Por aquel entonces, el gobierno español decidió repatriar a dos misioneros que habían trabajado hasta la fecha en Liberia y Sierra Leona, respectivamente y tras la segunda repatriación, una auxiliar de enfermería se contagió activando todas las alarmas por tratarse del primer caso de ébola fuera de África desde el descubrimiento del virus en 1976.
Si bien el ébola no está, en África, entre las enfermedades más comunes en términos absolutos, su alta mortalidad -50 % de contagios- lo convierten en una verdadera amenaza en todos los países donde han aparecido cepas y brotes: Gabón, República Democrática del Congo, Uganda, Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria: es decir, en el centro de África.
La transmisión del virus, que recibe el nombre del río Ébola —afluente del río Mongala — donde se detectaron los primeros casos a mediados de los años setenta, se da a través del contacto directo con sangre, secreciones, órganos o líquidos de animales infectados, como chimpancés, gorilas, antílopes o murciélagos de la fruta.
Su mayor riesgo es la facilidad en el contagio persona a persona, puesto que puede transmitirse mediante líquidos corporales y excreciones de todo tipo: saliva, sudor, sangre, semen, flujo vaginal, vómitos, orina…
Una vez contagiados, los primeros síntomas mantienen un tiempo de incubación muy variable, apareciendo fiebre, dolor de garganta y tos, dolor de cabeza y cansancio o dolor muscular entre las 48 horas y las 3 semanas. El cuadro del ebolavirus se complica posteriormente con náuseas, vómitos y diarreas hasta el fallo del hígado y los riñones, que es el momento en el que los pacientes sufren hemorragias.
El gran cambio y el miedo en la propagación del ébola no toma forma hasta 2014 en África occidental, cuando el terror viaja hasta el mundo entero. Hasta la epidemia en África occidental, ninguna de las cepas del ebolavirus se había contagiado fuera de aldeas y entornos rurales donde su control es más complejo.
El mayor riesgo del ébola en África es la dificultad para controlarlo tras su salto de entornos aislados a las ciudades, donde la epidemia en África occidental afectó a cinco países en 2014 y los expertos confirman que resulta imposible tratar o erradicar a los animales que pueden alojar el virus en África, lo que convierte el ébola en una enfermedad endémica en algunas regiones del centro del continente.
Sin embargo, la prevención para evitar nuevos contagios y las medidas sanitarias son una pauta importantísima para evitar nuevas epidemias en futuras cepas de un virus que en sus primeras fases puede confundirse con una gripe.
Una vacuna experimental contra el ébola ha sido probada por la OMS, con la que se realizó un ensayo durante el 2015, 5837 personas recibieron la vacuna, las cuales no presentaron ningún síntoma del virus.