domingo, 19 de septiembre de 2021

Atentado y muerte del presidente estadounidense James A. Garfield

 

Tal día como hoy 19 de septiembre de 1881 el vigésimo presidente de los Estados Unidos James Abram Garfield falleció a causa de las fiebres provocadas por una infección. El presidente sobrevivió a un atentado en julio de ese mismo año pero el tratamiento médico y la bala que tenía alojada en su cuerpo acabaron por agravar su estado y provocar su muerte.

Garfield había sido elegido presidente en marzo de 1881 pero su mandato no había empezado con buen pie. A la complicada situación personal a la que se enfrentaba después de que su mujer contrajera malaria había que sumar las intensas disputas con sus compañeros del Partido Republicano que parecían agrandarse cada día e incluso amenazaban con provocar una ruptura en el partido y en el propio gobierno.

En la mañana del 2 de julio, el presidente llegó a la estación de tren de Baltimore y Potomac en su camino hacia unas merecidas vacaciones en Nueva Inglaterra. Sobre las 9:20, un hombre llamado Charles Guiteau se acercó a Garfield y abrió fuego contra él, causándole una herida superficial en el brazo derecho y metiéndole una bala en la parte inferior de su espalda.

Guiteau tenía una obsesión con el presidente después de que este se negara a colocarlo en un cargo público a cambio de un discurso que le escribió para la campaña electoral de 1880. Según él mismo reconoció, estaba convencido de que Dios le había encomendado matar al presidente para salvar al Partido Republicano y los Estados Unidos.

Guiteau compró una pistola con un exquisito mango de ébano grabado - porque creía que quedaría bien en un museo algún día - y llevaba un mensaje encima en el que se leía “La trágica muerte del presidente fue una triste necesidad, pero unirá al Partido Republicano y salvará la República. La vida es un sueño fugaz y poco importa cuando uno se ha ido”.

Garfield consiguió sobrevivir a la herida y fue atendido por hasta diez médicos en la propia estación, ya que no querían trasladarlo hasta haber sacado la bala de la espalda. La urgencia del momento les llevó a utilizar instrumental quirúrgico sin esterilizar e incluso sus propias manos, facilitando la entrada de gérmenes y la infección de la herida.

El presidente fue trasladado a su dormitorio de la Casa Blanca bajo vigilancia constante ya que los siguientes días iban a ser claves para su supervivencia. Aunque logró sobreponerse a las horas críticas, la bala de la espalda seguía en su cuerpo y ni siquiera Alexander Graham Bell y su detector de metales fueron capaces de hallarla.

El médico personal del presidente, William Bliss, le administró como tratamiento grandes cantidades de quinina, morfina y alcohol que empeoraron su estado de salud.

El 19 de septiembre, la infección se había extendido y le causaba fiebres muy altas y dolores. El presidente James Abram Garfield falleció tras solo 200 días de mandato.

 

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