Tal día como hoy, 6 de noviembre de 1528, en el actual Estados Unidos, el conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca, naufraga en el golfo de México y es el primer europeo conocido, que pone pie en Texas.
Explorador español, nacido hacia 1490 en Extremadura Era nieto de Pedro de Vera, conquistador de la isla de Gran Canaria. En 1527 participó, como segundo de a bordo, en la malograda expedición a la península de Florida, dirigida por Pánfilo de Narváez. La expedición de Narváez, que tenía como objetivo la búsqueda de oro, desembarcó en las costas de Florida en 1528, y se aventuró hacia el interior, donde encontró la resistencia enconada, de las tribus indias. Diezmados y con las manos vacías, los expedicionarios, regresaron a la bahía de Tampa, donde no encontraron sus navíos.
Los supervivientes, construyeron frágiles embarcaciones de cuero de caballo, con las que pensaban alcanzar, las costas del Golfo de México, pero naufragaron en la desembocadura del río Pánuco. El propio Narváez desapareció junto con la mayor parte de la tripulación. Cabeza de Vaca, con otros tres compañeros, entre ellos un esclavo negro llamado Esteban, salvó la vida. Los supervivientes llegaron a la costa de la actual Texas, donde fueron capturados, por indios comedores de marisco.
Cabeza de Vaca, practicaba la medicina tradicional y la sanación mágica, lo que le valió fama de taumaturgo, entre los indígenas. Él mismo contó en sus memorias, que sanaba haciendo el signo de la cruz, sobre el enfermo e invocando a María. El ascendiente que como sanador ganó entre los indios, le facilitó la evasión, después de 6 años de cautiverio.
Junto con sus compañeros, emprendió una larga travesía hacia el norte y el noroeste. Avanzando en pequeñas etapas, remontaron el valle del río Grande del Norte, atravesaron las mesetas áridas de Chihuahua y cruzaron el río Bravo, a través de Sierra Madre. Fue rescatado en 1536 cerca de Culiacán, en la costa mejicana del Pacífico, dos años después de su huida, por una patrulla española, enviada a la caza de esclavos y comandada por el capitán Melchor Díaz.
Su travesía por las regiones norteñas, interesó a las autoridades y Cabeza de Vaca y sus compañeros, fueron oficialmente interrogados. Fueron los primeros europeos, en dar testimonio de la existencia, del búfalo americano. Pero Cabeza de Vaca contó además historias fabulosas, que pasaron a engrosar el cuerpo de leyendas, referidas al Nuevo Continente.
Así, su narración sobre la existencia, de las Siete Ciudades Doradas de Cíbola, colmadas de oro y piedras preciosas, alentó la expedición de Alvarado en 1540. Las autoridades mejicanas, le instaron a regresar al norte como conquistador, pero él rehusó. Sin embargo, el esclavo Esteban, fue enviado nuevamente hacia el norte, en misión de reconocimiento y evangelización.
Álvar Núñez, regresó poco después a España, donde fue nombrado por Carlos I gobernador de la ignota provincia, de Río de la Plata, mediante capitulaciones, firmadas el 18 de marzo de 1540. El contrato. le otorgaba un generoso diezmo, sobre todo lo que encontrase, en aquella desconocida región.
Cabeza de Vaca, zarpó de nuevo hacia América desde Cádiz, en marzo de 1541, con gran incertidumbre, sobre lo que allí le esperaba, ya que no se conocía la suerte de Pedro de Mendoza, su predecesor en Río de la Plata. Los títulos conferidos a Cabeza de Vaca, dependían de que Mendoza y su lugarteniente, Juan de Ayolas, siguieran con vida.
La expedición, desembarcó en la isla de Santa Catalina, en Brasil, y allí Cabeza de Vaca supo que sus predecesores, habían perecido en el curso de enfrentamientos, con los indios. Asimismo se le informó, de las penalidades de los pobladores españoles, de la región de Buenos Aires y de la fundación, en el interior de la ciudad de Asunción. Cabeza de Vaca partió en auxilio de estas regiones. En el camino, descubrió las cataratas del Iguazú.
Instalado en Asunción, se dedicó a la reorganización del gobierno y dirigió una expedición, a la Sierra de la Plata, en Potosí. La empresa resultó desastrosa, para los españoles, pero sirvió para alimentar las leyendas, referentes a las míticas amazonas y El dorado.
Hombre extremadamente piadoso y comprometido, en la defensa de los pueblos indígenas, frente a la barbarie de los conquistadores, a su regreso a Asunción en 1544, fue expulsado violentamente del gobierno, por una facción que se oponía a su política, en favor de los indios.
Su sucesor al frente del gobierno, Martínez de Irala, emprendió un brutal avance hacia el oeste, devastando las regiones que atravesaba y aniquilando, a los pobladores indígenas. Cabeza de Vaca fue enviado a España tras su derrocamiento, juzgado y deportado a Orán.
Tras ocho años de destierro, recibió el perdón de Felipe II, que lo nombró presidente del tribunal supremo de Sevilla. Posteriormente, tomó los hábitos y llegó a ocupar la dignidad de prior, en un monasterio sevillano, donde murió en 1560.
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