lunes, 6 de enero de 2025

Inés de Castro, la reina que fue coronada después de muerta

Tal día como hoy, 7 de enero de 1355, la noble gallega Inés de Castro, esposa del Rey Pedro I de Portugal, es asesinada en la Quinta das Lágrimas, por orden del Rey Alfonso IV "el Bravo".

Inés de Castro  fue una noble gallega, perteneciente a la poderosa Casa de Castro, emparentada con los primeros reyes de Castilla, hija de Pedro Fernández de Castro "el de la Guerra", primer señor jurisdiccional de Monforte de Lemos, y de Aldonza Lorenzo de Valladares.

Fue media hermana de Fernán Ruiz de Castro, III conde de Lemos y de Juana de Castro Nada se sabe sobre sus primeros años; se supone que debió ser educada en Galicia, en el palacio de don Juan Manuel, duque de Peñafiel y marqués de Villena, pues parece probado que vivió con Constanza Manuel, hija del duque y prima suya, la cual, después de haberse negado varias veces a contraer matrimonio, decidió casarse con Pedro, infante de Portugal y posteriormente rey .

Las dos jóvenes abandonaron la corte de Peñafiel en 1340, e Inés residió en Lisboa o Coímbra en calidad de dama parente, y añade la tradición que, en el instante de su llegada a la corte de Alfonso IV de Portugal, excitó una viva pasión en el corazón del infante heredero Pedro.

Hacia 1354, varios años después de la muerte de la esposa legítima de Pedro I, se casó este con Inés, la que había sido durante tanto tiempo su amante, santificando su unión ante el obispo de Guarda y de algunos servidores; pero si la unión fue bendecida, ningún documento pudo presentarse que lo probara; nada especificó los derechos que adquirían la nueva esposa y sus hijos, y ninguno de los testigos del matrimonio, ni el mismo príncipe, cuando llegó a ocupar el trono en 1357, pudieron asignar una fecha precisa a aquel matrimonio clandestino, que debía dar una reina a Portugal.

Inés fué asesinada en el marco de un conflicto dinástico, entre Portugal y la Corona de Castilla, que culminaría pocos años después en el interregno de 1383-1385. En 1355/1354 el rey Alfonso IV "el Bravo", trasladó su corte a Montemor-o-Velho, e inició un complot con varios de sus consejeros, para disminuir las pretensiones de la Casa de Castro en Portugal

Inés fue asesinada en la Quinta das Lágrimas en enero de 1355. Los principales implicados, los consejeros Pedro Coelho, Diego López Pacheco y Alonso Gonçalves, señalados como los más incisivos en presionar al rey, para asesinar a doña Ines, consiguen fugarse, provocando la furia del infante Pedro. La muerte del rey Alfonso IV de Portugal le llevó al trono en 1357.

Terrible fue la venganza de Pedro, cuando fue coronado rey de Portugal. La leyenda admitida por la tradición, cuenta que el rey Pedro tomó el cadáver de Inés, en estado de descomposición avanzada y lo colocó en el trono, obligando a su corte y a todos los allí presentes, a que le besaran su mano, y le rindieran los honores debidos como reina. 

Pedro proclamó su matrimonio contraído en secreto en 1354 y, al reconocerse este por las Cortes de Cantanhede, coronó a Inés reina de Portugal.

En 1360 el rey de Portugal y el de Castilla alcanzaron un acuerdo, para entregarse mutuamente a nobles huidos de sus respectivos reinos. 

De los tres instigadores de la muerte de Inés, Pedro Coelho y Álvaro Gonçalves expiaron de un modo terrible su crimen; al primero le fue arrancado el corazón por el pecho, y al segundo por la espalda. Pacheco fue el único que consiguió escapar a Aviñón y más tarde Pedro I le perdonaría la vida.

Suntuosos fueron los funerales que se hicieron a Inés; su cuerpo fue depositado en Alcobaça en una tumba de mármol blanco, con una efigie coronada que Pedro había hecho preparar de antemano, y cerca de la cual hizo erigir su propia sepultura.

Dispuso que los catafalcos se tocaran los pies: quería que el día de la resurrección, al levantarse, su primera imagen a contemplar, fuera la de su adorada Inés.


domingo, 5 de enero de 2025

¡¡ Feliz Dia de Reyes !!


 ¡Que los Reyes Magos te dejen muchos regalos y ni una sola factura de la tarjeta de crédito! ¡Feliz día de Reyes 2025!.

La Isabela, la primera ciudad española en América

Tal día como hoy, 6 de enero de 1494, el almirante Cristóbal Colón, durante su segundo viaje a América, llevó a cabo la fundación de "La Isabela", la primera ciudad española en América, después del fallido intento del Fuerte Navidad, que había sido destruido el año anterior.

Habia pasado poco más de un año, de la construcción del primer establecimiento español en el nuevo mundo, el fuerte "La Navidad", construido con los restos de la nao "Santa María", que había encallado, en las costas de la isla de La Española, isla que actualmente forman Haití y la República Dominicana, cuando un inexperto grumete manejaba el timón.

En el fuerte de La Navidad, se habían establecido con ayuda de indígenas de la zona, un total de 39 españoles, con provisiones para un año y semillas para sembrar. Hombres que, bajo el mando del alguacil Diego de Arana, vieron como el 16 de enero de 1493 Cristóbal Colón y el resto de los integrantes de aquella expedición, que había descubierto América, iniciaban el viaje de regreso a España.

Pasados once meses, Cristóbal Colón volvió al fuerte de La Navidad. Lo hacía al mando de 17 barcos y más de 1.500 hombres, sin embargo, solo pudo encontrar el fuerte incendiado y los cadáveres de los españoles, que allí se habían establecido. La primera masacre de la conquista de América, se había producido y los españoles no fueron sus autores sino las víctimas.

Los indígenas que habían ayudado en la construcción del fuerte de La Navidad, informaron a Cristóbal Colón de que los españoles habían sido ejecutados, por una tribu indígena rival liderada por el caudillo Caonabo. Al conocer lo sucedido, Cristóbal Colón decidió construir la primera ciudad española en el nuevo mundo, lejos de los dominios de aquella peligrosa tribu.

Para convertir la primera ciudad española en América en una realidad, Cristóbal Colón se pasó un mes buscando el lugar idóneo. Lo encuentra a mediados de diciembre. Las labores de construcción, comienzan ese mismo mes y el 6 de enero de 1994 se fundaba la primera ciudad española, en el nuevo mundo.

La Isabela fue golpeada, por dos de los primeros huracanes observados por los europeos en 1494 y 1495. El hambre y las enfermedades diezmaron a los pobladores, entre los que además cundió el descontento, por las escasas riquezas encontradas en la isla y la política autocrática, de la familia Colón. En una ocasión un grupo de colonos, liderados por Bernal Díaz de Pisa, intentó capturar varias naves para regresar a España.

La Isabela a duras penas sobrevivió, hasta 1496 cuando Colón regresó a España y su hermano Bartolomé, fundó un nuevo asentamiento en el sur de la isla: Santo Domingo. En la Isabela se produjo entonces una sublevación liderada por Francisco Roldán, que triunfó y en 1498, consiguió de Colón numerosas concesiones.

Por otra parte, el hallazgo de oro en La Vega llevó a la mayoría de los conquistadores a emigrar allí. Para el año 1500 la Isabela había quedado abandonada, ocupada solo por una población residual.

La ciudad recibió el nombre de La Isabela, como homenaje a la persona que había hecho posible el descubrimiento de América, la Reina Isabel I de Castilla. La ciudad sirvió como base, para colonizar el nuevo mundo hasta que en el año 1500, fue abandonada por completo.

sábado, 4 de enero de 2025

El Rey Ramiro II de León "el Grande", apodado "el Diablo" por los musulmanes

Tal día como hoy, 5 de enero del 951, el Rey Ramiro II de León, en su último acto público, renunciaba a la Corona de León en favor de su hijo Ordoño.

Ramiro II de León, llamado "el Grande" fue un rey de León entre 931 y 951. Sus enemigos musulmanes le llamaban "el Diablo", por su ferocidad y energía.

Ramiro II era el tercero de los hijos del Rey Ordoño II de León. Cuando su padre muere en 924, su tío Fruela ocupa el trono y tanto él como sus hermanos, son apartados del poder. Sin embargo, esta situación no duró mucho, pues el Rey Fruela II, fallecía al cabo de un año por causa de la lepra.

La muerte del Rey Fruela II de León provocó un grave problema sucesorio entre su hijo, Alfonso Froilaz, y los hijos del Rey Ordoño II de León. 

Alfonso Froilaz, recibe el apoyo de los nobles asturianos, mientras que Ramiro y sus hermanos cuentan con el respaldo de los nobles gallegos y portugueses, además de la ayuda del Rey pamplonés Sancho I Garcés.

Los hijos del Rey Ordoño II de León vencieron en batalla a Alfonso Froilaz, quien fue expulsado  de León. El trono del Reino de León, pasó a ser ocupado por Alfonso IV de León "el Monje".

Por su parte, Ramiro se encargó del gobierno de los territorios situados, entre los ríos Miño y Mondego con el título de Rey de Portugal, aunque este era subordinado de su hermano Alfonso. Así fue hasta que Alfonso IV renuncia a la Corona de León, en el año 931. Su abdicación permitió a Ramiro, ceñir la Corona de León.

Un año después, Alfonso IV se arrepintió de su decisión e intentó recuperar el trono por la fuerza. La pugna por el poder entre ambos hermanos, fue aprovechada por el Rey de Asturias, Alfonso Froilaz, para reclamar nuevamente sus derechos, sobre el Reino de León. No lo consiguió y Ramiro logró imponerse, sobre el resto de candidatos al trono.

Primero venció a su hermano Alfonso y, más tarde, se adentró en Asturias, para derrotar a Alfonso Froilaz. Ambos fueron hechos prisioneros, cegados y, finalmente, trasladados al monasterio de Ruiforco hasta su muerte.

De esta forma Ramiro II de León, logró reunir bajo su mando todos los territorios de la Corona leonesa. Sin enemigos entre sus súbditos centró sus esfuerzos en combatir a los musulmanes, quienes por su ferocidad en el campo de batalla le llamaban "el Diablo".

La resistencia de Ramiro II,  frente a los musulmanes hizo que Abderramán III, proclamase la yihad- guerra santa- en el año 939. Aquella llamada a la guerra permitió al califa omeya, reunir al mayor ejército de la historia de Al-Ándalus, un ejército formado por cerca de 100.000 hombres que, contra todo pronóstico, cayó contra el monarca leonés en la batalla de Simancas.

La victoria en Simancas, permitió a Ramiro II extender sus territorios más allá del Duero, y repoblar importantes poblaciones, como Salamanca.

Creyéndose próximo a su muerte, Ramiro II renunció, en su último acto público, a la Corona de León. La abdicación en favor de su hijo Ordoño III ,tuvo lugar el 5 de enero del año 951. Ramiro II de León falleció unos días después.

viernes, 3 de enero de 2025

El insigne escritor español, Benito Pérez Galdós

Tal día como hoy, 4 de enero de 1920, el escritor Benito Pérez Galdós moría en Madrid a consecuencia de la mala salud, que arrastraba tras sufrir en 1905 una hemiplejia.

El creador de obras tan emblemáticas como "Doña Perfecta", "La dama desheredada", "Fortunata y Jacinta" o "los Episodios Nacionales", académico de la Lengua desde 1897 y candidato al Premio Nobel de Literatura en 1912, había sido operado de cataratas dos veces, en 1911 y 1912.

Un año después, y a consecuencia muy posiblemente de una sífilis terciaria, perdió la vista, a lo que se añadió arterioesclerosis e hipertensión

Está considerado, una de las figuras más sobresalientes de la literatura española, Benito Pérez Galdós se crio en el seno de una familia de clase media, de Las Palmas de Gran Canaria.

Descendiente de militares, recibió una educación rígida y religiosa. Cursó el bachillerato en su tierra natal y, en 1867, se trasladó a Madrid para estudiar derecho, carrera que nunca llegó a terminar.

Para ganarse la vida, empezó a escribir artículos periodísticos. En 1870 publicó su primera novela, "La sombra", ese mismo año le siguió "La fontana de oro", pero la obra que le consagró fue los "Episodios Nacionales", una colección de 46 novelas históricas, redactadas entre los años 1872 y 1912 en las que narra, a través de personajes creados por él mismo, la historia de España de 1805 a 1880.

Otras de sus obras más importantes fueron, "Fortunata y Jacinta", y "Tristana". Todas ellas se encuentran ambientadas en el Madrid de la Reina Isabel II y la Restauración Borbónica, una época esta última en la que Benito Pérez Galdós, era toda una personalidad tanto literaria como política.

En 1886, a petición del presidente del partido liberal, Práxedes Mateo Sagasta, Benito Pérez Galdós fue nombrado diputado de Puerto Rico, cargo que desempeñó hasta 1990. A pesar de participar en la vida política, nunca se consideró político.

Un año después, coincidiendo con la publicación de una de sus obras más aplaudidas por la crítica, "Ángel Guerra", ingresó en la Real Academia Española.

Galdós nunca se casó, pero tuvo relaciones estables con varias mujeres: Concha-Ruth Morell, Lorenza Cobián, Teodosia Gandarias... Pero hubo una mujer en su vida con la que mantuvo una relación más que especial, y ésta sería la escritora gallega Emilia Pardo Bazán, una mujer decidida, apasionada, inteligente, trabajadora e impulsiva, conocida tanto por sus éxitos literarios, como por su intensa vida amorosa.

Se cuenta que con motivo de la presentación de una novela rusa, doña Emilia dio una conferencia en la que en primera fila, se encontraba Benito Pérez Galdós, que la escuchaba maravillado. Lo de la aristócrata gallega empezó como un acto de admiración hacia el escritor canario, admiración que desembocaría en una pasión desmedida, que se puede seguir a través de las cartas que, desde 1881, se enviaron (93 por parte de ella por una sola de él).

En las convocatorias electorales de 1907 y 1910, Benito Pérez Galdós volvía a ser elegido diputado de las Cortes por Madrid, lo cual le impidió obtener el Premio Nobel, debido a la fuerte oposición de los sectores conservadores.

Sus últimos años estuvieron marcados, por graves problemas económicos y de salud. Considerado como uno de los grandes novelistas españoles de todos los tiempos, en la madrugada del 4 de enero de 1920, el silencio que inundaba la casa de Pérez Galdós, se vio súbitamente roto, por un grito de dolor procedente del dormitorio del ilustre escritor.

Los familiares que le acompañaban, al escuchar el lastimero quejido corrieron hacia su habitación, donde Galdós se llevaba las manos al cuello e intentaba incorporarse. Tras un breve intento, cayó sobre la cama donde poco después falleció.

El mismo día de su muerte, el poeta Marcos Rafael Blanco Belmonte escribía en el diario ABC sobre la modestia de Galdós: "Era una maravilla contemplar la naturalidad con que el maestro, ya en la senectud, esquivaba resueltamente aceptar el grandioso homenaje, que intentaron tributarle muchos admiradores".

Benito Pérez Galdós falleció a los 76 años de edad. Su entierro fue digno de los más grandes, no por lo oficial, lo institucional o lo político, sino porque hasta el cementerio de la Almudena, le acompañaron más de 30.000 personas que acudieron a un multitudinario cortejo fúnebre, por las calles de Madrid. 

Fue una marea humana de gabanes y sombreros negros sin precedentes, captada por la incipiente fotografía de la época, para darle el último adiós.

jueves, 2 de enero de 2025

El golpe de Estado del general Pavía

 
Tal día como hoy, 3 de enero de 1874, el general Manuel María Pavía y Rodríguez de Alburquerque,  encabezaba un golpe de Estado que marcó el inicio de la última etapa de la Primera República Española, la dictadura de Francisco Serrano.

El golpe de Estado de Pavía, o simplemente golpe de Pavía, fue un golpe de Estado que se produjo en España el 3 de enero de 1874, durante la Primera República y que estuvo encabezado por el general Manuel Pavía, capitán general de Castilla la Nueva, cuya jurisdicción incluía Madrid.

El golpe de Estado se producía tan solo un día después, de que el entonces presidente de la Primera República Española, Emilio Castelar, solicitase al Congreso de los Diputados un voto de confianza, que no superó.

Desde la renuncia al trono, del Rey Amadeo I de Saboya en febrero de 1873, que dio paso a la Primera República Española, la situación en España era caótica. En menos de un año, hubo hasta cuatro presidentes diferentes, en un país que se encontraba totalmente dividido.

Ciudades como Cartagena, Valencia, Castellón, Alicante, Sevilla, Córdoba, Málaga, Cádiz y  Granada, se proclamaron independientes del poder central. Es el llamado cantonalismo, un movimiento que aspiraba a dividir el Estado nacional, en cantones casi independientes.

Todos los levantamientos cantonales, fueron sofocados en dos semanas, a excepción del Cantón de Cartagena, que logró mantenerse independiente del Gobierno de España, durante 185 días, tiempo en el cual el Cantón de Cartagena, llegó a solicitar su adhesión a los Estados Unidos.

Aquella situación que tanto había costado controlar, la de los cantones, podía volver a producirse tras la derrota de Emilio Castelar, en la moción de confianza, celebrada el 2 de enero de 1874.

El motivo era que, la más que posible recuperación del poder en las Cortes,por parte de los federalistas, una realidad que según el general Pavía, un militar de izquierdas antiborbónico, que jugó un papel clave en el destronamiento de la Reina Isabel II, había que evitar a toda costa, pues su victoria supondría, la ruptura de la unidad nacional.

Para mantener unido a todo el país, el general Pavía encabezó, con el apoyo de todo el ejército y la mayoría de la población, un golpe de Estado el 3 de enero de 1874. Lo hizo tomando el palacio de las Cortes, con dos compañías de la Guardia Civil, dos de infantería y una batería de montaña.

El golpe de Estado fue un  éxito. Tras su triunfo, el general Pavía convocó a todos los partidos políticos, a excepción de los partidos cantonalistas, federalistas y carlistas para formar un Gobierno de concentración nacional, que recaería en las manos del general Serrano. De esta forma, se iniciaba la última etapa de la Primera República Española, la dictadura del general Serrano.

El nuevo Gobierno, duró tan poco como los anteriores, que tuvieron lugar durante la Primera República Española, once meses. Cayó de la misma forma con la que empezó, con un golpe de Estado,  liderado por el general Martínez Campos, que daría lugar a la Restauración Borbónica.

miércoles, 1 de enero de 2025

La toma de Granada por los Reyes Católicos, el fin de la Reconquista

Tal día como hoy, 2 de enero de 1492, el rey Boabdil entregaba a los Reyes Católicos el último Reino musulmán de la Península Ibérica, el Reino de Granada. Este hecho supuso el fin de la Reconquista.

En un principio, la capitulación de Granada tenía previsto producirse el 6 de enero de 1492, sin embargo, el rey Boabdil, temeroso de una sublevación, por parte de aquellos que se oponían a la entrega de la ciudad, adelantó la rendición del Reino de Granada al 2 de enero de 1492.

La entrega de Granada, se realizó en el entorno de una de las puertas de la ciudad. Tal y como se había acordado previamente, en las capitulaciones de Granada, el rey Boabdil acudió al encuentro de los Reyes Católicos, montado a caballo al frente de los suyos. Lo hizo hasta encontrarse, frente a los monarcas cristianos.

Al amanecer del lunes 2 de enero de 1492 Boabdil intentaría besar la mano al rey Fernando, —quien se negó— y entregaría las llaves de la plaza al conde de Tendilla y al comendador mayor de la Orden de Santiago, Gutierre de Cárdenas.

Con la toma de Granada, se puso fin a 780 años de permanencia de cualquier poder político musulmán en la Península Ibérica. El evento se recibió con júbilo entre los asistentes, que cantaron el Te Deum Laudamus y alzaron el pendón de Santiago, en el que fue el último reducto de poder mahometano.

La Reconquista había terminado y los Reyes Católicos pusieron especial empeño, en revitalizar desde un punto de vista cristiano Granada. Por su parte, Boabdil partió a finales de febrero, hacia Andarax para establecerse en una villa que los reyes le otorgaron, pero abandonaría el territorio peninsular en octubre de 1493 en dirección a Fez.

Cuenta la leyenda, que recoge el propio cronista Hernando del Pulgar, que, al abandonar la ciudad, Boabdil se detuvo para contemplar por última vez la que había sido su ciudad, en lo que hoy se conoce como puerto del "Suspiro del Moro", y su madre Aixa le recriminó: "Llora como mujer, lo que no supiste defender como hombre".

Aunque esto fuera una invención de Antonio de Guevara, obispo de Guadix y Mondoñedo, sirvió para alimentar el halo romántico del lugar, 

En definitiva, la toma de Granada supuso el broche final de la Reconquista y liberó la Hacienda real y el interés de los Reyes Católicos, para emprender otras empresas, como la conquista de Navarra. 

Pero también puso en marcha, uno de los acontecimientos que cambiaron el rumbo de la Historia y que situaron a la Monarquía Hispánica, ya asentada en Europa y el Mediterráneo, como la primera potencia del mundo,: el descubrimiento colombino de América. 

En un sentido poético, parecía que, una vez cristianizada la Península, Dios había dado a los españoles, la misión de llevar su palabra al Nuevo Continente y a todos los confines del globo.