Tal
día como hoy, un 8 de agosto de 1958 contraen matrimonio Salvador
Dalí y Gala. Tras la boda se instalan en el estudio cerca
del parque de Montsouris, propiedad del pintor. Gala, diez años mayor que el de Figueras, se convirtió en la
agente y la musa de Dalí. A pesar de haber tenido una relación
tortuosa, permanecieron juntos hasta que la muerte los separó.
Gala, cuyo verdadero nombre era Elena
Ivanovna Diakonova nació en la ciudad de Kazán, en Rusia, en 1894.
Pasó su infancia en Moscú y asistió
a cursos universitarios en una escuela de San Petersburgo. En 1912,
Gala fue enviada a un sanatorio de Clavadel en Davos, Suiza, una
institución que trataba a los pacientes de tuberculosis, una
enfermedad que se extendió durante el siglo XIX.
Fue allí donde conoció y se enamoró
del joven Paul Eluard, cuando él tenía 18 años y ella 19. Durante
la Primera Guerra Mundial, los dos jóvenes continuaros con su
relación a distancia hasta que Gala viajó a París y se casó con
él en 1917. Al año siguiente nació su única hija, Cecile.
Gala conoció por primera vez a Dalí
en 1929 durante un viaje a Cadaqués con su familia. Su romance
prosperó y ella le siguió a Paris, donde empezó a influir y formar
parte del movimiento surrealista. Su relación con Dalí era tan
poderosa y absorbente que hasta la impulsó a abandonar a su propia
hija de once años.
Cecile se fue a vivir con su abuela
paterna en Paris. En una entrevista en 2014 en la que Cecile hablaba
de su madre, relataba que ‘Después de conocer a Dalí ya no estaba
interesada en mí. Ella jamás fue una madre cariñosa (…) era muy
misteriosa, muy reservada. Nunca he llegado a conocer a mi familia
rusa. Ni siquiera nunca he sabido cuando nació mi madre
exactamente’.
La pareja se casó en 1934; la unión
fue rechazada por el padre de Dalí, que no aprobó a una rusa
divorciada como yerna. Gala fue más que una esposa y musa para Dalí,
estaba totalmente obsesionado con ella.
De hecho, en su autobiografía el
artista habla de ella como ‘Mi vida secreta’: “Ella estaba
destinada a convertirse en mi Gradiva, la que avanza, mi victoria, mi
esposa”. Gala eventualmente se convirtió en la gerente de los
negocios de su esposo, negociaba precios y firmaba contratos en su
nombre.
Gala falleció el 10 de junio de 1982.
Fue enterrada en la cripta del castillo de Púbol, que ahora es una
atracción turística y forma parte de la finca propiedad y
administrada por la Fundación Gala Salvador Dalí.
Después de la muerte de Gala, Dalí se
retiró de la vida pública. Curiosamente, en 1982, cuando se dio
cuenta que Gala estaba empeorando, él pidió la construcción de dos
tumbas con una pequeña apertura entre los dos, a través de la cuál
pudiesen cogerse las manos eternamente.
Dalí dice en su diario “Diario de un
Genio”: ‘Yo la amo más que a mi madre, más que a mi padre, más
que a Picasso, e incluso más que al dinero”.
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