Tal día como hoy 1 de diciembre de 1935 nació en Brooklyn, Nueva York,Woody Allen, uno de los cineastas más destacados de Estados Unidos, con una serie de películas muy personales sobre los temas que siempre le han obsesionado: el sexo, la muerte y el sentido de la vida.
Allen fue pronto reconocido por escribir personajes fuertes y bien definidos para sus estrellas femeninas. Dirigió y protagonizó dos de sus películas más famosas, Annie Hall y Manhattan. Entre sus artistas destacados estaban Diane Keaton y Mia Farrow, con quienes estuvo involucrado sentimentalmente.
Desde muy joven se dedicó a vender chistes a famosos columnistas y cómicos profesionales (Ed Sullivan, Sid Caesar, Jack Paar o Pat Boone). Más tarde escribió sketchs para clubes nocturnos, revistas de Broadway y programas de televisión, desarrollando una comicidad cercana a la de clásicos del cine como Charles Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloyd, los hermanos Marx y Jerry Lewis.
Su trabajo, repleto de películas agridulces con elementos de parodia, payasadas y lo absurdo en sus historias, a la vez que dramas fuertes, temas oscuros y paisajes sombríos que recuerdan a el trabajo del director sueco Ingmar Bergman, quien, probablemente, influyó en el trabajo de Allen es considerado un tesoro nacional estadounidense.
Si bien es cierto que la desigualdad de sus películas en los años 80 y 90 empañó su reputación -sus decisiones en su vida personal tampoco ayudaron-, sigue siendo un cineasta destacado y extraordinariamente prolífico actualmente.
Su primera aparición personal en televisión, le permitió ser descubierto por el productor Charles Feldman, quien le encargó el guión de ¿Qué tal, Pussycat?, una comedia de Clive Donner rodada en 1965 en la que también actuó.
En 1969 se le presentó la oportunidad de rodar Toma el dinero y corre, su primer filme como director, estructurado aún como una sucesión de gags. A ésta le siguieron películas como Bananas (1971), Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar (1972), El dormilón (1973), o La última noche de Boris Grushenko (1975), trabajos que pusieron de manifiesto sus especiales dotes para la sátira.
En 1972 coprotagonizó, junto a la actriz Diane Keaton, el largometraje Sueños de un seductor, de Herbert Ross. La interpretación de Woody Allen en esta comedia es uno de los hitos de su carrera. A continuación, Allen y Keaton iniciaron una relación sentimental que se vio reflejada en su participación en diversos filmes.
El personaje de Woody Allen, arquetipo del ciudadano medio estadounidense, era el de un hombre judío de marcado aire tímido y neurótico, obsesionado por el sexo y el psicoanálisis, y con dificultad para relacionarse con las mujeres: un nuevo tipo cómico que ya había adquirido entidad en Annie Hall.
Poco a poco, los trabajos de Allen fueron imbuyéndose de su fuerte personalidad, con motivos recurrentes como el judaísmo, el psicoanálisis y la comunicación en la pareja. En esta línea surgieron, tras Manhattan, las películas La rosa púrpura de El Cairo o Hannah y sus hermanas.
Durante la década de los noventa, sin perder el humor cáustico que lo caracteriza, los filmes de Woody Allen adquirieron un tono más reflexivo y trascendental. Cosechó dos nuevos Oscar al mejor guión original por Hannah y sus hermanas y Medianoche en París , y contó cuando quiso con intérpretes estelares, como en el caso de Vicky Cristina Barcelona , protagonizada por Javier Bardem, Penélope Cruz y Scarlett Johansson.
En 2002 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y en 2007 fue investido doctor honoris causa por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Woody Allen es además autor de varios libros en los que despliega arrolladoramente su cáustico y archiculto humor,
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