Tal día como hoy 6 de febrero de 1937, durante la Guerra Civil española, se inicia la Batalla del Jarama.
La batalla se desarrolló entre el 6 y el 27 de febrero, iniciada con una ofensiva sorpresa del ejército sublevado para cortar las comunicaciones de Madrid, hacia Valencia y subir luego hasta Alcalá de Henares, hasta alcanzar la carretera de Barcelona.
En los cuatro primeros días, los franquistas conquistaron el valle del río Jarama, mientras unidades republicanas dispersas, se agruparon y consiguieron evitar el avance, entre ellos los combatientes de las Brigadas Internacionales.
Tras los combates iniciales, la fuerza aérea rebelde recibió serios reveses, debido a las peores prestaciones de los cazas italianos, pero el reemplazo por tripulaciones más combativas, principalmente españolas, lograron inclinar el dominio del aire al lado franquista.
El mando republicano, dividido por la enemistad de los generales Pozas Perea y Miaja, actuó negativamente al inicio de la batalla, aunque cambió esta situación al recibir el mando único Miaja, pese a lo cual, no se eliminaron las diferencias de criterio entre militares rusos y mandos españoles, que ocasionaron problemas de coordinación, como abastecimiento erróneo de municiones en momentos cruciales debido a una falta de planificación.
El 6 de febrero, los rebeldes con unos 19.000 hombres, ametralladoras pesadas y carros de combate alemanes, avanzaron hasta enfrentarse en los primeros días con algunas brigadas republicanas que sufrieron bajas estimadas en 1.800 hombres en las primeras 48 horas.
El mando republicano había acumulado fuerzas en la zona, pero el ataque de los nacionales se les adelantó y las Brigadas Internacionales todavía no estaban preparadas, de manera que algunas no llegaron al frente hasta el día 12, en parte porque no se había determinado a quien correspondía el mando.
La iniciativa cambió de bando, en este fecha cuando los franquistas no lograron tomar las metas previstas y en el aire, las escuadrillas republicanas se adueñaron del cielo castigando las lineas rebeldes, lo cual puso en aprietos a estos, aunque nuevos refuerzos impidieron la retirada de sus fuerzas.
No pudiendo ocupar el puente de Arganda, los nacionalistas trataron de ocupar Morata, pero brigadas republicanas e Internacionales frenaron el avance por la meseta, organizando una contraofensiva el día 17, para hacer retroceder al ejército nacionalista, cuyos combates duraron hasta el 27 de febrero, sin que lograsen ya que se movieran, destacando los combates por la cota llamada "El Pingarrón" que cambió varias veces de manos y que acabó en la de los nacionales.
Acabada la batalla el día 27, ambos bandos hicieron algunas operaciones secundarias e irrelevantes, pero el bando sublevado conservó el terreno conquistado, permaneciendo allí durante toda la contienda y aunque la carretera de Madrid a Valencia no logró ser tomada por estos, quedó a tiro de artillería y ametralladora, por lo que quedó inoperativa.
La batalla del Jarama se considera una de las más cruentas de la Guerra española, por el número de bajas de ambos que se mantienen entre 6.000 y 7.000 para los nacionales, y entre 9.000 y 10.000 para los republicanos, de los que más de 2.500 fueron brigadistas.
Actualmente, se conservan buen número de fortificaciones y trincheras en la zona en peligro de desaparición y se ha planteado, sin mucha colaboración de los políticos, la conveniencia de realizar un parque temático sobre la batalla y aprovechar la creación de servicios turísticos, para crear puestos de trabajo en los pueblos del entorno.
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