domingo, 9 de abril de 2017

La Tregua de los Doce Años entre Holanda y España.

Tal día como hoy 9 de abril de 1609, España y la República de los Siete Países Bajos Unidos – Holanda - firman la Tregua de los Doce Años

La tregua de los Doce Años, también llamada “de Amberes”, fue un tratado de paz entre España y las Provincias Unidas de los Países Bajos,sobre suspensión de hostilidades en la llamada “guerra de los ochenta años” que los holandeses mantenían contra el Imperio español desde 1568 para conseguir su independencia.

Desde 1568, estas provincias – hoy llamadas Holanda - mantenían una guerra contra España,  que duró ochenta años con interrupciones, con la finalidad de independizarse de la corona española, apoyadas en su lucha por Francia e Inglaterra, tradicionales enemigos del imperio y del reino español.

Después de la “Paz de Vervins” y el “tratado de Londres” en 1598 y 1604, respectivamente, donde España firmó la paz con Francia e Inglaterra, Holanda perdió el apoyo militar de estos países y su soledad ante la guerra, unido a la dificultad que la constante acción bélica suponía, unido al enorme gasto militar  de más de treinta años, la tenía económicamente muy hundida.

Por la parte española, el gasto de mantenimiento de los tercios en Flandes, le suponía un gasto inmenso, tanto en dinero como en vidas humanas, que sumadas a la amenazas berberisca en el Mediterráneo y Francia, siempre hostil, se le hacia preciso “cerrar algún frente” para desviar estas fuerzas hacia otros conflictos, por lo que buscó la paz con los Países Bajos.

Tanto el rey de España Felipe III, como el duque de Lerma su valido y demás partes implicadas en el conflicto, salían ganando con esta solución y vieron con satisfacción la posibilidad de una tregua.

Así pues, en 1607 se iniciaron conversaciones, con intermediación de franceses e ingleses, las cuales dieron como resultado la firma del tratado el 9 de abril de 1609 en Amberes, en el cual se acordaba básicamente: cesar las hostilidades durante  doce años; levantar el embargo que prohibía a Holanda el comercio y la consiguiente libertad comercial, para las Provincias Unidas en América, aunque  los calvinistas holandeses, no aceptaron la libertad religiosa para los católicos.

A excepción de conflictos puntuales, la tregua sería respetada por ambas partes y como resultado de ello, la firma fue favorable a Holanda pues significaba el reconocimiento de hecho de su independencia, que pronto reconocieron oficialmente otros piases, con los que establecieron relaciones diplomáticas, iniciando al mismo tiempo, una etapa de expansión comercial por el mundo.

Por su parte, España consideró la tregua un acuerdo provisional y un alivio para el maltrecho estado de sus finanzas, aunque en contrapartida, fue un golpe al prestigio español, respecto a las concesiones  a Holanda, mucho mayores de las imaginables poco antes.

La tregua de los doce años, supuso un periodo de paz en Europa y también que debido a eso, España seguiría manteniendo su influencia en Europa como primera potencia política, económica y cultural a nivel mundial.

No obstante, tras la ejecución por los españoles acusado de traición, de Johan van Oldenbarnevelt, político muy implicado en la independencia en 1619, no se lograría prorrogar la tregua, reiniciando la guerra que se mantuvo hasta 1648, año en el que logró Holanda la independencia definitiva de España con el tratado de Münster.

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