martes, 19 de febrero de 2019

El atentado contra el dictador Rafael Videla

Tal día como hoy 18 de febrero de 1977, el dictador argentino Rafael Videla resultó ileso de un atentado, al estallar una bomba junto a su avión.

La “Operación Gaviota” fue un intento de asesinato dirigido contra el dictador argentino, por parte de la organización guerrillera Ejército Revolucionario del Pueblo y ejecutado por miembros del grupo en el aeropuerto Jorge Newbery.

El procedimiento fue la colocacion de cargas explosivas en las canalizaciones, bajo las pistas de despegue, que serían detonadas por control remoto por alguien situado en la costa que -simulando ser un pescador- lo acionaría cuando el avión pasara sobre la posición.

El 24 de Marzo, Videla y otros jerarcas del régimen, embarcaron en el avión, pero la carga principal falló y sólo detonó la segunda situada a unos 15 metros al costado de la pista y, aunque la onda expansiva provocó una sacudida al avión, no causó ningún daño de consideración que impidiera realizar el despegue.

Los organizadores del atentado “Ejército Revolucionario del Pueblo” era una guerrilla marxista-leninista cuyo objetivo era reemplazar el sistema capitalista argentino por uno comunista.

La explosión dejó un cráter de 5 metros de diámetro y el periódico clandestino “Estrella Roja”, publicó un comunicado de la organización:

“Parte de Guerra al pueblo argentino,18 de febrero de 1977: En el día de la fecha, la unidad especial del ERP procedió a hacer detonar una carga explosiva debajo de la pista principal del Aeropuerto Jorge Newbery con el objetivo de destruir el avión presidencial y al asesino Videla.

Por causas de orden técnico no se logró el objetivo El brazo de la justicia popular es largo y sabe ajustar cuentas con los asesinos y torturadores. El puño de acero de la vanguardia armada del pueblo sabrá luchar hasta lograr el triunfo total sobre la más bárbara y sangrienta dictadura militar que jamás haya soportado nuestro país.”

Tras la recuperación de la democracia en 1983, Rafael Videla, en diciembre de 2010, fue condenado a prisión perpetua por el caso de los fusilamientos en la Unidad Penitenciaria de San Martín, y el 5 de julio de 2012, fue de nuevo condenado a 50 años de prisión, por encontrarlo autor penalmente responsable, de los delitos de sustracción, retención y ocultamiento de bebés y niños durante la dictadura.

Murió en prisión en el penal de Marcos Paz, de Argentina, el 17 de mayo de 2013.

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