viernes, 27 de septiembre de 2024

El Guardián Real del ano del Faraón, un médico que hacía el trabajo sucio

Tal día como hoy, 28 de septiembre de 1517 a.C., en el  Papiro Ebers, datado en el octavo año de reinado del faraón  Amenhotep I consta las funciones de los médicos del Faraón, como la del Guardián Real del Ano del Faraón.

No resulta extraño que en el antiguo Egipto, donde la medicina era considerada una profesión sagrada, existieran un gran número de especialidades. El faraón, cuya salud era un asunto vital para la supervivencia del reino, premiaba a sus médicos con el título altisonante de Guardián Real, de la parte del cuerpo correspondiente. Y entre estos, el cargo más curioso es seguramente, el de Guardián Real del Ano del Faraón -neru pehut en egipcio antiguo-, su especialista en salud rectal e intestinal.

Las complicaciones provocadas por la comida y la bebida, eran bastante frecuentes: problemas digestivos, gases, hemorroides… El Guardián del Ano era el responsable de ocuparse de ellas, aunque sin los conocimientos actuales de microbiología, los procedimientos estaban limitados, a efectuar una limpieza de los intestinos e introducir sustancias purgantes.

Existen diversas fuentes que hablan de estos tratamientos, la más antigua de las cuales es en el año 1517 a.C.,  que es considerado la fuente primaria más completa, sobre la medicina del Antiguo Egipto.

Un documento algo posterior, llamado papiro de Chester Beatty y datado aproximadamente en el año 1200 a.C., describe en detalle las funciones del Guardián del Ano.

Sus trabajos más habituales eran las limpiezas de la zona rectal, introduciendo agua que se soplaba a través de una caña de oro, y el tratamiento de hemorroides. Otra tarea, menos agradable aún, era la de introducir líquidos purgantes para estimular los intestinos del faraón y facilitar la evacuación, cuando este sufría una indigestión, empacho o padecía de estreñimiento.

Pero no se vaya a pensar, que en una sociedad tan profundamente religiosa como la egipcia, este ritual iba a tener motivaciones únicamente científicas. Parece ser que los sacerdotes crearon este puesto de trabajo, inspirándose en el dios Osiris, que comenzó a hacerlo al ver a un ibis, insuflarse agua por el culo en el río Nilo.

En cualquier caso, con religión o sin ella, ahí estaba el cargo. Y aunque pueda sorprender que existiera un médico especializado en eso, hay que hacer justicia y decir que además trataba las hemorroides y demás cuestiones relacionadas con las posaderas reales. 

No obstante, otra cosa no, pero si algo tenían adelantado los egipcios era la medicina, pues tenían especialistas en prácticamente todo: oftalmología, odontología e incluso especialistas en una enfermedad concreta.

Y en este sentido, hay que destacar que según algunas fuentes, algunos de estos guardianes del ano eran también oculistas, porque también el humor era algo que cultivaban bien los egipcios

Pese a su carácter y condición divina, debía ser una profesión bastante desagradable 


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