Harald Sigurdsson fue rey de Noruega - conocido como Harald III - de 1046 a 1066. Además, reclamó sin éxito el trono danés hasta 1064 y el trono inglés en 1066. Muchos lo consideran el más destacado e influyente de los primeros reyes noruegos de la era vikinga. Antes de convertirse en rey, Harald había pasado alrededor de quince años en el exilio como mercenario y comandante militar en la Rus de Kiev y de la Guardia Varangian en el Imperio Bizantino.
En 1034, él y sus hombres se trasladaron a Constantinopla, la capital del Imperio bizantino, y se unieron a la Guardia Varangian -guardaespaldas del emperador bizantino-. Estuvo involucrado en las campañas militares contra los piratas árabes en el Mediterráneo y Asia Menor y, según las sagas, se había convertido en líder de todos los varegos.
En 1035, él y el ejército bizantino habían expulsado a los árabes de Asia Menor y participó en las campañas militares que llegaron hasta el río Éufrates.
Pasada esta etapa, se unió a los bizantinos en su esfuerzo por arrebatar la isla de Sicilia a los sarracenos, y después del éxito de esa campaña, regresó a Constantinopla. Como recompensa, fue nombrado por el emperador bizantino Miguel IV 'el Paflagonio' como funcionario de la corte imperial por su exitoso papel en la campaña de Sicilia.
Sus campañas militares continuarían. Sería llamado a luchar contra los búlgaros y nuevamente sirvió con distinción.
Cuando Harald regresó a Noruega en 1045, acordó compartir el trono noruego con el rey vigente, su sobrino Magnus I Olafsson. Aunque este binomio no duraría demasiado. Harald se convirtió en el único gobernante en 1047, cuando Magnus murió en una expedición militar que los dos gobernantes habían lanzado contra Dinamarca.
Pasó los siguientes 15 años intentando arrebatarle el trono danés a Sweyn II. Después de la derrota de este en la batalla de Niz en1062, los dos gobernantes se reconocieron como soberanos en sus respectivos países.
El rey vikingo expandió las posesiones coloniales de Noruega en las islas Orkney, Shetland y Hebrides y en 1066 intentó conquistar Inglaterra, aliándose con el conde rebelde Tostig contra el nuevo rey inglés, Harold II. Después de obtener las victorias iniciales, las fuerzas de Harald fueron derrotadas por el rey inglés en septiembre de 1066 en Stamford Bridge.
Harald tenía marcado el objetivo de conquistar Inglaterra uniéndose a Tostig, conde de Northumbria, para combatir contra el hermano de éste, Harold II de Inglaterra, y repartirse el país, pero en este enfrentamiento Harald fue herido de muerte con una flecha y murió durante la Batalla del Puente de Stamdford en Reino Unido. Esto supuso el principio del fin de la era vikinga
Harald III, que se hacía llamar a sí mismo Harald III, el Despiadado, falleció a los 51 años de edad.
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