Tal día como hoy 31 de diciembre de 1936 moría en Salamanca por un infarto de miocardio el escritor y filósofo Miguel de Unamuno, con 72 años. Ese mismo año, en julio, se produjo un levantamiento militar que desembocó en una guerra civil y unos meses antes de su muerte Unamuno protagonizó un duro enfrentamiento dialéctico con el fundador de la Legión, Millán-Astray.
Unamuno nació en 1864 en Bilbao y era el tercer hijo de Félix de Unamuno, un comerciante que se enriqueció en México, y de Salomé Jugo. Con diez años fue testigo del sitio y bombardeo de su ciudad por las tropas fieles al aspirante Carlos VII durante la Tercera Guerra Carlista, y el horror que tanto le marcó acabaría siendo reflejado en sus obras Recuerdos de niñez y mocedad o Paz en la guerra.
Estudiante de Filosofía y Letras en Madrid, se doctora en 1884 y consigue la cátedra de Lengua Griega en la Universidad de Salamanca en 1891, tras un tiempo viajando por Francia, Italia y Suiza. Siendo una persona políticamente activa, su labor iría de la docencia a la escritura pasando por el pensamiento filosófico, la redacción de artículos y el estudio ensayístico.
Su ideología, basado en el racionalismo, fue mostrando distintas facetas a lo largo de su vida -opuesto a los nacionalismos, defensor de la democracia, militante socialista, republicano, católico, antirreligioso…- pero siempre se mostró como una persona crítica con el poder y los abusos, siendo especialmente crítico con Alfonso XIII por haber apoyado el golpe militar de Primo de Rivera.
Aunque secundó la instauración de la IIª República, en 1936 apoyó el golpe de Estado pensando que ayudaría a estabilizar la situación del país pero pronto cambió de opinión y lo criticó públicamente durante unas charlas en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, con un público formado por fascistas, falangistas y militares sublevados.
En el apartado literario, Unamuno es conocido por haber sido miembro de la Generación del 98 - el de mayor edad y visto casi como un maestro por el resto de miembros- y por la complejidad de su obra, en la que casi siempre plasmó sus preocupaciones y pensamientos o bien experiencias personales. Se destaca la creación del género de la nivola, un neologismo con el que el autor pretendía “darle la vuelta a la novela” y rechazar los principios de la narrativa realista.
El ejemplo más claro, en el que además fue introducido el término, es Niebla, en la que el propio protagonista de la historia mantiene un diálogo con su autor en una situación metafísica en la que la realidad y la ficción parecen confundirse.
En su extensa carrera literaria se pueden encontrar ensayos, novelas, relatos cortos, obras de teatro y poesía. Algunos de sus títulos más conocidos son En torno al casticismo de 1902, El Cristo de Velázquez de 1920, La tía Tula de 1921 o San Manuel Bueno Mártir de 1931.
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