Tal día como hoy 21 de febrero de 1944 la aviación estadounidense inicia un bombardeo intensivo sobre las fábricas de armamento alemanas en la llamada operación "Semana Grande".
La Luftwaffe fue desde sus comienzos un arma ofensiva, pues los alemanes no habían previsto la necesidad de proteger su espacio aéreo, ni incluso después de haber sido forzados a ponerse a la defensiva durante el invierno de 1942-1943.
Por lo tanto, siguieron fabricando aviones de bombardeo, hasta que por último se dio prioridad a la aviación de caza y la defensa se convirtió en su principal objetivo.
En 1943, en vista del rápido deterioro de la posición militar alemana, se vieron obligados a dedicar cada vez más unidades a misiones de defensa y como consecuencia de ello, en 1943, los Aliados había sufrido tantas pérdidas que hicieron una suspensión temporal de sus incursiones.
En febrero de 1944, los norteamericanos lanzaron una ofensiva aérea que llegó a conocerse como "Semana Grande", pues si lograban la superioridad aérea, la invasión de Europa podría realizarse, y tras esta operación, el dominio del cielo había pasado irrevocablemente al lado de los Aliados.
Durante la "Semana Grande", entró en combate el caza P-51 Mustang, uno de los mejores de la guerra, cuyo número aumentó sin cesar y los alemanes se vieron cada más, reducidos a situaciones defensivas, de forma definitiva.
A partir de esa fecha la Luftwaffe fue sometida a una enorme presión y las pérdidas de sus mejores pilotos de caza se hicieron insoportables, por lo que el día del desembarco de Normandía, no era ni sombra de lo que fue.
Pese a la posterior entrada en servicio, de los revolucionarios aviones a reacción de la Luftwaffe, la suerte de la guerra, estaba ya decidida.
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