Tal día como hoy 5 de diciembre de 1870 falleció por un paro cardíaco Alejandro Dumas padre, prolífico novelista y dramaturgo francés autor de obras universales como Los tres mosqueteros o El conde de Montecristo.
Se trata de uno de los autores románticos más conocidos de Francia y probablemente uno de los que más trabajos dejó. Se jactaba de haber escrito más de 1.200 obras pero se sabe que fue uno de los mayores negreros literarios - persona que firmaba la obra que había escrito otro autor - de su tiempo.
Hijo de un militar que dejó a su familia en la bancarrota tras su muerte, la infancia de Alejandro Dumas se vio marcada por una escasa formación escolar. Las necesidades económicas por las que pasaba su familia le obligaron a trabajar desde muy niño como vendedor de tabaco, mensajero y pasante de notarios y abogados.
Su buena caligrafía y su facilidad de palabra le harían trasladarse a París en 1823 con la intención de convertirse en escritor, compaginada con su trabajo como ayudante del Duque de Orleans. Aunque comenzó escribiendo obras de teatro, Dumas demostró tener igual talento para la lírica y la novela y fue capaz de narrar dramas, comedias, aventuras y romances en sus tramas.
En 1829 publicó Enrique III y su corte, su primer gran éxito, y para el año siguiente ya podía vivir solamente de lo que ganaba con sus obras.
En 1844, su novela de aventuras “Los tres mosqueteros” supuso su consagración como autor de culto para la sociedad de la época, que no paraba de demandar sus historias y hacía que la riqueza de Dumas aumentase cada día. Fue precisamente esta situación de bonanza lo que le hizo intensificar su trabajo, escribiendo durante horas y publicando decenas de obras de todo tipo.
En 1846 se encontraba en la cresta de su carrera y su fama se propaga más allá de las fronteras de su país natal. Esto le permitió atesorar una considerable fortuna que dilapidó con generosidad en fiestas y cenas. Mantenía a sus hijos, a las madres de ellos y a varias amantes, muchas de ellas actrices. Vivía con gran lujo y derroche; y aunque llegó a ganar sumas enormes de dinero, siempre estaba endeudado.
Derrochador empedernido, Dumas trabajaría como periodista pero sufriría la censura de Napoleón III y el sabotaje de algunos de sus enemigos, viéndose obligado a marcharse de Francia por un tiempo y embarcándose junto a Garibaldi en su proyecto revolucionario.
Ya en su vejez y a pesar de su enfermedad, los relatos de Dumas continuaban llenando los diarios de París. Por lo tanto, hasta sus últimos días sus seguidores pudieron disfrutar de "El caballero Hector de Sainte-Hermine", su última novela publicada por entregas en Le Moniteur Universal.
Asimismo desde 1869 trabajó en la recopilación de recetas de cocina de varios países que había visitado, para publicarlas en un gran volumen. Ese libro se terminó póstumamente (1873), bajo el título de "Gran diccionario de cocina".
Dumas acabaría regresando a su país natal y pasaría sus últimos años huyendo de sus acreedores y viviendo a costa de su hijo, el también escritor Alejandro Dumas.
En 1870 Dumas se refugia en la casa de campo de su hijo Alejandro, también un reconocido escritor, debido a su delicado estado de salud. Muere de un ataque al corazón el 5 de diciembre.
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