miércoles, 4 de mayo de 2022

Cuando el Vaticano reconoció al régimen de Franco

 

Tal día como hoy 4 de mayo de 1938 el Vaticano reconoce al régimen de Franco como el único legítimo en España.

La Santa Sede reconoció a la II República española y al Papa Pío XI le costó hasta mayo de 1938 aceptar a los sublevados porque temía una deriva fascista de Franco, a quien le pidió una tregua para la Navidad de ese año que le fue denegada por el Generalísimo, según documentos desclasificados del Vaticano.

Al estallar la sublevación encabezada por Franco en julio de 1936, los nacionales pidieron inmediatamente al papa que les reconociera y Pío XI dijo que no. "El Papa consideró que no sabía quienes eran, lo que iban a hacer y además ellos habían provocado una guerra. Además, les llamaba 'los rebeldes'", tal y como aparece en los documentos.

Por tanto, la Santa Sede siguió reconociendo a la República de Madrid y a su embajador ante la Santa Sede, Luis de Zulueta.

Al otro bando lo denominaban el Gobierno de Burgos y el Papa recibió insistentes presiones de generales, enviados de Franco al Vaticano para que les reconociera, pero no se atrevía porque temía que derivara en fascismo.

El 1 de junio de 1937, y cuando los sacerdotes asesinados alcanzaban los 6.000, la Iglesia española escribió una carta abierta denunciando las masacres y para negar también que la guerra fuera una "cruzada", un término acuñado por Franco.

Cuando Pío XI vio que Francia negociaba ya con Franco y Reino Unido llegaba a acuerdos comerciales con el general, en junio 1938 la Santa Sede reconoció oficialmente el Gobierno nacional de España en San Sebastián y rompió de hecho con la República, relató el historiador.

Pero el Papa no dejó de recibir informaciones sobre la República a través del nuncio en París, Valerio Valeri, adonde llegaban los exiliados y le decían que la guerra la iba a ganar Franco porque tenía "un ejército disciplinado que donde llegaba ponía orden a base de matar a mansalva, desde luego, pero los otros, eran una banda de salvajes que se mataban entre ellos", apunta el experto.

Existen documentos en los que el Papa "intercede ante Franco para evitar ejecuciones capitales o para reducciones de penas, pero no siempre fue escuchado", añade.

En cuanto a la petición de tregua del Papa en diciembre de 1938, Franco le envió un telegrama de respuesta: "La guerra es la guerra y esta guerra la tenemos casi terminada. Y si hacemos una tregua, las treguas sólo sirven para que el que esté perdiendo se reorganice".

A un lado del telegrama hay una anotación de Pío XI: "Hemos hecho todo lo posible, no se puede hacer más".

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