Luis era hijo, del primer monarca de la Casa de Borbón que se sentó en el trono de Francia, Enrique IV, a quien sucedió al morir en 1610. Durante su minoría, se ocupó de la Regencia su madre, María de Médicis, la cual mantuvo su influencia, incluso después de que el rey fuera declarado mayor de edad en 1614.
En 1617 hizo ejecutar al favorito en quien su madre había confiado el poder, Concini, al cual sustituyó por Albert de Luynes. Tras la muerte de éste en 1621, Luis XIII se apoyó en otros ministros, hasta que en 1624 inició su estrecha colaboración con el cardenal Richelieu, que habría de determinar, la orientación del reinado.
En contra de la política pacifista, que defendían la reina - Ana de Austria- y la reina madre, el rey y su ministro, hicieron amplio uso de la guerra, para mejorar su situación en Europa en contra de los Habsburgo: tras participar indirectamente en la Guerra de los Treinta Años, entre 1618 y 1648, apoyando a los enemigos de los Habsburgo ,con independencia de su confesión religiosa, desde 1635 lanzaron a Francia a la guerra contra España, obteniendo importantes éxitos.
Todo ello, estaba en función de un designio de política interior, marcado por la idea de reforzar la autoridad real, luchando contra los privilegios de la nobleza y de los protestantes. El nacimiento de un heredero -el futuro Luis XIV de Francia - se produjo en 1638, desplazando de la sucesión, al hermano del rey, Felipe de Orléans, y terminando así con las conspiraciones nobiliarias, tejidas alrededor de éste.
Poco después moría Richelieu, y el rey -aquejado siempre de una salud delicada - le seguía en 1643. Antes de morir, sin embargo, había nombrado ministro principal al cardenal Mazarino, hechura y continuador de Richelieu, que habría de prolongar su política en el reinado siguiente, en el cual culminaría la tendencia absolutista de Luis XIII.
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