Tal día como hoy 2 de julio de 1502, un huracán, que ha sido previsto con anterioridad por el Almirante Cristóbal Colón, destruye la ciudad de Santo Domingo -actual República Dominicana-, primera que los españoles han levantado en América.
En esta tragedia también se hunden 25 de los 30 navíos con destino a la Península, llenos de riquezas, que han zarpado 2 días antes de Santo Domingo y en los que viajan de vuelta a Castilla el exgobernador Francisco de Bobadilla y el alcalde mayor de La Isabela, Francisco Roldán, que perecen en este naufragio.
Santo Domingo, queda arrasada por el huracán que destruye las cabañas de madera y ramas y las pocas construcciones de piedra que existen. Los españoles, que jamás han visto una tormenta tan poderosa, se quedan horrorizados y el nuevo gobernador Nicolás de Ovando la manda reconstruir en otro sitio cercano.
El año 1502, un huracán destruía Nueva Isabela, la primera capital americana fundada por los europeos. Nueva Isabela, que después del golpe de estado urdido contra los Colón en 1500, fue renombrada como Santo Domingo, había sido fundada el 5 de agosto de 1496, para concentrar todos los edificios de gobierno de la colonia La Española - actualmente la isla formada por la República Dominicana y por Haití- .
Nueva Isabela había sido fundada por Bartolomé Colón —siguiendo órdenes de su hermano Cristóbal—, y su primer alcalde había sido el armador y mercader tarraconense Miquel de Ballester i Taranau.
Cuando se produjo aquella catástrofe, el partido colombino ya había sido apartado del poder, y los usurpadores que los habían relevado ya habían sido destituidos. Los Colón habían sido detenidos, engrillados y deportados a Castilla, el Senado de la colonia había sido disuelto, y el alcalde Ballester había sido destituido el año1500.
En cambio, los usurpadores Francisco Fernández de la Bobadilla - juez enviado por los Reyes Católicos que había perpetrado aquel golpe de estado- y Francisco Roldán Jiménez- brazo ejecutor del golpe de estado- a causa de aquel huracán desaparecerían nueve días después en un naufragio en alta mar.
Aquel huracán provocó la destrucción de la práctica totalidad de la ciudad. A partir del hecho, Nicolás de Ovando —el nuevo gobernador después de la destitución y arresto de Bobadilla y Roldán, — ordenaría reconstruir la ciudad al otro lado del río Ozama.
Se da la curiosa circunstancia de que tres días antes que el huracán devastara Nueva Isabela, los Colón, que habían sido excarcelados después de renunciar a las Capitulaciones de Santa Fe, se presentaban ante el puerto de la ciudad para advertir de la llegada de aquel fenómeno meteorológico.
Nicolás de Ovando se negó a autorizar el desembarque, y tres días más tarde, centenares de personas morían a causa del huracán.
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