domingo, 1 de mayo de 2022

Los mártires de Chicago

 

Tal día como hoy 1 de mayo de 1886, en la ciudad de Chicago -Illinois- se declaró una huelga general en defensa de la jornada de ocho horas, proclama que poco a poco se extendió por todo el país.

El 4 de mayo de 1886 —conocido como el año del gran alzamiento laborista— en la plaza de Haymarket de Chicago, unos 4.000 obreros enfurecidos, se manifestaron exigiendo la jornada de ocho horas. Allí, atacaron a la policía e hicieron estallar una bomba que mató a seis policías, lo que conllevó la pena de muerte para cinco huelguistas. Esa fue la versión oficial, en la que muchos datos fueron obviados y muchos otros inventados.

Chicago era una de las ciudades industriales más importantes de EEUU y un foco de tensión entre trabajadores y patrones. Los obreros estaban aunados bajo sindicatos fuertes y unidos que no consentían el esquirolaje.

En 1886 se produjeron unas 1.400 huelgas que llevaron a medio millón de trabajadores al paro laboral. El historiador John Commons asegura que ese año fue la prueba de que la clase "no cualificada" se había alzado en rebelión de una manera definitiva.

El día antes a La Revuelta de Haymarket, la tensión se elevó hacia un nuevo tope cuando todas las fábricas secundaron la huelga general lanzada el primero de mayo y una fábrica —su nombre se ha perdido con el tiempo— contrató a contrahuelguistas para poder sacar la producción adelante. 10.000 obreros rodearon la manufactura para presionar a los esquiroles y la policía acabó interviniendo y matando a 6 trabajadores.

Con ese caldo de cultivo, el 4 de mayo se produjo una reunión en la plaza donde, cuando llegó la policía para cargar contra los manifestantes, una bomba estalló. Aún hoy, no se sabe quién lanzó la bomba, lo que levanta suspicacias sobre la teoría de la conspiración. El alcalde de la ciudad, Carter Harrison, acudió a la plaza de Haymarket para escuchar las proclamas y luego habló con la policía para contarles que la manifestación estaba siendo pacífica.

A la plaza llegó un destacamento de 180 policías cuando apenas quedaban unos cientos de personas. Sin tensión que lo justificase ni altercados, recién llegada la Policía estalló una bomba que mató a seis policías. Tras este hecho la policía atacó a los manifestantes y se produjeron 40 muertes. De los que posteriormente fueron condenados por el atentado, los Mártires de Chicago, solo uno estaba en la plaza.

El jurado que sentenció a los condenados tardó meses en formarse y el jurado fue presionado y comprado para enjuiciar sin fisuras a los huelguistas. 981 personas fueron entrevistadas para formar un jurado de doce.

Oscar N. Neebe, Micheal Schwab, Samuel Fielden fueron condenados a cadena perpetua y Louis Lingg, George Engels, Albert T. Parsons, Adolf Fucher y August Spies a la horca. Todos ellos fueron acusados como líderes intelectuales y culpables de que esa bomba de la plaza de Haymarket estallase.

Todos estaban en el punto de mira como enemigos del capital. Eran líderes de esta clase obrera movilizada y a la vez objetivo de la prensa, empresarios y políticos. En Illinois, cualquiera que incitase al asesinato sería condenado si esa persona aparecía muerta

El juicio fue una farsa que condenó a estos hombres a la horca, y cuando, un 11 de noviembre, se cumplió su ejecución, un desfile fúnebre de 25.000 personas llenó Chicago para rendir homenaje a los caídos. John P. Altgeld, posterior gobernador de Illinois, declaró que los Mártires de Chicago habían sido víctimas de un complot y liberó a los presos que no habían sido condenados a muerte. Para los otros cinco ya era tarde.

Esta condena, no hizo más que alimentar el dolor y el ansia de conseguir un derecho que a día de hoy, está entre los mayores logros obreros. La jornada de ocho horas se convirtió en una realidad y el movimiento laborista estadounidense supo poner en jaque a las autoridades. Cada 1 de mayo por todo América aún se conmemoran las muertes de los Mártires de Chicago, que murieron en nombre de todos

No hay comentarios:

Publicar un comentario