Tal día como hoy 16 de febrero de 1968, durante la Guerra de Vietnam, tuvo lugar la Masacre de My Lai, en la que una unidad del Ejército de Estados Unidos, liderada por el teniente William Laws Calley, arrasó los poblados de la zona My Lai, violando y asesinando a todos sus habitantes, entre los que se encontraban niños, mujeres y ancianos.
El 16 de marzo de 1968 las tropas de Estados Unidos lanzaron una operación en esta región, en la búsqueda de vietcongs y al teniente William Laws Calley y su sección le fue asignada la zona My Lai, en la que durante cuatro horas, Calley y sus hombres violaron a las mujeres y las niñas, mataron el ganado y prendieron fuego a las casas hasta dejar el poblado arrasado por completo.
Para terminar, reunieron a los supervivientes en una acequia y Calley disparó su arma contra ellos y ordenó a sus hombres que hicieran lo mismo hasta matar a todos los habitantes de la zona, ancianos, mujeres y niños, que se estima debieron ser entre 347 y 504.
Unos días después, el Ejército norteamericano facilitó información oficial, donde admitía unos 120 muertos, de los cuales 90 eran vietcong no civiles y 30 vietcong civiles, pero sólo se habían incautado tres armas del vietcong.
La masacre de My Lai, no fue la única, pero si la que más escándalo provocó en Estados Unidos y el mundo, cuando se evidenció que Calley era un oficial poco preparado y no apto para el mando, y como no supo aguantar las presiones y críticas de sus superiores, decidió cometer una matanza y hacer ver a los asesinados como enemigos abatidos.
Pero el sistema estadounidense para marcar objetivos contribuyó mucho a casos como éste ya que la selección de oficiales se hacía sobre el material humano disponible y no sobre el necesario para el mando.
No hubo cobertura de prensa de la masacre hasta que el editor Seymour Hersh, finalmente emitió la noticia el 13 de noviembre de 1969 y una semana más tarde se publicaron fotos del hecho.
Finalmente, solo 23 personas fueron condenadas por los tribunales militares y el teniente Calley fue juzgado y condenado, pero sólo permaneció tres años bajo arresto domiciliario y fue indultado por el presidente Richard Nixon.
Un acto de este tipo, que recordaba los cometidos por los nazis, daba la razón a los estadounidenses pacifistas, que sostenían que la guerra de Vietnam no era una guerra justa y que sus exigencias, se fundaban en actos reales y mucho más numerosos de lo que se declaraba oficialmente.
Años después, el ejército norteamericano utilizó la matanza de My Lai como ejemplo, para ilustrar los errores en los que se puede caer y cómo evitarlos en sucesivas actuaciones.
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