Tal día como hoy 28 de febrero de 1482, durante la Guerra de Granada, Rodrigo Ponce de León y Núñez, conquista para el Reino de Castilla la plaza de Alhama de Granada.
Alhama - que en árabe significa “manantial de agua caliente” - toma su nombre de los baños termales de los romanos y, alcanzó su máxima trascendencia histórica durante el periodo de plaza fuerte del reino nazarí de Granada, en que la ciudad experimentó gran auge comercial, económico y urbanístico, que la hicieron convertirse en una de las más valiosas del Reino y una de las más codiciadas para los Reyes Católicos.
Su toma por los ejércitos de los soberanos de la Corona de Castilla el 28 de febrero de 1482, en represalia por la toma nazarí de Zahara de la Sierra -Cádiz - en 1481 y significó el inicio de la Guerra de Granada.
Durante la guerra, ya en manos castellanas, Alhama sufrió varios sitios por parte de las fuerzas nazaríes, todos sin éxito. Durante el tercero, entre 1484 y 1485, el alcaide de Alhama, Íñigo López de Mendoza - ante la falta de monedas metálicas - ordenó el uso de papel moneda.
Tras la conquista cristiana por Rodrigo Ponce de León, la plaza conservó su importancia estratégica y económica y en 1486 los Reyes Católicos nombraron a Hernán Pérez del Pulgar, Capitán General de Alhama, en premio a su valor al protagonizar una arriesgada operación en la que logró eludir el cerco y llegar hasta Antequera para pedir auxilio, evitando la pérdida de Alhama.
Una vez consumada la conquista, comienzan a producirse cambios importantes en la ciudad y las mezquitas se fueron sustituyendo por iglesias; los zocos, dan paso a plazas abiertas y los Reyes Católicos dotan a la ciudad de nuevos edificios, acordes con la nueva estructura civil y burocrática, en espera de la conquista definitiva del Reino Nazarí.
Tras el apogeo alcanzado durante la Edad Media, Alhama cayó en un profundo olvido, pese a lo cual, fue protagonista de un siglo XIX muy convulso en todo el país, sufriendo, la ocupación de las tropas francesas de Napoleón y las desamortizaciones que afectaron a sus bienes eclesiásticos.
Para finalizar este periodo histórico, un infortunio volverá a convertir a la ciudad y su comarca, en el centro de interés de medio mundo, debido al terrible terremoto acontecido el 25 de diciembre de 1884, conocido como “Terremoto de Andalucía de 1884”, que asoló las provincias de Granada y Málaga.
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