este mismo año, se adentró en el mar con doce buques, buscando al corsario argelino Simón Dancer y se dirigió sobre Orán, fondeando en Mazalquivir.
Sin hallar enemigos, continuó a Túnez donde en julio de 1609, quemó veintidós buques de alto bordo y una goleta corsaria, a pesar de hacerlo bajo el fuego de los cañones del castillo de La Goleta, operación que realizó, apoyado por genoveses e ingleses.
Durante su retirada hizo varias presas turca más y, una vez reparadas las averías del combate, se dirigió de nuevo a su base de Cartagena
El 6 de agosto 1614 realizó su última y brillante gran acción, al conquistar la fortaleza de Mámora, en las proximidades de Tánger, para lo que salió de Cádiz con noventa y nueve navíos, entre buques de guerra y transporte, desembarcando el día 5, a la boca del río Sebú, donde tenía su guarida el corsario Muley-Cidán que proporcionaba, además, apostadero a los holandeses.
Con el desembarco de 2.000 hombres y el apoyo artillero de las galeras que, con sus cañones de proa barrieron a los moros de a pie y de a caballo, consiguió una victoria total, quedando la Mámora en dominio de España destacando allí una guarnición y regresando a Cádiz.
Habían allí fondeados, cuatro buques de guerra holandeses que, al ver el cariz que tomaban las cosas, saludaron al estandarte de España, declarándose neutrales,.antes de verse convertidos en objetivo.
Huelga decirlo - pero lo digo - que como en lógico, en los casos de héroes españoles, no se sabe a ciencia cierta, dónde ni cuándo falleció, ni existe recordatorio alguno a su memoria, ni retrato con su imagen.
España, es así.
..
El almirante encargado de la acción fue Luis de Fajardo, hijo bastardo del Marques de los Vélez. a quien en 1598 Felipe II nombró Capitán General de la Armada del Mar Océano y general de los galeones de la carrera de Indias, el cual dirigió desde ese año la defensa de la flota de Indias contra los corsarios ingleses y holandeses.
El mismo año de su nombramiento, en defensa de las flotas de Indias a la que escoltaba, batió a los corsarios ingleses que las esperaban cerca del cabo San Vicente y emitió informe al rey sobre la conveniencia de que en Cartagena de Indias, hubiese galeras destacadas con carácter fijo “para lo que pudiera suceder”.
Como capitán general de la Armada, ocupó el cargo a partir de 1604, obteniendo varios y brillantes éxitos navales, como el de 1605 contra los corsarios en la costa de Cumaná – Venezuela - donde apresó a diecinueve urcas- nave del tamaño de una fragata - quemándolas y degollando a capitanes y dotaciones, lo que justificó el terror de piratas y corsarios ante los buques de guerra españoles, a los que evitaban.
Con esta acción, acabó el bloqueo que los corsarios holandeses mantenían en la costa de Cumaná e isla Margarita, donde asaltaban a cuantos mercantes encontraban, a los que hacían objeto de todo tipo de tropelías y en junio de 1606, frente a las costas de Portugal, venció a la flota holandesa, que bloqueaba las mismas.
Cuando en 1609 se decreta la expulsión de los moriscos, se decide concentrar en el Mediterráneo a las escuadras de galeras, en evitación de ataques berberiscos y Luis de Fajardo, fijó su base en Cartagena, desde donde en junio de este mismo año, se adentró en el mar con doce buques, buscando al corsario argelino Simón Dancer y se dirigió sobre Orán, fondeando en Mazalquivir.
Sin hallar enemigos, continuó a Túnez donde en julio de 1609, quemó veintidós buques de alto bordo y una goleta corsaria, a pesar de hacerlo bajo el fuego de los cañones del castillo de La Goleta, operación que realizó, apoyado por genoveses e ingleses.
Durante su retirada hizo varias presas turca más y, una vez reparadas las averías del combate, se dirigió de nuevo a su base de Cartagena
El 6 de agosto 1614 realizó su última y brillante gran acción, al conquistar la fortaleza de Mámora, en las proximidades de Tánger, para lo que salió de Cádiz con noventa y nueve navíos, entre buques de guerra y transporte, desembarcando el día 5, a la boca del río Sebú, donde tenía su guarida el corsario Muley-Cidán que proporcionaba, además, apostadero a los holandeses.
Con el desembarco de 2.000 hombres y el apoyo artillero de las galeras que, con sus cañones de proa barrieron a los moros de a pie y de a caballo, consiguió una victoria total, quedando la Mámora en dominio de España destacando allí una guarnición y regresando a Cádiz.
Habían allí fondeados, cuatro buques de guerra holandeses que, al ver el cariz que tomaban las cosas, saludaron al estandarte de España, declarándose neutrales,.antes de verse convertidos en objetivo.
Huelga decirlo - pero lo digo - que como en lógico, en los casos de héroes españoles, no se sabe a ciencia cierta, dónde ni cuándo falleció, ni existe recordatorio alguno a su memoria, ni retrato con su imagen.
España, es así.
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