lunes, 30 de abril de 2018

La conjura de Pisón

Tal día como hoy 30 de abril del año 65, en Roma, Séneca y su sobrino Lucano, implicados en la conjura de Pisón contra el emperador Nerón, son descubiertos y obligados a suicidarse.

Cayo Calpurnio Pisón fue un político perteneciente a una noble familia romana de la dinastía Calpurnia, muy rico y considerado buen orador, que además de ejercer la política y la abogacía se  dedicó a la tragedia y la poesía. Se hizo célebre por su conjura contra el emperador Nerón en el año 65.

Después del gran incendio de Roma del año 64, el emperador Nerón debió enfrentarse a dificultades financieras por los importantes gastos generados por la reconstrucción de la ciudad, así como los de su residencia imperial, “la Domus Aurea”.

A una presión fiscal más rigurosa, se agregaron los crímenes y extravagancias de Nerón y un clima de terror que el emperador había contribuido a instaurar y varios senadores próximos a la familia imperial, fueron eliminados.

Según Tácito, el descontento se constituyó entonces en el entorno imperial, unos inquietos por el porvenir, otros por rencores personales, como el caso del poeta Lucano por la prohibición de publicar sus obras que le había impuesto Nerón.

Entre los más influyentes, se encontraba el senador Cayo Calpurnio Pisón, descendiente de la ilustre familia de los Calpurnios, aliados a grandes familias de la aristocracia romana.

El proyecto de atentado contra Nerón en la villa de Pisón, que frecuentaba el emperador, fue rechazado por el propio Pisón, que veía un sacrilegio contra las leyes de hospitalidad. Se decide entonces que suceda en Roma y los conjurados acuerdan apuñalar a Nerón el 19 de abril, cuando asista al Circo Máximo para los juegos en honor a la diosa de la agricultura.

Uno de los conjurados, el senador Flavio Escevino, fue denunciado, siendo  interrogado y amenazado de tortura y así dio numerosos nombres, entre los que estaba el de Séneca y aunque, según Tácito, este no estaba implicado, fue denunciado para dar a Nerón un pretexto para eliminarlo.

Nerón impuso el suicidio a Pisón, luego al cónsul Plaucio Laterano y también a Séneca, quien se abrió las venas, mientras Flavio Escevino fue decapitado. Lucano a su vez se dio muerte y amigos de los conjurados, próximos o lejanos, fueron exiliados y enviado a las islas del Egeo.

Por su parte los pretorianos recibieron una prima de 2000 sestercios cada uno y Nerva - que treinta años más tarde sería emperador - también recibió los ornamentos triunfales, pero el historiador Tácito no especificó el servicio que diera a Nerón.

El clima de denuncias y terror continuó, y Nerón atacó a la élite intelectual de Roma. Petronio, acusado de haber participado en la conjura, se abrió las venas en el año 66, así como el padre de Lucano, que actuó del mismo modo.

La tranquilidad no volvió a Roma hasta el año 67, cuando Nerón partió para Grecia.

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