Tal día como hoy 19 de enero de 1493: Los reyes Fernando el Católico y Carlos VII de Francia firman el Tratado de Barcelona por el cual Francia devuelve los condados de Rosellón y Cerdaña a España.
La unidad española no estaba completada Con la conquista de Granada en 1492. Era necesario recuperar el Rosellón y la Cerdaña, pertenecientes a la Corona de Aragón y ocupados por los franceses desde el reinado de Juan II. La incorporación de estos territorios en 1493, y la fijación de la frontera catalana al norte de los Pirineos significaron un gran triunfo diplomático y militar de los Reyes Católicos.
"Yo, Fernando de Aragón, como rey también de Cataluña, no puedo resignarme a que los condados del Rosellón y de la Cerdaña, que siempre fueron nuestros, estén en poder de Francia desde hace treinta años". Esta era una de las mayores preocupaciones del rey Fernando desde que había subido al trono, y uno de los temas preferidos de conversación con su esposa, la reina Isabel.
Fernando, preocupado por las relaciones con Europa, envió enbajadores a todos los paises que podían ser enemigos de Francia: Inglaterra, Italia, Alemania y los Paises Bajos. A todos ellos ofreció firmar una alianza contra Francia. Embajadores permanentes se instalaron en las ciudades de Roma, Venecia, Londres, Bruselas Y la corte austriaca.
De todos aquellos países, el que más interesaba a Fernando era Inglaterra, el único que quizá estaría dispuesto a atacar a Francia, pues tenía varios conflictos pendientes con ella. Fernando llamó pues, a un hombre de su confianza, Jofre de Sasiola, y le encomendó: "Irás a Inglaterra. Allí hay muchos problemas que debemos solucionar. Nuestros mercaderes necesitan nuevas licencias para comerciar, y también nosotros debemos conceder facilidades a los ingleses. Pero hay un asunto que me interesa más: tienes que hacer lo posible para que Enrique VII acceda a formalizar una alianza militar contra Francia".
Jofre de Sasiola fue a Inglaterra y lo consiguió, efectivamente, que el rey inglés se comprometiera a atacar a Francia en un plazo determinado. Los Reyes Católicos estaban contentos: Castilla había conquistado Granada en enero de 1492, y ahora recuperaría también el Rosellón y la Cerdaña para Aragón. Sin embargo, sus planes fallaron.
En octubre de 1492, los ingleses desembarcaron en Calais y atacaron Boulogne con la artillería, pero los franceses entraron en negociaciones con el rey inglés Enrique VII, y este aceptó detener la ofensiva a cambio de una indemnización. Las esperanzas de recuperar los condados se esfumaban.
Sin embargo, la solución iba a venir por otro camino. Carlos VIII, el rey francés, pensaba emprender una campaña en tierras de Italia, pero temía que Aragón se sintiera molesta, pues también poseía tierras allí. Entonces decidió ponerse a bien con Fernando. Así pues, mando llamar a Juan de Albión, que hacía las veces de mediador en aquel asunto.
La noticia fue acogida con júbilo por parte de los Reyes Católicos. Comenzó un incesante ir y venir de mensajeros, cartas, correos y diplomas. Juan de Albión hizo innumerables viajes a Castilla transmitiendo la marcha de las negociaciones, y por fin los dos monarcas, el francés y el aragonés, accedieron a firmar el tratado en los primeros días de 1493.
Carlos VIII lo firmó en Tours y los Reyes Católicos en Barcelona. "Dada la amistad que desde mediados de siglo pasado une a la Corona de Aragón con la de Francia", decía el documento, "cocertamos aquí y ahora una alianza de amistad de modo que no entraremos en tratos con ningún otro país sin consultarnos el uno al otro previamente.
Asimismo, nos, Fernando e Isabel, renunciamos a prometer en mano a nuestros hijos sin el consentimiento de Francia, ni prestaremos ayuda a ningún enemigo de ese país, que no sea el Papa. Por último yo, Carlos VIII rey de Francia, me comprometo a devolver en corto plazo los condados del Rosellón y la Cerdaña a la Corona de Aragón".
El día 2 de septiembre de 1493, Juan de Albión tomó posesión del Castellet y el Gran Castillo de Perpigñan, en nombre de los reyes Fernando e Isabel. Estos salieron de Barcelona días después y entraron en gran triunfo en Perpigñan. Durante siglo y medio, hasta el tratado de los Pirineos (1659), los condados volvieron a formar parte de Cataluña y la frontera de España y Francia volvieron a pasar al norte de los Pirineos.
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