Tal día como hoy 26 de enero de 1956, dos hombres blancos de Mississippi conocidos como JW Milam y Roy Bryant admitieron el asesinato de Emmett Louis Till, un adolescente afroamericano nativo de Chicago. El caso dio pie a revueltas y en cierto modo a que se recrudeciera la lucha por los derechos civiles.
Más de 65 años después de su asesinato, quizás haya justicia para Emmett Till, aunque quienes lo mataron ya no están vivos. Las autoridades en Estados Unidos han reabierto la investigación sobre el brutal linchamiento de Till, un afroestadounidense de 14 años que fue víctima en 1956 de uno de los episodios de racismo más polémicos en la historia moderna de ese país.
En aquel momento, los responsables del asesinato -Roy Bryant y su medio hermano J.W. Milam- fueron absueltos por un jurado compuesto solo por personas blancas, lo cual se cree contribuyó a que los dos hombres fueran exonerados.
El trágico final de Emmett tuvo que ver con supuestas insinuaciones sexuales que realizó a Carolyn Donham, una mujer blanca de Money (Misisipi). Pero al parecer Donham desmintió su propia versión de los hechos durante una entrevista en 2008.
Muchos consideran que la revisión del caso tiene que ver con las reveladoras confesiones de Donham, aunque las autoridades no lo confirmaron.
El 24 de agosto de 1955 el joven visitó una tienda del pueblo, donde vio a la cajera Carolyn Donham. Lo que pasó entre ellos no está claro, pero cuando Roy Bryant —esposo de la dependienta y dueño de la tienda— regresó al negocio, le dijeron que el adolescente había piropeado a su mujer.
Cuatro días después fue con su medio hermano J.W. Milama a la casa donde Emmett se quedaba.y ambos lo metieron a la fuerza en un auto y lo llevaron a un río donde le golpearon, le dispararon en la cabeza y le echaron al agua. Fue hallado sin vida tres días más tarde.
Milam confirmó esta versión años después, durante una entrevista con la revista Look, y dijo que Bryant y él lo habían hecho porque Emmett se había propasado con una mujer blanca que además era la esposa de su pariente.
A petición de su madre, el ataúd de Emmett Till estuvo abierto durante su funeral. Quería que las fuertes imágenes enviaran un mensaje sobre la segregación racial en Estados Unidos. Las imágenes del rostro de Emmett eran perturbadoras.
En Chicago, a donde fue trasladado el cuerpo del joven para su enterramiento, cientos de personas se congregaron para despedirlo. El caso de Emmett motivó la solidaridad hacia el joven, y protestas hacia un sistema de leyes que desfavorecía a los negros.
En 2005 el FBI exhumó el cuerpo del joven, pero la investigación no llegó a ninguna parte. En ese momento los funcionarios dijeron que había pasado demasiado tiempo.
En 2008 el entonces presidente, George W. Bush, firmó una ley que llevaba el nombre de Emmett Till y que tenía como objetivo permitir la reapertura de las pesquisas sobre atentados contra los derechos civiles, sin importar cuántos años hubieran pasado.
La norma, cuya vigencia fue extendida indefinidamente por el presidente Barack Obama en 2016, podría ayudar a que se esclarezca este caso.
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