Tal día como hoy, 3 de abril de 1493, los Reyes Católicos recibían con todos los honores al hombre que había descubierto América, Cristóbal Colón.
Meses después del descubrimiento de América, Cristóbal Colón regresó a la Península Ibérica. Lo hizo en marzo de 1493, sin embargo, no fue hasta abril de 1493 que Colón fue recibido por los Reyes Católicos. El encuentro tuvo lugar el 3 de abril de 1493, en la ciudad de Barcelona.
Se desconoce el día, que el almirante Cristóbal Colón entró en la ciudad. Tampoco se sabe el lugar exacto en el que fue recibido. Es posible que el encuentro tuviera lugar, en el Salón del Tinell, en pleno centro de Barcelona, o en el monasterio de San Jerónimo de la Murtra, en Badalona.
El viaje del Almirante hasta la Ciudad Condal causó sensación. Colón llevaba siete indígenas americanos, así como papagayos, otros animales y plantas y frutos diversos, de modo que "la gente corría a los caminos para verle y a los indios y otras cosas y novedades que llevaba ", según escribía un cronista.
En Barcelona los soberanos lo recibieron con alborozo y le prodigaron los mayores gestos de deferencia, permitiéndole sentarse ante ellos o paseándose con él por las calles de la ciudad.
Los detalles de la recepción, al igual que muchos asuntos de la vida de Cristóbal Colón, continúan siendo un misterio. El cronista Francisco López de Gomarra, llegó a decir en su crónica, sobre este acontecimiento en el S. XVI que:.
“Colón Presentó a los Reyes el oro y las cosas que traía del otro mundo; y ellos y cuantos estaban delante se maravillaron mucho en ver que todo aquello, excepto el oro, era nuevo como la tierra donde nacía. Loaron los papagayos, por ser de muy hermosos colores: unos muy verdes, otros muy colorados, otros amarillos, con treinta pintas de diversa color; y pocos de ellos parecían a los que de otras partes se traen.
Las hutias o conejos eran pequeñitos, orejas y cola de ratón, y el color gris. Probaron el ají, especia de los indios, que les quemó la lengua, y las batatas, que son raíces dulces, y los gallipavos, que son mejores que pavos y gallinas.
Marvilláronse que no hubiese trigo allá, sino que todos comiesen pan de aquel maíz. Lo que más miraron fue los hombres, que traían cercillos de oro en las orejas y en las narices, que ni fuesen blancos, ni negros, ni loros, sino como triciados o membrillos cochos.
Los seis indios se bautizaron, que los otros no llegaron a la corte; y el rey, la reina y el príncipe don Juan, su hijo, fueron los padrinos, por autorizar con sus personas el santo bautismo de Cristo en aquellos primeros cristianos de las Indias y Nuevo Mundo”.
El 20 de mayo de 1493 los reyes Fernando e Isabel, entre los premios y dignidades otorgados a Colón, le concedieron esta ampliación de su escudo de armas primitivo:
"El Castillo de color dorado en campo verde, en el cuadro del escudo de vuestras armas en lo alto a la mano derecha; y en el otro cuadro alto a la mano izquierda un León de púrpura en campo blanco rampando de verde, y en el otro cuadro bajo a la mano derecha unas islas doradas en ondas de mar, y en el otro cuadro bajo a la mano izquierda las armas vuestras que soliades tener. Las cuales armas serán conocidas por vuestras, e de vuestros fijos e descendientes para siempre jamás"
No hay comentarios:
Publicar un comentario