martes, 23 de enero de 2018

El descubrimiento de los rayos X

Tal día como hoy 23  de enero de 1896, en Alemania, Wilhelm Röntgen descubre los rayos X.

Wilhelm Conrad Röntgen, nació en 1845 en Lennep – Alemania - hijo de un tejedor y cuando él tenía tres años, su familia se mudó a los Países Bajos, donde recibió la educación primaria. Luego asistió a la Escuela Técnica de Utrecht y en 1865 cursó estudios en la Escuela Politécnica de Zúrich, donde en 1868 recibió su título de ingeniero mecánico, doctorándose un año después.

Fue ingeniero mecánico y físico, de la Universidad de Wurzburgo y el 8 de noviembre de 1895 produjo radiación electromagnética en las longitudes de onda correspondiente a los actualmente llamados rayos X.

En los años siguientes, Röntgen publicó unos estudios “sobre un nuevo tipo de rayos”, que fueron traducidos al inglés, francés, italiano y ruso.

Por el descubrimiento fue galardonado en 1901 con el primer Premio Nobel de Física, concedido oficialmente “en reconocimiento de los extraordinarios servicios que ha brindado con el descubrimiento de los notables rayos que llevan su nombre”.

Röntgen donó la recompensa económica a su universidad y de la misma forma que Pierre Curie haría varios años más tarde, rechazó registrar cualquier patente relacionada a su descubrimiento por razones éticas. Tampoco quiso que los rayos llevaran su nombre, aunque en alemán los rayos X se siguen conociendo como “Rayos Röntgen”.

En 1888 fue nombrado físico jefe de la Universidad de Würzburg y en 1900 físico jefe de la Universidad de Múnich, por petición especial del gobierno de Baviera.

La Universidad de Wurzburg le otorgó el grado honorario de Doctor en Medicina. También en su honor recibe tal nombre la unidad de medida de la exposición a la radiación, establecida en 1928.

Los rayos X se comienzan a aplicar en todos los campos de la medicina, entre ellos el urológico. Al año del primer informe de Röntgen, se habían escrito 49 libros y más de 1200 artículos en revistas científicas.

Su descubrimiento es uno de los puntos culminantes de la medicina de finales del siglo XIX, sobre el cual se basaron numerosos diagnósticos, hasta ese momento difíciles de realizar.

El uso más común de los rayos X es para ver huesos rotos, pero se utilizan también para otros usos como por ejemplo, las radiografías de tórax pueden detectar neumonía y las mamografías  que utilizan rayos X para detectar el cáncer de mama.



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