viernes, 15 de julio de 2022

Nabucodonosor II de Babilonia, conquista la ciudad de Jerusalén

 

Tal día como hoy 15 de julio del año 586 a.C.,tras más de un año de asedio, Nabucodonosor II de Babilonia entra por tercera vez en la ciudad de Jerusalén, bajo reinado de Sedecías, al que él mismo ha colocado en el trono.

Sedecías resulta capturado y por su traición de haberse aliado con Egipto y Tiro, sus hijos son ejecutados en su presencia, cegándole a continuación y enviándole prisionero a Babilonia. El Templo de Jerusalén y el Palacio Real son incendiados y Judá queda de este modo anexionada a la provincia babilónica de Samaria.

El asedio de Jerusalén tuvo lugar en el 586 antes de Cristo, como etapa final de los diez años de guerra entre el Imperio babilónico y el reino de Judá. En este evento fue sitiada, y finalmente conquistada, la ciudad de Jerusalén capital del reino judaíta, por tropas al mando del rey Nabucodonosor II durante el verano de 586 a.C.

Una vez tomada Jerusalén, fue destruida y con ella su templo, construido según la tradición por el rey Salomón, que era considerado el centro religioso del yavismo. Este hecho se convirtió en un acontecimiento fundamental para el desarrollo posterior del judaísmo, conmemorado anualmente desde el siglo V a. C. por los cuatro ayunos, mencionados en el libro de Zacarías. y para el cristianismo posterior. Toda la historia de Israel, tal como aparece en los libros de la Biblia, está marcada por el asedio y caída de Jerusalén a manos de los caldeos, nombre usado para designar al pueblo de Babilonia.

El desarrollo del sitio aparece relatado en el Segundo Libro de los Reyes, el libro de Jeremías, el de Ezequiel y el de las Lamentaciones. Las crónicas babilónicas, en escritura cuneiforme, mencionan el hecho, como también algunos escritos administrativos. El historiador judío del siglo I, Flavio Josefo, relata el asedio basándose en la Biblia y la obra, perdida, del sacerdote caldeo Beroso, quien escribió en griego en el siglo III a. C. Numerosas cartas halladas en la ciudad judaíta de Laquís, permiten contextualizar el período previo a la caída del reino.

Después del asedio de 597 a. C, el rey babilónico Nabucodonosor confirmó a Sedecías como rey tributario de Juda, a la edad de veintiún años. Al poco tiempo, Sedecías se rebeló y selló una alianza con el faraón egipcio Jofrá. Nabucodonosor respondió con la invasión de Judá y el asedio de Jerusalén en diciembre 589 a. C.

Durante este sitio, cuya duración varió entre los 18 o 30 meses, el ejército de Nabucodonosor abrió una brecha en las murallas de Jerusalén, conquistando así la ciudad. Sedecías y sus seguidores intentaron huir pero fueron capturados en las llanuras de Jericó y llevados a Ribla. Allí, después de ver como ejecutaban a sus hijos, Sedequias fue cegado y llevado como prisionero a Babilonia, donde permaneció hasta su muerte.

Después de la caída de Jerusalén, el general babilónico Nebuzaradán, hizo arrasar la ciudad, después de saquearla y destruir el templo de Salomón. La mayor parte de la élite de la ciudad fue deportada a Babilonia, pero varios pobladores, sobre todo aquellos que habían sido leales al imperio Babilónico, como Jeremías, permanecieron en el país.

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