viernes, 26 de enero de 2018

Ramón Cabrera, "El Tigre del Maestrazgo"

Tal día como hoy 26 de enero de 1838, en España, los carlistas, mandados por Ramón Cabrera, ocupan la plaza fuerte de Morella tras varios meses de asedio.

Ramón Cabrera y Griñó, fue un militar y político español, conocido como "El Tigre del Maestrazgo". Huérfano de padre cuando tenía 5 años, siguió la carrera eclesiástica pero el obispo de Tortosa - ferviente absolutista- no quiso ordenarle sacerdote ante su falta de vocación religiosa, por lo que abandonó el hábito para sumarse al levantamiento carlista de 1833.

Su carrera militar fue fulgurante: Fue ascendido a coronel en 1834 y en 1835 nombrado Comandante general interino del Bajo Aragón, donde consolidó su puesto de mando en Cantavieja, en donde puso en funcionamiento una fábrica de cañones y munición.

Cabrera mantuvo durante los dos primeros años de guerra una actitud de respeto a los prisioneros, pero a pesar de ello los liberales le pusieron el sobrenombre de "Tigre del Maestrazgo".

Pero cuando los liberales fusilaron a su madre María Griñó, a la que tenían presa desde hacia un año y medio, la reacción de Cabrera no se hizo esperar y a los cuatro días del asesinato, lanzó desde Valderrobres una dura proclama contra el gobierno y mandó fusilar a cuatro mujeres en represalia. A partir de entonces, la guerra se volvió muy sanguinaria.

Cabrera tomó parte en las dos mayores expediciones carlistas; la que recorrió, Andalucía donde una acción directa de Cabrera permitió la ocupación de Córdoba y Extremadura y la llamada “Expedición Real”, encabezada por el propio pretendiente Carlos V, cuya vanguardia mandada por Cabrera llegaría a las puertas de Madrid.

En enero de 1838 tomó Morella y la convirtió en la capital del territorio bajo su control y en recompensa, el pretendiente le nombró “Conde de Morella”. No aceptó el convenio de Oñate  -Abrazo de Vergara - de 1839, que llevó a la disolución del ejército carlista, por considerarlo una traición y quedó como único general de la causa del pretendiente, prolongando la lucha hasta mayo de 1840.

El 6 de julio, Cabrera y los batallones que le habían seguido, cruzaron la frontera francesa donde estuvo confinado, hasta que en octubre de dicho año se le dio la libertad vigilada.

En 1847, se produce el levantamiento de los matiners - prolegómeno de la Segunda Guerra Carlista- y Cabrera, sin creer en las posibilidades de victoria, deja su exilio, organiza la guerrilla y se pone al frente de las partidas carlistas en Cataluña hasta que se exilia de nuevo a Francia en abril de 1849.

Desde allí marchó a Inglaterra, donde en 1850 contrajo matrimonio con una rica heredera y no volvió a participar en insurrección alguna, y aunque en 1869 el nuevo pretendiente Carlos VII, viajó personalmente a Londres para proponerle una nueva insurrección, Cabrera rechazó la propuesta.

La llegada de la Restauración borbónica con Alfonso XII pusieron en evidencia la concordancia existente entre la actitud del antiguo caudillo carlista y el nuevo proyecto de orden social que proponía el canovismo.

Desengañado de Carlos VII, en 1875 reconoció a Alfonso XII, que a su vez reconoció a Cabrera su graduación y título nobiliario. Cabrera no volvió nunca a España, muriendo en Inglaterra.

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