Tal día como hoy 26 de junio de 1542, el conquistador Francisco Pizarro fue atacado por un grupo de españoles dirigidos por Diego de Almagro, hijo de un rival del extremeño, que irrumpieron en su palacio de la ciudad de Lima y le dieron muerte a puñaladas.
Pizarro nació siendo un don nadie. Hijo bastardo de Gonzalo Pizarro, que había combatido a las órdenes del Gran Capitán, y de la criada de monasterio Francisca González, pasó su infancia en una situación de semipobreza en la que apenas pudo estudiar (tarea en la que tampoco destacaba) y tuvo que dedicarse a criar cerdos para ganarse la vida.
En 1493 viaja a Sevilla y comienza su carrera militar, combatiendo en Italia y aprendiendo allí los secretos de la vida del soldado. En 1502 (otras fuentes hablan de 1504) se unió a una expedición al Nuevo Mundo, donde consiguió amasar una importante fortuna en poco tiempo gracias a su participación en una compañía minera y una hacienda. Pero la vida del rico terrateniente no era para Pizarro y pronto decidiría unirse a las expediciones de Alonso de Ojeda o a la de Vasco Núñez de Balboa, en la que estuvo presente cuando se descubrió el océano Pacífico.
Cada vez eran más los rumores que llegaban a oídos de Pizarro sobre una tierra rica en oro y plata esperando a que algún aguerrido soldado la explorara. En 1524 se une a Diego de Almagro y parten hacia el Virú (actual Perú), donde entrarían en contacto con el Imperio Inca y se les encomendaría la tarea de explorar las tierras y someter a los nativos.
La llegada de los conquistadores coincidió con un conflicto interno entre los seguidores de Atahualpa y los de su hermanastro Huáscar, situación que Pizarro aprovechó (junto a su superioridad armamentística, el descontento de los pueblos sometidos a los incas y la propagación de la viruela entre los nativos) para someter a este imperio y reclamar sus riquezas para la corona española. Atahualpa fue ejecutado por garrote vil en 1533.
El poder y la fama de Pizarro alcanzaron tales cuotas que la relación con su socio Diego Almagro empezó a resentirse. Esta situación empeoró cuando, en 1534, Pizarro amplió los límites territoriales de Nueva Castilla para incluir la ciudad de Cuzco, que originalmente estaba controlada por Almagro.
La respuesta de este fue apresar a los hermanos de Pizarro hasta que pudiera hablar con él en persona. En 1538, tras volver de Chile, Almagro volvió a reclamar Cuzco como suya y sus tropas se enfrentaron a las de Pizarro en la batalla de Salinas donde Almagro fue derrotado, capturado y ejecutado.
Desde la muerte de su padre en Salinas, Diego Almagro el Mozo encabezó una conspiración para acabar con Pizarro. Su venganza se vio cumplida en junio de 1542 cuando él y una veintena de sus hombres irrumpieron en el palacio de Pizarro en la ciudad de Lima (fundada en 1535). Allí, tras un combate en el que parece que el conquistador defendió su vida hasta el final, lograron matar al extremeño a puñaladas.
La historia de una de las figuras más importantes de la conquista española de las Américas terminaba con acero español. Antes de que acabara el año, Diego Almagro el Mozo fue depuesto del cargo de gobernador de Perú que había usurpado, siendo juzgado, condenado y ejecutado.
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