Tal día como hoy, 17 de noviembre de 1557 en Chile, el marino español Juan Ladrillero, zarpa de Valdivia, alcanzando la isla Desolación y entrando al Estrecho de Magallanes.
Juan Ladrillero,fue un piloto, cosmógrafo, cartógrafo y teniente de gobernador español; considerado, después de Fernando de Magallanes, como el otro descubridor del estrecho de Magallanes; siendo el primero en navegarlo, en ambos sentidos.
Estudió, de joven, en su ciudad natal navegación, cosmografía y astrología. Efectuó una serie de viajes a las Indias y en 1535 aprobó el examen, para navegar al nuevo continente en calidad de piloto. En 1537 navegó en el mar del Sur. En 1540 fundó la ciudad de Buenaventura. En 1545 llegó a Quito. Participó en la guerra civil que en el Perú protagonizaron los hermanos Pizarro.
Habiéndose retirado de la vida activa, se radicó con su familia en su encomienda en Chuquiago, La Paz. En 1556 fue llamado por el virrey Andrés Hurtado de Mendoza para que acompañara a su hijo, García Hurtado de Mendoza, que partía de gobernador al Reino de Chile.
En Chile, fue designado para que reconociera la entrada occidental, del estrecho de Magallanes y la costa patagónica atlántica. Tomó el mando de una escuadrilla, compuesta de dos naos, la San Luis y la San Sebastián, la primera bajo su propio mando y la otra al mando del piloto Francisco Cortés Ojea. Zarpó de la ciudad de Valdivia a fines de 1557 y, luego de recorrer el estrecho en ambos sentidos, en enero de 1559 regresó, al mismo puerto, del que había zarpado.
Reconoció la costa sur del canal Concepción y entró a los canales por el estrecho Nelson y descubrió la región de Última Esperanza, navegó el canal Kirke y exploró el seno Obstrucción, creyendo inicialmente, que había llegado al estrecho de Magallanes.
Volvió al Pacífico, buscando la entrada del Estrecho, pero esta vez continuó de largo hacia el sur, reconociendo la isla Desolación, entró al Estrecho navegando, seguramente, el canal Abra. En el cabo Posesión, donde llegó el 9 de agosto de 1558, efectuó la ceremonia de toma de posesión de este.
Luego de explorar la boca oriental, regresó al norte soportando todo tipo de calamidades, falta de víveres y muerte de sus tripulantes, logrando recalar en la bahía de Concepción, donde fondeó con sólo el capitán, un marinero y un negro de servicio, que murieron a los pocos días, excepto Ladrillero, que falleció a mediados de 1574.
Tal vez no exista, personaje más olvidado en la historia colonial americana, que este marino que sirvió a dos reyes. Su vida y viajes fueron en buena medida, encubiertos por la envidia, el infortunio y poderosas razones de Estado. Los resultados se silenciaron y las pruebas de su paso, por el Estrecho se escondieron, aunque por fortuna, no del todo ya que se ha conservado el relato de aquel último viaje, escrito de su puño y letra.
Sus capacidades, fueron reconocidas por quienes lo conocieron, refiriéndose a él como un “hombre muy diestro y entendido en las cosas de la mar”. La fama de Ladrillero fue resaltada, por varios cronistas y autoridades. Pedro Cieza de León, quien se encontró varias veces con Ladrillero, entre 1539 y 1550, le reconoció haber navegado y explorado, el lago Titicaca.
Gonzalo Fernández de Oviedo lo describió como “diligente hombre y que entendía buenas cosas de la tierra y de la mar”, mientras que Juan de Castellanos lo llamaba “en cosas de la mar experto”. Sus viajes encarnaban la movilidad posible en la América española de la época: de Sevilla a las islas del Caribe, de Panamá a las espesas selvas del Chocó, de las alturas del lago Titicaca, a los laberínticos canales pelágicos, del estrecho de Magallanes.
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