Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como Mahatma, que significa “gran alma”, nació en 1869 en India, por entonces colonia británica. Educado en el hinduismo, entró en contacto con credos como el jainismo, la no violencia y el respeto, hacia todos los seres vivos.
Tras completar su formación universitaria, en la metrópoli, Gandhi se marchó en 1893 a la colonia británica de Sudáfrica, donde pasó más de veinte años. A su regreso, se unió al partido Congreso Nacional Indio, en el que se destacó, como un líder en la búsqueda de la independencia, por medio de acciones de resistencia, no violenta.
Gandhi nació en la ciudad de Porbandar, en el seno de una familia de casta vaishia, de comerciantes. Era hijo del administrador de la ciudad y su cuarta esposa. De niño, estuvo muy influido, por los principios religiosos de su madre y, como marca la tradición, sus padres le concertaron un matrimonio, cuando tenía trece años con la joven Kasturbai Gokuldas Kapadia, con quien tendría cuatro hijos.
Las dificultades laborales, llevaron a Gandhi a embarcar rumbo a Sudáfrica en 1893. Allí fue testigo, de las discriminaciones de los británicos, hacia los indios, así que fundó en 1894 el Congreso Indio de Natal, para defender sus derechos. En esta colonia británica, Gandhi puso en práctica, por primera vez, acciones de resistencia civil. Aunque al principio aspiró, a una mayor integración de los indios, su continuo trato discriminatorio, cambió su postura: India debía ser independiente.
La doctrina gandhiana, no solo se basó en la no violencia, sino que también implicaba pasar a la acción, por medio de la resistencia y desobediencia civil. Esta lucha, contra el dominio colonial tomó forma, de huelgas de hambre, boicots o marchas.
Destacó, especialmente, la marcha de la sal de 1930, una manifestación, símbolo de la resistencia pacífica, contra el monopolio británico de la sal , que recorrió casi 400 kilómetros. Ante esta situación, el virrey de la India, se vio obligado a abolir, el impuesto sobre la sal, incapaz de hacer cumplir la ley, sin violencia.
En plena Segunda Guerra Mundial, Gandhi continuó presionando al Gobierno británico, para alcanzar la independencia y la democracia. Después de la guerra, las diferencias entre musulmanes e hindúes, se agrandaron, espoleadas desde Londres.
Gandhi era partidario, de mantener la unidad de la India, pero la escalada de violencia interreligiosa, puso fin, a cualquier intento reconciliador. El Gobierno británico, estableció la partición de la antigua colonia, en los estados de India y Pakistán, que en agosto de 1947, lograron la independencia.
Desde ese momento, Gandhi dedicó sus esfuerzos, a acabar con los disturbios y la violencia, entre musulmanes e hindúes. Antes de conseguirlo, intentó reconciliar las posturas entre musulmanes e hindúes, pero los enfrentamientos, llevaron en 1947 a la división del territorio, en Pakistán e India.
Tan solo un año después, el 30 de enero de 1948, Gandhi fue asesinado por un ultranacionalista, que le acusaba de debilitar el país.
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