Tal día como hoy 23 de diciembre de 1783, George Washington una vez terminada la Guerra de Independencia, entrega todos sus poderes.
Fue el primer Presidente de Estados Unidos - entre 1789 y 1797- y comandante en jefe del Ejército Continental revolucionario en la guerra de la independencia norteamericana, siendo considerado como “Padre de la Patria”.
En 1775, el “Congreso Continental” designó a Washington comandante en jefe del ejército y a su frente obligó a los británicos a desalojar Boston, Nueva York y en un ataque sorpresa imprevisto los batió en Trenton, consiguiendo derrotas británicas totales en las batallas de Saratoga y Yorktown.
Tras ganar la guerra, de una manera imprevista renunció a todos sus cargos militares y políticos, regresando la vida civil en su plantación de Mount Vernon, acto que le trajo aún más renombre.
En 1787 fue llamado nuevamente por la ciudadanía, y presidió la Convención de Filadelfia que esbozó la Constitución de los Estados Unidos, siendo elegido en 1789 de forma unánime como primer presidente de los Estados Unidos.
En 1793 fundó la nueva capital federal, bautizada Washington en su honor y renunció voluntariamente a ser elegido para un tercer mandato, considerando que la perpetuación en el poder sería perjudicial para el régimen constitucional de libertades.
Antes de la finalización de su período de gobierno, Washington se retiró nuevamente a la vida civil, estableciendo un importante precedente de transición pacífica que ha servido de ejemplo no sólo en los Estados Unidos sino también en muchos otros países.
Murió en 1799 por un tratamiento para su neumonía, que incluía sangrías, debido a la pérdida de más de dos litros de de sangre, así como asfixia y deshidratación.
En su oración fúnebre, se dijo que Washington fue el "primero en la guerra, primero en la paz y primero en el corazón de sus compatriotas".
Más de un político, debía tomar nota de tan magnífico personaje
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