Tal día como hoy 3 de septiembre de 2004: ocurre la Masacre de la escuela de Beslán, en la que las fuerzas de seguridad rusas, matan a 335 personas en la operación de liberación de rehenes.
La masacre de la escuela de Beslán, tuvo lugar en septiembre de 2004, cuando un grupo islamista de unas 30 personas armadas, irrumpió en un colegio de Beslán, en Osetia del Norte -Rusia-, tomando como rehenes a 1181 personas, la mayoría niños. El operativo llevado a cabo por fuerzas de seguridad rusas, el 3 de septiembre terminó con un tiroteo entre los secuestradores y las fuerzas de seguridad, que dejó un saldo de 334 muertos -186 de ellos niños- y más de 700 heridos.
Era el primer día de clase, después del verano. Familias enteras se encontraban en el centro, para la ceremonia de apertura del curso, cuando se escucharon los primeros disparos. En un primer momento, algunos pensaron que se trataba de una broma, pero esa idea se desvaneció, cuando tres docenas de personas armadas, algunas pertrechadas con cinturones explosivos, bajaron de dos vehículos militares, retuvieron a todos los que no lograron escapar y los llevaron al gimnasio.
Una vez allí, seleccionaron a los adultos, que parecían más fuertes y los asesinaron. Era el inicio de 52 horas de secuestro, que terminó en matanza.El comando se hacía llamar el "Batallón de los Mártires", dirigido desde la distancia, por el líder guerrillero checheno Shamil Basáiev.
Vladimir Putin, furioso por el fallo de seguridad, que había permitido al grupo llegar hasta la escuela, sin ser detectado, hizo mandar a unidades de élite del ejército. Abochornadas, las autoridades jamás revelaron el número real de rehenes. La cifra oficial siempre fue de 354, aunque el desenlace final, evidenció la mentira. En realidad había más de 1.100 personas.777 de las cuales, niños-.
Mientras el ejército, la policía e incluso civiles armados, se apostaban frente al recinto, los milicianos armados, colgaron explosivos por todo el perímetro del hacinado gimnasio, colocó a los menores cerca de las ventanas, para que sirvieran de escudos humanos y exigió, el reconocimiento de la independencia de Chechenia y la retirada de las tropas rusas ,de aquella república caucásica.
Durante casi tres días, los rehenes fueron privados de comida y bebida. En aquel ambiente sofocante, los niños empezaron a desnudarse por la deshidratación, llegando al extremo de escurrir su ropa empapada de sudor para beber.
Las negociaciones, tuvieron poco éxito, aunque investigaciones posteriores a la masacre, han apuntado a que las autoridades rusas, nunca apostaron por una solución negociada.
En el segundo día del secuestro, el comando liberó a un pequeño grupo de 15 niños y 11 mujeres lactantes, algunas de las cuales, tuvieron que afrontar una cruel elección: decidir qué hijo salvar y cuál dejar atrás. No hubo más liberados.
Al tercer día, cuando se permitió que un equipo médico, se acercara al gimnasio, para retirar los cadáveres, que había en su exterior, ocurrieron unas confusas explosiones que desembocaron en el asalto al recinto.
La operación fue un desastre, que acabó con la vida de cerca de un cuarto de los rehenes, muchos de ellos por "fuego amigo". Hay disparidad de versiones sobre lo ocurrido: según las autoridades rusas, los integristas chechenos fueron los que detonaron los explosivos, pero varios testigos afirman, que todo comenzó desde el exterior.
En Abril de 2017, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó por unanimidad a Moscú a pagar una indemnización, de tres millones de euros, a los familiares de los fallecidos, por “fallos graves” en la gestión del secuestro.
El tribunal consideró probado que, desde hacía días, las autoridades tenían suficiente información, sobre la preparación de un atentado en la zona, coincidiendo con el inicio del curso escolar, que se utilizaron armas, que propiciaron el aumento del número de bajas y que la investigación posterior, fue muy deficiente.
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