jueves, 27 de abril de 2017

Nelson Mandela, un héroe de la libertad

Tal día como hoy 27 de abril de 1994, Nelson Mandela gana las elecciones surafricanas después de haber pasado 27 años en la cárcel por estar en contra del “apartheid” - política de separación de razas-.

Mandela fue un activista y político sudafricano que lideró movimientos contra el apartheid y, tras una larga lucha y 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista.

Hijo del jefe de una tribu, se le puso de nombre Rolihlahla, - revoltoso - pero a los siete años, con el fin de que pudiera asistir a la escuela metodista, fue bautizado como Nelson y ya famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan.

El poder de seducción, su confianza en sí mismo, la capacidad de trabajo, la valentía y la integridad eran  sus virtudes y en 1944, Mandela fue uno de los fundadores de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a dominar el Congreso Nacional Africano; su ideología era un socialismo: nacionalista, anti-racista y anti-imperialista.

En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid, un sistema completo de segregación y discriminación social, económica, cultural, política y territorial en perjuicio de la mayoría negra, mediante el llamado  "desarrollo separado de cada raza por zonas geográficas", según la definición oficial.

La represión produjo miles de detenciones, incluyendo la de Mandela, confinado en Johannesburgo, donde estableció el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica, mientras evolucionaba,  adoptando la ideología del humanismo que sostendría durante toda su vida.

El endurecimiento del régimen racista llegó a su culminación en 1956, con la creación de siete reservas, territorios marginales supuestamente independientes en los que se pretendía confinar a la mayoría negra, que era más del setenta por ciento de la población.

El Congreso Nacional Africano respondió con manifestaciones que condujeron a la detención de la mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y liberado por falta de pruebas en 1961.

Encarcelado de nuevo, durante 27 años en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, y en una figura legendaria que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.

En 1984 el gobierno intentó acabar con el mito, le ofreció la libertad si aceptaba establecerse en una de las reservas, pero Mandela rechazó el ofrecimiento.

Finalmente, Frederik De Klerk, presidente de la República, en febrero de 1990 legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela, que se convirtió en su principal interlocutor para negociar el desmantelamiento del apartheid y la transición a una democracia, recibiendo ambos el Premio Nobel de la Paz en 1993.

Tres meses antes de finalizar su mandato, Mandela anunció que no pensaba presentarse a la reelección y apartado de la vida política, recibió múltiples reconocimientos como uno de los personajes más carismáticos e influyentes del siglo XX y su figura ha entrado en la historia como encarnación de la lucha por la libertad, la justicia y el símbolo de toda una nación.

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