Tal día como hoy 8 de agosto 1235 se produjo la reconquista cristiana de las islas de Ibiza y Formentera, que hasta aquel momento habían estado bajo dominio musulmán.
La flota catalana de la corona de Aragón, llegó a Ibiza y desembarcó en la zona de se Soto, al costado sur de la villa de Ibiza. A continuación, el ejército prosiguió al atacar la ciudad, lanzando piedras a la triple muralla de la villa, que cayó rápidamente.
Las huestes del arzobispo Guillermo de Montgrí, completaban la conquista de las islas de Ibiza y Formentera; que de esta forma quedaban incorporadas a los dominios de la Corona Aragonesa. Según las fuentes el 8 de agosto de 1235, después de cuatro días de combates y saqueos, la fortaleza árabe de Madina Yabisah - la actual Ibiza- se rindió a cambio de que los nuevos dominadores respetaran las vidas y los bienes de los derrotados.
La empresa militar de Ibiza y Formentera, había sido promovida por la cancillería del Rey Jaime I, en el marco de la conquista catalana de las islas Baleares y había sido materializada, por las huestes del arzobispo de Tarragona, Guillermo de Montgrí.
Las huestes archidiocesanas habían representado más del 10% de la fuerza militar catalana; y después del reparto de la isla, la mitra tarraconense se había convertido en la primera fuerza patrimonial de Mallorca.
En el caso de Ibiza y Formentera, Guillermo de Montgrí, obtuvo la mitad de estas islas y renunció al cargo arzobispal para ostentar aquel patrimonio a título particular.
Guillermo de Montgrí se reservó, también, la facultad de distribuir y emplazar, a los nuevos pobladores de la isla. La población anterior a la conquista, mayoritariamente de religión musulmana, fue gradualmente expulsada de la isla, en virtud de las capitulaciones de 1235.
Guillermo de Montgrí y Sancho de Roselló, que se habían convertido en los principales barones feudales de Ibiza y Formentera, sustituyeron la población musulmana por colonos cristianos, procedentes del Camp de Tarragona y de los condados de Empúries y del Roselló.
También, durante esta etapa de sustitución, las juderías de Barcelona y de Tarragona contribuyeron al crecimiento demográfico y económico de la judería de Ibiza, que se encontraba en un estado de abandono, desde la etapa del radicalismo islámico norteafricano, de los siglos XI y XII.
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