viernes, 14 de agosto de 2020

La llamada Masacre de Badajoz

Tal día como hoy 14 de agosto de 1936, la Legión, al mando de Juan Yagüe, ocupa Badajoz. Durante la noche, y la mañana del día siguiente, tiene lugar la Masacre de Badajoz.

La masacre de Badajoz se produjo en los días posteriores a la batalla de Badajoz, durante la guerra civil española, y fue el resultado de la represión ejercida por el Ejército sublevado contra civiles y militares defensores de la Segunda República española, tras la toma de la ciudad por las fuerzas sublevadas contra la República.

Constituye uno de los sucesos más controvertidos de la guerra, pues el número de víctimas de esta matanza varía ostensiblemente dependiendo de los historiadores que la han investigado. Además, al resultar vencedor de la contienda el bando sublevado, jamás se produjo una investigación oficial sobre lo sucedido en la ciudad extremeña.

En cualquier caso, las estimaciones más comunes apuntan que entre 1800 y 4000 personas fueron ejecutadas, en unos hechos calificados por varias asociaciones de derechos humanos como crímenes contra la humanidad.​

Al mando de las tropas que perpetraron la masacre de Badajoz se encontraba el coronel Juan Yagüe, quien, tras la guerra civil, fue nombrado ministro del Aire por el dictador Franco. A partir de estos hechos, Yagüe fue popularmente conocido como el carnicero de Badajoz.

Según el censo, Badajoz tenía 41 122 habitantes en 1930, por lo que de ser correcta la cifra de 4000 ejecutados, el porcentaje de represaliados alcanzaría el 10% de la población.

El método para las ejecuciones fue el fusilamiento o ametrallamiento indiscriminado en grupo de personas participantes en la defensa de la ciudad o sospechosas de simpatizar con la República. Fueron llevadas a cabo por los legionarios y regulares moros procedentes del norte de África, fuerzas de la Guardia Civil y mandos locales de Falange Española .

Posteriormente, la mayoría de los cuerpos fueron quemados junto a las tapias del Cementerio de San Juan. Según testimonios de algunos supervivientes, los fusilamientos se producían en grupos de 20, y luego se trasladaban los cadáveres en camiones al antiguo cementerio, donde eran incinerados y depositados en fosas comunes.

También se produjeron fusilamientos en otras zonas de la ciudad. Entre los represaliados se encontraban hombres y mujeres afectos a la República, obreros, campesinos, militares que participaron en la batalla, autoridades locales o simples sospechosos.

Tras la caída de la ciudad, el alcalde Sinforiano Madroñero y el diputado Nicolás de Pablo, ambos socialistas, cruzaron la frontera y huyeron a Portugal, pero fueron localizados por efectivos del régimen portugués y entregados a las tropas franquistas, que los fusilaron en Badajoz el 20 de agosto, frente a un frontón y sin juicio previo.

Posteriormente aparecieron testimonios, publicados el 27 de octubre por el diario La Voz, de Madrid, de que los fusilamientos en la plaza de toros fueron convertidos en una fiesta por los ejecutores, con público en sus gradas presenciando las matanzas.

La masacre de Badajoz tuvo una gran influencia en el desarrollo de la guerra. La publicación en la prensa extranjera de estos sucesos ocasionó que Franco a partir de entonces ordenase el cese de matanzas que pudieran tener gran trascendencia mediática y perjudicasen la imagen de los sublevados, y por otro lado, la propaganda republicana publicitó enormemente este hecho, convirtiéndolo en justificante de otros sucesos posteriores, cometidos por la Republica, como la Matanza de la Cárcel Modelo de Madrid o las matanzas de Paracuellos..

 

 

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