La importancia de la batalla de Zutphen, no es debida a las consecuencias posteriores, ni a la cantidad de recursos humanos y materiales, que en ella fueron necesarios, sino por tratarse de una batalla, en suelo holandés, entre en el ejército español y el inglés.
La entrada oficial de Inglaterra, en la Guerra de Flandes fue, el primero de una serie de desastres militares, que dejaron muy mermada la economía inglesa, durante varias décadas.
En agosto de 1585, Inglaterra y los Países Bajos, firmaron el Tratado de Nonsuch, por el cual Inglaterra, se comprometía a prestar ayuda, económica y militar, a los Países Bajos en su guerra, contra la Monarquía Hispánica. Dicho tratado, suponía en líneas generales, la sumisión de los Países Bajos, pues las condiciones eran muy beneficiosas para Inglaterra:
La situación económica y militar, era tan precaria para los luteranos holandeses, tras 20 años de guerra, contra la Monarquía Hispánica, que no tuvo los Países Bajos otro remedio que aceptar las condiciones, impuestas por Inglaterra.
Respecto a Inglaterra, su posición hasta el momento, había sido de total apoyo a los holandeses, aunque ofreciendo un perfil bajo, atacando algún solitario barco español, por el canal de La Mancha, unas veces y otras veces de manera terrestre, con escasos recursos, pero nunca antes, de una manera tan cuantiosa, como lo iba a hacer, a partir de dicho tratado.
Casi recién llegado a los Países Bajos, al frente de 6.000 hombres, necesitaba el conde inglés ganar alguna villa, que estuviera bajo administración española, para estrenar su cargo, como gobernador. Una victoria, que le serviría para ganar prestigio, con sus aliados y con la reina de Inglaterra y que además, serviría para demostrar a los holandeses, que necesitaban a Inglaterra, para vencer a España.
Las tropas imperiales de Felipe II, al mando de Alejandro Farnesio, se encontraban sitiando la ciudad de Rheinberg, en la actual Alemania. Aprovechando esta situación, el Conde de Leicester creyó que era una buena ocasión, para golpear a España y decidió, asediar la villa de Zutphen, en los Países Bajos.
Enterado Alejandro Farnesio, marchó hacía Zutphen, para obligar a los ingleses a abandonar el asedio. Consciente que el asedio, debía estar provocando escasez de alimentos y pólvora, Alejandro Farnesio, decidió adelantar parte de su fuerza, escoltando un convoy con provisiones, con destino a Zutphen. Por desgracia, el mensajero de los tercios, que llevaba el aviso a los sitiados, cayó en manos de los ingleses quienes, enterados de la llegada del convoy, se prepararon para la emboscada.
El 22 de septiembre de 1586, el convoy de víveres que estaba al mando de un albanés, llamado Cresiac, capitán de los tercios españoles, fue emboscado por las tropas inglesas. Cresiac fue capturado por los ingleses y la caballería imperial, compuesta esencialmente por albaneses, fue derrotada por la caballería inglesa, pero debido a la resistencia de los tercios españoles,y a los refuerzos que salieron de Zutphen, hicieron retroceder a los ingleses y consiguieron entrar en Zutphen, con los víveres.
Fracasada la emboscada inglesa y con la próxima llegada, de las fuerzas de Alejandro Farnesio, los ingleses decidieron, poner tierra de por medio y abandonaron el asedio.
No obstante, pasadas varias semanas y seguros de que las tropas de Farnesio, ya no estaban por allí, tomaron un pequeño fuerte cerca de Zutphen pero esta estrategia también les salió mal, pues al año siguiente, las tropas inglesas en Flandes, sufrieron deserciones en masa, al bando español, entre ellas, las de la guarnición de dicho fuerte.
Fue en este encuentro, donde el poeta y soldado inglés, Philip Sidney, recibió las heridas que causarían su muerte, un mes más tarde.
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