domingo, 17 de julio de 2022

El presunto fraude de las vacunas de la Gripe A

Tal día como hoy 17 de julio de 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anuncia que la "Gripe A", avanza con tal rapidez que dejará de emitir cifras detalladas de afectados. En el documento emitido informan que "la nueva gripe se ha extendido en seis semanas con la misma fuerza y rapidez que la gripe común en seis meses". Al final habrán generado una alarma sanitaria mundial innecesaria que habrá hecho ricos a los fabricantes de vacunas, quienes a su vez pagaron a los consejeros expertos en gripe A de la OMS.

Fue el 17 de junio de 2009 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una pandemia de gripe a nivel global, no sin antes cambiar sutilmente la definición de "pandemia", una cuestión decisiva para la compra acelerada de fármacos y sobre todo vacunas por parte de los gobiernos. Aquel anuncio de pandemia global, desató unas ventas astronómicas de vacunas y retrovirales y las compañías farmacéuticas vendieron en esta época 7.000 millones de dólares sólo en vacunas.

Parece que muchos países tienen un arsenal de vacunas y retrovirales adquiridos por aquel entonces con los que no se sabe ahora qué hacer. Aunque podríamos pensar que todo simplemente fue exceso de precaución por parte de la OMS, desde el principio hubo quienes acusaron a la misma de una fuerte influencia de la industria farmacéutica. La OMS se deshizo de esas acusaciones hablando de "teorías conspiratorias". Pero a veces las teorías coinciden con los hechos.

Una investigación ha descubierto evidencias que plantean preguntas problemáticas sobre cómo la OMS manejó los conflictos de interés entre los científicos que recomendaron el plan de pandemia, y sobre la transparencia de la ciencia subyacente al consejo que se dio a los gobiernos.

La actuación de la OMS en este asunto fue igualmente objeto de dura crítica por parte de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que a su juicio supuso "un gasto de enormes sumas de dinero público, y unos miedos injustificados sobre los riesgos de salud para la ciudadanía europea".

Uno de tantos asuntos controvertidos en todo esto fue que los gobiernos aceptaron contratos draconianos que eximían de cualquier responsabilidad a las farmacéuticas, la cual recaería enteramente en los gobiernos. Polonia fue de los pocos países que rechazó claramente la compra de vacunas y la aceptación de esas condiciones, e incluso su primer ministro acusó a las propias farmacéuticas de malas prácticas.

En 2009, muchos científicos y médicos consideraron que los efectos secundarios sobrepasarían los del propio virus. Incluso el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades en EEUU admitía la posibilidad de desarrollar el síndrome de Guillain-Barré con esta vacuna. Un artículo publicado en agosto de 2009 en el prestigioso British Journal of Medicine hablaba de la importante oposición por parte de médicos a esta vacuna, asegurando que "más de la mitad de médicos y enfermeras de hospitales públicos británicos rechazarían la vacuna de la gripe H1N1 por preocupaciones sobre sus efectos secundarios y dudas sobre su eficacia".

Lo más aterrador, más allá de oscuros intereses económicos, es una posibilidad que no pocos plantearon: bien que el propio virus bien que las vacunas, eran parte de un experimento masivo en la población para futuros avances en armas biológicas.

Un año después, y tras haberse declarado acabada la pandemia en agosto de 2010 por la OMS, siguen tantas o más preguntas en el aire. ¿Cómo, debemos interpretar que la directora del Centro de Control y Prevención de Enfermedades en EEUU Julie Gerberding, responsable de determinar qué vacunas o tratamientos se usan ante epidemias en este país, fuera nombrada en enero de 2010 presidente de la Sección de Vacunas del gigante farmacéutico Merck?

 

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