Relación efemérides históricas; cuentos, reflexiones, poesias...
jueves, 31 de diciembre de 2015
Miguel de Unamuno, un personaje controvertido.
Tal día como hoy 31 de diciembre de 1936 muere el filosofo y escritor Miguel de Unamuno.
Unamuno pertenecía a la llamada “generación del 98” y era natural de Bilbao, donde durante su infancia asistió al asedio de su ciudad durante la Tercera Guerra Carlista, y esta experiencia marcó su paso de la infancia a la adolescencia.
En 1880 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras y con diecinueve años, finaliza los estudios, doctorándose al año siguiente, con una tesis sobre la lengua vasca, en la que criticaba el origen y prehistoria de la raza vasca, con idea contraria a la que iba gestando el nacionalismo vasco, recién fundado por los hermanos Sabino y Luis Arana Goiri, que propugnaban una raza vasca “no contaminada por otras razas”.
Polemizó con Sabino Arana, que le consideraba como un vasco “españolista”, debido a que Unamuno pensaba que el vasco estaba próximo a desaparecer y que el bilingüismo no era posible; “El vascuence y el castellano son incompatibles, y si caben individuos no caben pueblos bilingües”
En 1900, con 36 años, fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca, cargo que ostentó tres veces en su vida y al iniciarse la guerra civil, apoyó a los rebeldes haciendo un llamamiento a los intelectuales europeos para que lo hicieran, llamándoles “defensores de la civilización occidental”, lo cual provoca su destitución por la República y su reposición en el cargo por Franco.
Sin embargo, ante la dura represión de los rebeldes en Salamanca, su entusiasmo pronto se volvió desengaño, pues a finales de julio, sus amigos izquierdistas habían sido asesinados y aunque a primeros de octubre, visitó a Franco para suplicar inútilmente clemencia para otros amigos presos, todo fue inútil.
Unamuno se arrepintió públicamente de su apoyo a la sublevación y cuando el 12 de octubre de 1936, durante el acto de apertura del curso académico, se lanzó un furibundo ataque contra Cataluña y el País Vasco, calificándolos de “anti-España” y “cánceres de la nación”, Unamuno, indignado, recordó que el obispo era catalán de Barcelona, y que él nació en Bilbao y enseñaba la lengua española, que ellos no sabían.
El general Millán-Astray - fundador de la Legión y presente en el acto - al parecer entonces gritó: “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!”, mientras el escritor José María Pemán, intentando calmar los ánimos aclaró: “¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!”.
Unamuno, sin amedrentarse, continuó hablando: “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho”.
El público arreció en insultos contra Unamuno y algunos oficiales empuñaron sus pistolas, pero Carmen Polo de Franco, le cogió del brazo y lo acompañó hasta su domicilio y ese mismo día la corporación municipal, en reunión secreta, lo expulsó y el 22 de octubre fue destituido por Franco.
Los últimos días de vida estuvo en arresto domiciliario, en un estado, de resignada desolación y soledad, muriendo repentinamente, el 31 de diciembre de 1936, durante una visita que le hizo el falangista Bartolomé Aragón, antiguo alumno, amigo y profesor auxiliar de la Facultad de Derecho.
A pesar de su virtual reclusión, en su funeral fue exaltado como un héroe falangista, lo que nos indica una vez más, que en la vida vale todo y que todo es mentira...
Unamuno pertenecía a la llamada “generación del 98” y era natural de Bilbao, donde durante su infancia asistió al asedio de su ciudad durante la Tercera Guerra Carlista, y esta experiencia marcó su paso de la infancia a la adolescencia.
En 1880 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras y con diecinueve años, finaliza los estudios, doctorándose al año siguiente, con una tesis sobre la lengua vasca, en la que criticaba el origen y prehistoria de la raza vasca, con idea contraria a la que iba gestando el nacionalismo vasco, recién fundado por los hermanos Sabino y Luis Arana Goiri, que propugnaban una raza vasca “no contaminada por otras razas”.
Polemizó con Sabino Arana, que le consideraba como un vasco “españolista”, debido a que Unamuno pensaba que el vasco estaba próximo a desaparecer y que el bilingüismo no era posible; “El vascuence y el castellano son incompatibles, y si caben individuos no caben pueblos bilingües”
En 1900, con 36 años, fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca, cargo que ostentó tres veces en su vida y al iniciarse la guerra civil, apoyó a los rebeldes haciendo un llamamiento a los intelectuales europeos para que lo hicieran, llamándoles “defensores de la civilización occidental”, lo cual provoca su destitución por la República y su reposición en el cargo por Franco.
Sin embargo, ante la dura represión de los rebeldes en Salamanca, su entusiasmo pronto se volvió desengaño, pues a finales de julio, sus amigos izquierdistas habían sido asesinados y aunque a primeros de octubre, visitó a Franco para suplicar inútilmente clemencia para otros amigos presos, todo fue inútil.
Unamuno se arrepintió públicamente de su apoyo a la sublevación y cuando el 12 de octubre de 1936, durante el acto de apertura del curso académico, se lanzó un furibundo ataque contra Cataluña y el País Vasco, calificándolos de “anti-España” y “cánceres de la nación”, Unamuno, indignado, recordó que el obispo era catalán de Barcelona, y que él nació en Bilbao y enseñaba la lengua española, que ellos no sabían.
El general Millán-Astray - fundador de la Legión y presente en el acto - al parecer entonces gritó: “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!”, mientras el escritor José María Pemán, intentando calmar los ánimos aclaró: “¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!”.
Unamuno, sin amedrentarse, continuó hablando: “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho”.
El público arreció en insultos contra Unamuno y algunos oficiales empuñaron sus pistolas, pero Carmen Polo de Franco, le cogió del brazo y lo acompañó hasta su domicilio y ese mismo día la corporación municipal, en reunión secreta, lo expulsó y el 22 de octubre fue destituido por Franco.
Los últimos días de vida estuvo en arresto domiciliario, en un estado, de resignada desolación y soledad, muriendo repentinamente, el 31 de diciembre de 1936, durante una visita que le hizo el falangista Bartolomé Aragón, antiguo alumno, amigo y profesor auxiliar de la Facultad de Derecho.
A pesar de su virtual reclusión, en su funeral fue exaltado como un héroe falangista, lo que nos indica una vez más, que en la vida vale todo y que todo es mentira...
miércoles, 30 de diciembre de 2015
María Cristina de Habsburgo, mujer y reina ejemplar.
Tal día como hoy 30 de diciembre de 1885, María Cristina de Habsburgo, viuda de Alfonso XII, jura la Constitución como regente, en el Congreso de los Diputados.
María Cristina, conocida popularmente como “Doña Virtudes”, fue una mujer prudente y muy respetuosa con el orden constitucional, del que tenia una visión tan democrática, que incluso le llevó a ceder poderes a favor de las Cortes.
Fue la segunda esposa del rey Alfonso XII y regente de España, en nombre de su hijo menor de edad Alfonso XIII, siendo su mandato como Regente tan excepcional respecto a su actitud política, que sus enemigos sólo pudieron atribuirle el calificativo de “Doña Virtudes”, con el que finalmente se quedó.
María Cristina se casó con Alfonso XII, en noviembre de 1879, no congeniando a causa de su carácter tímido y tranquilo, soportando los primeros años las continuas infidelidades del rey, que desde la muerte de su anterior esposa, se había entregado a un frenesí sexual con toda clase de mujeres y solo cuando la situación fue insoportable, la reina le recriminó su conducta, aunque en sus últimos años de convivencia, parece que tuvieron mayor acercamiento.
Cuando falleció el rey en 1885, estaba embarazada del futuro Alfonso XIII, quien se convirtió en la gran esperanza para los monárquicos, mientras ella, inexperta en política, se dejó asesorar por el jefe del partido liberal, Práxedes Mateo Sagasta, con quien acabaría trabando una gran amistad.
María Cristina, en los diecisiete años que duró su regencia, observó de forma impecable sus obligaciones constitucionales y en noviembre de 1885, la víspera de la muerte del rey, Sagasta, por el partido liberal, y Cánovas del Castillo por el conservador, firmaron el llamado “Pacto de El Pardo”, para apoyar la regencia y garantizar así la continuidad de la monarquía.
En este pacto, se estableció el “turno pacífico en el poder”, entre liberales y conservadores, consolidando de esta manera la Restauración hasta principios del siglo XX, teniendo durante este tiempo la regente, un papel meramente representativo, sin tomar nunca parte en los enfrentamientos entre partidos y respetando escrupulosamente el turno acordado para formar gobierno, aunque se sintió más cercana a las posiciones liberales de Sagasta, que a las conservadoras de Cánovas.
La Regencia de María Cristina fue un período muy significativo de la historia de España, pues se produjo el desarrollo de las políticas liberales, aunque también aparecieron grandes problemas, tanto en el panorama nacional como en el Internacional.
En el terreno internacional, la guerra colonial y luego con EE UU, provocando la derrota militar y diplomática, con la pérdida de las ultimas colonias y en el plano interior, España conoció el nacimiento de regionalismos y nacionalismos periféricos, el fortalecimiento de un movimiento obrero, socialista y anarquista, y el comienzo de la descomposición de los dos grandes partidos, todo lo cual sumió al país en una grave crisis.
En 1902 Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad, siendo proclamado rey y desde entonces María Cristina, se retiró discretamente, dedicada a obras de beneficencia y utilizando desde entonces el título de “Reina Madre”.
El 5 de febrero de 1929, cuando se hallaba en sus aposentos, experimentó un dolor en el pecho, muriendo en pocos instante - con la misma discreción que había vivido- solo atendida por su doncella personal.
¡Que diferencia de otra reina regente, también llamada María Cristina y esposa del felón Fernando VII, que fue ejemplo de corrupción y mal gobierno !
Por lo que se ve, la felonía es contagiosa...
María Cristina, conocida popularmente como “Doña Virtudes”, fue una mujer prudente y muy respetuosa con el orden constitucional, del que tenia una visión tan democrática, que incluso le llevó a ceder poderes a favor de las Cortes.
Fue la segunda esposa del rey Alfonso XII y regente de España, en nombre de su hijo menor de edad Alfonso XIII, siendo su mandato como Regente tan excepcional respecto a su actitud política, que sus enemigos sólo pudieron atribuirle el calificativo de “Doña Virtudes”, con el que finalmente se quedó.
María Cristina se casó con Alfonso XII, en noviembre de 1879, no congeniando a causa de su carácter tímido y tranquilo, soportando los primeros años las continuas infidelidades del rey, que desde la muerte de su anterior esposa, se había entregado a un frenesí sexual con toda clase de mujeres y solo cuando la situación fue insoportable, la reina le recriminó su conducta, aunque en sus últimos años de convivencia, parece que tuvieron mayor acercamiento.
Cuando falleció el rey en 1885, estaba embarazada del futuro Alfonso XIII, quien se convirtió en la gran esperanza para los monárquicos, mientras ella, inexperta en política, se dejó asesorar por el jefe del partido liberal, Práxedes Mateo Sagasta, con quien acabaría trabando una gran amistad.
María Cristina, en los diecisiete años que duró su regencia, observó de forma impecable sus obligaciones constitucionales y en noviembre de 1885, la víspera de la muerte del rey, Sagasta, por el partido liberal, y Cánovas del Castillo por el conservador, firmaron el llamado “Pacto de El Pardo”, para apoyar la regencia y garantizar así la continuidad de la monarquía.
En este pacto, se estableció el “turno pacífico en el poder”, entre liberales y conservadores, consolidando de esta manera la Restauración hasta principios del siglo XX, teniendo durante este tiempo la regente, un papel meramente representativo, sin tomar nunca parte en los enfrentamientos entre partidos y respetando escrupulosamente el turno acordado para formar gobierno, aunque se sintió más cercana a las posiciones liberales de Sagasta, que a las conservadoras de Cánovas.
La Regencia de María Cristina fue un período muy significativo de la historia de España, pues se produjo el desarrollo de las políticas liberales, aunque también aparecieron grandes problemas, tanto en el panorama nacional como en el Internacional.
En el terreno internacional, la guerra colonial y luego con EE UU, provocando la derrota militar y diplomática, con la pérdida de las ultimas colonias y en el plano interior, España conoció el nacimiento de regionalismos y nacionalismos periféricos, el fortalecimiento de un movimiento obrero, socialista y anarquista, y el comienzo de la descomposición de los dos grandes partidos, todo lo cual sumió al país en una grave crisis.
En 1902 Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad, siendo proclamado rey y desde entonces María Cristina, se retiró discretamente, dedicada a obras de beneficencia y utilizando desde entonces el título de “Reina Madre”.
El 5 de febrero de 1929, cuando se hallaba en sus aposentos, experimentó un dolor en el pecho, muriendo en pocos instante - con la misma discreción que había vivido- solo atendida por su doncella personal.
¡Que diferencia de otra reina regente, también llamada María Cristina y esposa del felón Fernando VII, que fue ejemplo de corrupción y mal gobierno !
Por lo que se ve, la felonía es contagiosa...
martes, 29 de diciembre de 2015
La complicada vida amorosa de Lope de Vega.
Tal día como hoy 29 de diciembre de 1587, acusado de difamación, Lope de Vega es detenido en el corral de comedias de la Cruz, de Madrid y encarcelado.
Félix Lope de Vega - llamado “Fénix de los ingenios y Monstruo de la Naturaleza”, por Miguel de Cervantes - procedía de familia humilde y cursó estudios universitarios en Alcalá, pero no consiguió el grado de bachiller, teniendo una vida sentimental sumamente agitada y llena de lances amorosos.
El motivo de esta denuncia y su detención, fue debido a unos libelos difamatorios contra la comedianta Elena Osorio - Filis en sus escritos - y su familia, por un desengaño amoroso con ella, causa por la cual, Lope de Vega acabó siendo desterrado de la corte, aunque este caso no seria el único ya que en 1596, después de ser indultado del destierro, fue procesado nuevamente por amancebamiento con Antonia de Trillo.
Lope se casó dos veces, la primera con Isabel de Urbina – la Belisa de sus versos - tras haberla raptado, y luego con Juana de Guardo en 1598, sin que ello fuese óbice para mantener una vida amorosa muy intensa al margen de sus matrimonios, ya que tuvo relaciones con numerosas mujeres, incluso después de haber sido ordenado sacerdote.
En el caso de Helena Osorio, su familia tras conocer los libelos escritos por él, presentó una querella ante el “alcalde de Casa y Corte” y la tarde del 29 de diciembre, Lope fue detenido mientras asistía a una representación teatral en el Corral de la Cruz, y conducido a la cárcel de la Corte en la calle de Atocha de Madrid, acusado de difamación.
En el juicio, fue acusado por dos testigos, de ser autor de los injuriosos libelos, ante lo que Lope alegando que era menor de edad, solicitó que se le nombrase un curador, aunque en realidad, ya sobrepasaba unos meses la mayoría de edad, fijada entonces en los 25 años.
En su declaración, negó la acusación y aunque afirmó conocer los libelos, dijo que no eran suyos, ya que “tiene a Elena Osorio por mujer muy honrada”, explicando que se dedicaba a escribir comedias y que, el real motivo de la denuncia, se debía a un tema comercial, ya que había dejado de darles sus obras a los denunciantes para que estos las vendiesen.
Sin embargo, pese a la oratoria desplegada, sus argumentos no convencieron el tribunal y en enero de 1588 fue condenado a “cuatro años de destierro a cinco leguas de la Corte, y a dos del reino de Castilla”, pero desde la cárcel Lope siguió injuriando a Elena y su familia, por lo que tras una nueva querella, se dictó la sentencia definitiva, en la que se aumenta el castigo de destierro a ocho años.
Confirman la sentencia de vista en grado de revista, con que los cuatro año de destierro desta Corte y cinco leguas sean ocho...y no los quebrante, so pena de muerte los del reino, y los demás, de servirlos en galeras al remo y sin sueldo, con costas.
Así, con semanas de cárcel y condena de destierro, terminan los apasionados amores de Lope con Elena Osorio, su gran pasión de juventud, de la que dicen sus cronistas; “No es probable que aquel fuese el primer amor de Lope, pero es seguro que aquella pasión fue intensa y vehemente”.
Fue, sin duda, su primera borrasca amorosa, pero no sería, ni mucho menos, la última, pues entre sus amantes se pueden citar a Marina de Aragón, Micaela Luján -Camila Lucinda-, con la que tuvo dos hijos, Marcela y Lope Félix, - Amarilis - y Marta de Nevares - Marcia Leonarda- además de las ya antes citadas.
Nada lograba frenar las pasiones amatorias, de este genio de la literatura y también de otras cosas.
Félix Lope de Vega - llamado “Fénix de los ingenios y Monstruo de la Naturaleza”, por Miguel de Cervantes - procedía de familia humilde y cursó estudios universitarios en Alcalá, pero no consiguió el grado de bachiller, teniendo una vida sentimental sumamente agitada y llena de lances amorosos.
El motivo de esta denuncia y su detención, fue debido a unos libelos difamatorios contra la comedianta Elena Osorio - Filis en sus escritos - y su familia, por un desengaño amoroso con ella, causa por la cual, Lope de Vega acabó siendo desterrado de la corte, aunque este caso no seria el único ya que en 1596, después de ser indultado del destierro, fue procesado nuevamente por amancebamiento con Antonia de Trillo.
Lope se casó dos veces, la primera con Isabel de Urbina – la Belisa de sus versos - tras haberla raptado, y luego con Juana de Guardo en 1598, sin que ello fuese óbice para mantener una vida amorosa muy intensa al margen de sus matrimonios, ya que tuvo relaciones con numerosas mujeres, incluso después de haber sido ordenado sacerdote.
En el caso de Helena Osorio, su familia tras conocer los libelos escritos por él, presentó una querella ante el “alcalde de Casa y Corte” y la tarde del 29 de diciembre, Lope fue detenido mientras asistía a una representación teatral en el Corral de la Cruz, y conducido a la cárcel de la Corte en la calle de Atocha de Madrid, acusado de difamación.
En el juicio, fue acusado por dos testigos, de ser autor de los injuriosos libelos, ante lo que Lope alegando que era menor de edad, solicitó que se le nombrase un curador, aunque en realidad, ya sobrepasaba unos meses la mayoría de edad, fijada entonces en los 25 años.
En su declaración, negó la acusación y aunque afirmó conocer los libelos, dijo que no eran suyos, ya que “tiene a Elena Osorio por mujer muy honrada”, explicando que se dedicaba a escribir comedias y que, el real motivo de la denuncia, se debía a un tema comercial, ya que había dejado de darles sus obras a los denunciantes para que estos las vendiesen.
Sin embargo, pese a la oratoria desplegada, sus argumentos no convencieron el tribunal y en enero de 1588 fue condenado a “cuatro años de destierro a cinco leguas de la Corte, y a dos del reino de Castilla”, pero desde la cárcel Lope siguió injuriando a Elena y su familia, por lo que tras una nueva querella, se dictó la sentencia definitiva, en la que se aumenta el castigo de destierro a ocho años.
Confirman la sentencia de vista en grado de revista, con que los cuatro año de destierro desta Corte y cinco leguas sean ocho...y no los quebrante, so pena de muerte los del reino, y los demás, de servirlos en galeras al remo y sin sueldo, con costas.
Así, con semanas de cárcel y condena de destierro, terminan los apasionados amores de Lope con Elena Osorio, su gran pasión de juventud, de la que dicen sus cronistas; “No es probable que aquel fuese el primer amor de Lope, pero es seguro que aquella pasión fue intensa y vehemente”.
Fue, sin duda, su primera borrasca amorosa, pero no sería, ni mucho menos, la última, pues entre sus amantes se pueden citar a Marina de Aragón, Micaela Luján -Camila Lucinda-, con la que tuvo dos hijos, Marcela y Lope Félix, - Amarilis - y Marta de Nevares - Marcia Leonarda- además de las ya antes citadas.
Nada lograba frenar las pasiones amatorias, de este genio de la literatura y también de otras cosas.
lunes, 28 de diciembre de 2015
La boda de María Cristina de Borbón con un Guardia de Corps
Tal día como hoy 28 de diciembre de 1833, la reina regente María Cristina de Borbón contrae matrimonio secreto con el guardia de corps Fernando Muñoz.
María Cristina, fue Reina de España por matrimonio con el rey Fernando VII – el rey felón – y ejerció la regencia durante parte de la minoría de edad de su hija, la futura reina Isabel II.
Fernando VII, la había nombrado en su testamento Gobernadora del Reino, cargo en el que sería confirmada por las Cortes en 1836 y el 28 de diciembre del mismo año en que quedó viuda - 1833 - contrajo matrimonio morganático y secreto, con un un miembro de su guardia de corps, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, relación que nunca fue bien vista, ni por la sociedad, ni por su familia.
Tras varios intentos políticos fallidos, de conciliar a liberales y moderados, se vio obligada a ceder la regencia al general Espartero y exiliarse con su marido, en octubre de 1840.
Siendo ya reina Isabel II, volvió a Madrid donde intentó controlar la política de su hija y además junto a su marido, inició múltiples negocios hasta el punto que se decía que “no había proyecto en España en el que la Reina madre no tuviera intereses”.
Como consecuencia, María Cristina se ganó más aún la antipatía del pueblo y en 1854 fue expulsada de España y le fue retirada la pensión vitalicia que le habían concedido las Cortes.
El marido, Agustín Fernando Muñoz, era militar de bajo rango – sargento – en la guardia de palacio, lo cual no fue impedimento para tras el “braguetazo”, ser nombrado: Grande de España; Duque de Riánsares; Marqués de San Agustín; duque de Montmorot; Teniente General; Senador vitalicio, además de recibir el Toisón de Oro y la Legión de Honor francesas y títulos de nobleza para toda su familia.
Junto a María Cristina, crearon empresas con las que consiguieron una gran fortuna, así como múltiples negocios más - muchos de ellos ilegales - como el tráfico de esclavos con Cuba, entonces prohibido, por los que finalmente hubieron de exiliarse de nuevo.
¡Sin duda esta boda fue una buena inocentada para los españoles...!. Este país, desde antiguo, no ha tenido nunca remedio, ni arreglo...
María Cristina, fue Reina de España por matrimonio con el rey Fernando VII – el rey felón – y ejerció la regencia durante parte de la minoría de edad de su hija, la futura reina Isabel II.
Fernando VII, la había nombrado en su testamento Gobernadora del Reino, cargo en el que sería confirmada por las Cortes en 1836 y el 28 de diciembre del mismo año en que quedó viuda - 1833 - contrajo matrimonio morganático y secreto, con un un miembro de su guardia de corps, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez, relación que nunca fue bien vista, ni por la sociedad, ni por su familia.
Tras varios intentos políticos fallidos, de conciliar a liberales y moderados, se vio obligada a ceder la regencia al general Espartero y exiliarse con su marido, en octubre de 1840.
Siendo ya reina Isabel II, volvió a Madrid donde intentó controlar la política de su hija y además junto a su marido, inició múltiples negocios hasta el punto que se decía que “no había proyecto en España en el que la Reina madre no tuviera intereses”.
Como consecuencia, María Cristina se ganó más aún la antipatía del pueblo y en 1854 fue expulsada de España y le fue retirada la pensión vitalicia que le habían concedido las Cortes.
El marido, Agustín Fernando Muñoz, era militar de bajo rango – sargento – en la guardia de palacio, lo cual no fue impedimento para tras el “braguetazo”, ser nombrado: Grande de España; Duque de Riánsares; Marqués de San Agustín; duque de Montmorot; Teniente General; Senador vitalicio, además de recibir el Toisón de Oro y la Legión de Honor francesas y títulos de nobleza para toda su familia.
Junto a María Cristina, crearon empresas con las que consiguieron una gran fortuna, así como múltiples negocios más - muchos de ellos ilegales - como el tráfico de esclavos con Cuba, entonces prohibido, por los que finalmente hubieron de exiliarse de nuevo.
¡Sin duda esta boda fue una buena inocentada para los españoles...!. Este país, desde antiguo, no ha tenido nunca remedio, ni arreglo...
domingo, 27 de diciembre de 2015
El asesinato del general Prim
La versión oficial, decía que el fallecimiento tuvo lugar por una septicemia, pero una nueva investigación plantea la posibilidad de un asesinato por estrangulación a lazo u otras causas.
El día 27 de diciembre, Prim acudió al Congreso para concluir algunos asuntos, antes de la llegada del nuevo rey Amadeo I de Saboya tres días después, mientras en Madrid caía una fuerte nevada, por lo que las calles estaban casi desiertas, siendo en la solitaria calle del Turco, donde se desarrolló el atentado.
Sobre las siete de la tarde, Prim salió del edificio del Congreso, para recorrer en su berlina un trayecto corto y sencillo de unos 700 metros, subiendo con el al carruaje el ministro de Gobernación, que bajó enseguida lo cual no era normal, hecho que levantó sospechas tras el atentado.
Al poco de iniciada la marcha, en el cruce de la Calle del Turco con Alcalá, tres coches les cerraban el paso mientras sonaba un fino silbido, al parecer la señal para iniciar el crimen y de una de las tabernas se acercaron varios hombres armados con trabucos. "Mi general, agáchese, que nos hacen fuego!", dijo su acompañante el coronel Moya, iniciándose un tiroteo y recibiendo Prim nueve impactos, ninguno de ellos mortal
Tras el ataque, el cochero, subió por la acera para esquivar el bloqueo y entrar por la calle Barquillo hasta el Ministerio de Guerra, mientra hombres armados le dejaban pasar, seguramente porque pensaban que Prim ya había muerto.
Una vez estabilizado el herido, le realizaron las primeras curas, lo que se alargó hasta bien entrada la madrugada y lograron extraerle siete proyectiles, facilitándose un primer parte medico, que hablaba de "ligeramente herido al salir del Congreso” y que se había "extraído el proyectil sin accidente alguno ni complicación", mientras otro del día 29 de diciembre llega a afirmar que "se levantó el apósito que se había aplicado al presidente sin complicaciones. El estado del enfermo no puede ser más halagüeño".
Pero, contra todo pronóstico, el día 30, en el que desembarca Amadeo de Saboya en Cartagena, se comunica que Prim había muerto debido a los "grandes destrozos causados por las balas en codo, muñeca y hombro del lado izquierdo" que desembocaron en una "intensa congestión cerebral que le produjo la muerte a las ocho y cuarenta y cinco minutos".
Según estudio médico legal reciente, cabe la posibilidad de que el general muriese por un estrangulamiento a lazo y existen también dudas sobre si se realizó o no su autopsia, siendo interminable la lista de sospechosos del crimen, comenzando por los trabucaires -los asesinos oficiales- personalidades como el general Serrano y el almirante Topete, el secretario del duque de Montpensier, el propio Duque...
A pesar de las posibles conjeturas, lo cierto es que eran muchos además los enemigos políticos de Prim: Unionistas, republicanos, alfonsinos, partidarios de los Borbones, seguidores del duque de Montepensier, etc.
Hoy día sigue sin haber un culpable y está -como entonces- una canción de la época, que decía; “En la calle del turco le mataron a Prim, sentadito en su coche con la Guardia Civil”.
La polémica sobre este magnicidio y asesinato, continua con muchas preguntas que aún siguen sin respuesta.
sábado, 26 de diciembre de 2015
La reconquista de Almería por los Reyes Católicos.
Almería tuvo una primera fase cristiana, por la coalición formada por Alfonso VII de León, llamado “el emperador”, que junto con Ramón Berenguer IV y García Ramírez, acordaron su conquista, contando además con el apoyo de la flota genovesa y cruzados franceses, siendo tomada la plaza en octubre de 1147 y conservando hoy día el escudo de la ciudad, la cruz roja de la ciudad de Génova, por el apoyó con sus naves la lucha.
Posteriormente, fue vuelta a conquistar por los almohades, que intentaron una “refundación de la misma”, encontrándose con graves problemas heredados de la conquista cristiana que había dejado a Almería en una delicada situación militar y una preocupante despoblación.
Tras el período almohade, cayó en poder de la familia Nazarí de Granada, aunque su pasado esplendor ya no volvería a repetirse, estando abocada a las luchas civiles del Reino de Granada que desembocarían en numerosas guerras, situación que benefició a los Reyes Católicos para conquistar de forma definitiva la ciudad el 26 de diciembre de 1489.
Tras la toma de Málaga en 1487 se precipitó la de Almería, en la cual no hubo derramamiento de sangre, siendo su rendición pactada por medio de capitulaciones y sucediendo los hechos de forma muy rápida.
El primer intento, fue llevado a cabo en junio de 1488, cuando el ejercito castellano se acercó a la ciudad confiados en la entrega de esta, debido a la ayuda de Yahía Al Nayar, noble árabe luego convertido al cristianismo, que tenía convenida la rendición a cambio de importantes donaciones por parte de los Reyes Católicos.
Pero este plan fue descubierto por El-Zagal y Yahía Al Nayar fue sustituido, reforzándose la ciudad militarmente y poniendo al frente a un nuevo alcaide que cerraría sus puertas para evitar entregarla, en vista de lo cual las tropas castellanas optaron por retirarse.
Fernando el Católico cambió entonces sus planes decidiendo aislar la plaza con la toma de Baza, situada en un cruce de caminos entre Murcia, Almería y Granada, de manera que cuando esta plaza capituló el 4 de diciembre de 1489, se pactó también la entrega de Almería..
El rey Católico entró en la ciudad el día 23 de diciembre, tomando posesión de su Alcazaba y al día siguiente lo hizo la reina Isabel, celebrando ambos la Navidad oyendo una misa solemne en la mezquita de la Alcazaba el 26 de diciembre, haciendo ondear del muro “llamado de la Vela” el Pendón que hizo oficial la conquista.
Tras la ocupación cristiana la ciudad experimentó numerosos cambios; la Mezquita Mayor se transformó en la iglesia de Santa María, luego primera catedral de Almería, se fundaron conventos y se adaptó la Alcazaba a la nueva artillería de la época, que con los Reyes Católicos llegaba.
Con la perdida de esta ciudad, el reino de Granada, se vería cada vez mas y mas limitado.
El Ayuntamiento de Almería celebra cada año el “Día del Pendón”, fiesta local oficial que conmemora la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos el día 26 de diciembre, con la colocación del Pendón en el Ayuntamiento, momento en el que además se dispararán 21 salvas de ordenanza.
viernes, 25 de diciembre de 2015
El “Fuerte Navidad”, primer enclave español en América.
El Fuerte de Navidad, se levantó en las costas haitianas tras naufragar la noche anterior, al ser manejada por un inexperto grumete, lo cual aunque el principio Colón pensó era una conspiración, lo interpretó luego como “un hecho providencial” disponiendo la construcción del fuerte,.
El mes anterior, Martín Alonso Pinzón, sin su permiso, había partido con la Pinta para explorar por su cuenta, temiendo Colón que volviera hacia Castilla para apropiarse del descubrimiento y desde esta perspectiva, el accidente de la Santa María significada una catástrofe, pues se quedaba con un solo barco, pero sin embargo pronto pensó en sacar réditos de la situación, al decir que “Dios le había mandado este anuncio en Nochebuena, porque quería que los españoles construyeran un fuerte y permanecieran en la isla”.
Ayudados por los indios antillanos, que encontró “indígenas bondadosos, pacíficos e inocentes,” rescataron los restos de la Santa María, aunque luego descubriría que no todos tenían igual talante, pero entonces la buena relación favoreció el trabajo.
Tras dejar a 39 hombres en el Fuerte Navidad, aprovisionados de pan, semillas y vino para un año, partió con la Niña rumbo a España y aunque apareció Pinzón con algo de oro y noticias de nuevas exploraciones, Colón cambió los nombres que el marino había propuesto a los lugares descubiertos, regresando para comunicar a los Reyes de España el resultado del viaje.
Un año después, la noche del 27 de noviembre Colón fondeaba con sus naves frente al fuerte, pero como la oscuridad imposibilitaba ver, optaron por esperar al día siguiente para acercarse y ya con la luz del día, no vieron movimientos ni luces en tierra y pese a disparar las lombardas, no obtuvieron respuesta alguna, pudiendo observa en el agua dos cadáveres flotando, en avanzado estado de descomposición, que parecían de un joven y un adulto y poco después otros dos, uno de ellos barbudo, lo cual era indicio de que seguramente fueran españoles.
Al día siguiente desembarcaron, encontrando el fuerte reducido a cenizas y todo desperdigado y roto sin que vieran a ningún español ni vivo ni muerto, tras explorar toda la zona.
Más tarde, llegó a las naves una canoa con indios, explicando que el cacique no podía ir a visitarle porque se encontraba herido, acudiendo Colón y encontrándolo en una camilla con una pierna vendada, según él, de una herida sufrida por defender el Fuerte Navidad, pero el médico de la expedición le examinó, sin observar ninguna herida, lo cual les hizo sospechar.
El cacique, contó que uno de los más poderosos caciques de la isla, celoso del poder de los invasores, se dirigió al fuerte destruyéndolo pese al apoyo prestado por él, que sufrió también la quema de su poblado, cosa falsa, pues vieron que estaba sin daños, disipándose las pocas dudas que pudiese tener sobre su real actuación.
Estos hechos fueron un duro golpe para Colón, ya que tenía esperanzas de que aquellos 39 marineros dejados en el fuerte, hubiesen avanzado en la exploración de la zona y realizado importantes hallazgos, pero esto representaba un fracaso frente a los reyes.
Ante el peligro de que el cacique volviese a atacar, decidieron buscar un emplazamiento más seguro hacia el este, fundando allí, a finales de diciembre de 1493, la primera ciudad española en el Nuevo Mundo: “La Isabela”, nombrada así en honor de la reina Isabel “la católica”.
jueves, 24 de diciembre de 2015
El día en que la Navidad detuvo a la guerra.
La tregua fue un alto el fuego, no oficial, entre alemanes, británicos y franceses, que comenzó en realidad la víspera de la Navidad en el frente occidental, con motivo de la Noche Buena, cuando los alemanes tras decorar sus trincheras, continuaron cantando villancicos - sobre todo “Noche de paz” - mientras los británicos en las del otro lado respondieron con otros villancicos en inglés.
Al poco, se realizaron encuentros en la “tierra de nadie”, intercambiando pequeños regalos como whisky, cigarrillos, comida... mientras la artillería permanecía silenciosa durante toda la noche.
La tregua también permitió que los muertos recientes fueran enterrados por soldados de los dos bandos en conflicto, llorando sus pérdidas juntos y ofreciéndose su respeto.
El cese en la lucha se propagó por muchas zonas del frente y hay historias sobre la celebración de partidos de fútbol entre las fuerzas enemigas.
Aunque en muchos sectores la lucha sólo se detuvo esa noche, en algunas áreas lo haría hasta el año nuevo, e incluso en algunas hasta el mes de febrero.
El cese de hostilidades tuvo lugar a pesar de la oposición de los altos mandos de ambos ejércitos y estos, al objeto de evitarlo de nuevo, en los años subsiguientes ordenaron bombardeos de artillería en la víspera de la festividad y se cambiaron las tropas de sector para evitar que se familiaricen con el enemigo.
A pesar de esas medidas, también otras navidades hubo encuentros amigables entre soldados, pero en una escala mucho menor que los de aquel año.
De la tregua de Navidad, se ha dicho que fue el último rasgo de caballerosidad en la guerra, en la que ambos bandos se tratarían con respeto.
Desgraciadamente, cada vez nos hemos hecho, tanto en esto como en muchas otras cosas, más y más “civilizados”, pero aquellos días, los que hacen la guerra sin acudir luego nunca a ella, temieron que sus intereses se tambaleasen, si los soldadoas decidían pensar.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Cuando Alfonso XIII fue elegido árbitro entre Honduras y Nicaragua.
Tal día como hoy 23 de diciembre de 1906, el rey Alfonso XIII dicta el laudo, por el que se resuelve el pleito fronterizo entre Honduras y Nicaragua.
El origen del dictaminen, estuvo motivado por el hecho de que aunque en la llamada “Convención Membreño-Castillo” de 1888, Honduras y Nicaragua delimitaron gran parte de su frontera común, sin embargo, quedaron fuera del tratado la del Caribe, y en 1889, ambos países firmaron la convención Zelaya-Zavala, acordando someter el nuevo acuerdo al Presidente de El Salvador, pero Honduras no se mostró conforme con ello.
Cinco años más tarde, ambos países suscribieron un nuevo tratado, el Bonilla-Gámez, nombrando una comisión mixta, para que demarcase la linea fronteriza, la cual en 1900 inició sus trabajos,, quedando la frontera definida en parte, pero desde el territorio de Teocacinte, hasta el mar Caribe no fue posible llegar a un acuerdo, pues Honduras pretendía que siguiese el curso del río Coco y luego hasta Sandy Bay, y Nicaragua, reclamaba el curso del río Patuca y luego hasta el cabo Camarón.
Para resolver las diferencias, en 1904 ambos países nombrados dos comisionados, uno por cada parte, que decidieron que la cuestión se sometiese al arbitraje del Rey de España.
El monarca español Alfonso XIII, aceptó la función de árbitro, nombrando a su vez una comisión, para examinar los argumentos de ambas partes y entre 1905 a 1906 se desarrolló en Madrid un juicio arbitral, con un laudo en el cual Alfonso XIII, señaló como frontera el río Coco, hasta su desembocadura cerca del cabo Gracias a Dios, que el gobierno de Nicaragua dio por bueno, felicitando a Honduras por la victoria en el litigio.
Sin embargo, en 1912, cuando solo faltaba marcar los limites fronterizos, Nicaragua anunció que consideraba nulo el laudo del rey español, porque en 1904 los comisionados se habían apartado por su cuenta de lo dispuesto en el tratado, aunque esto era falso, pues Nicaragua en su día, había dado por bueno ese cambio y había concurrido al litigio arbitral sin objetar nada, al conocer el laudo.
Honduras por su parte sostuvo la validez del mismo, y aunque se efectuaron en Washington varias rondas de negociaciones, estas no registraron ningún resultado y, aunque en 1930 aceptó el fallo de Alfonso XIII, las cámaras nicaragüenses negaron su aprobación y la disputa continuó.
En agosto de 1937, Nicaragua emitió sellos de correos, en los que figuraba un mapa, mostrando como territorio propio la región que había pretendido en el juicio arbitral, ante lo cual Honduras protestó enérgicamente y hasta tal punto llegaron las declaraciones, que pareció que iba a estallar una guerra entre los dos países.
Para evitarlo, Costa Rica, Estados Unidos y Venezuela se ofrecieron como mediadoras y tras una serie de reuniones, el 10 de diciembre se llegó a la firma de un convenio, que puso fin a las tensiones entre los dos países, aunque no resolvió la disputa de fondo, que siguió en las mismas condiciones.
Finalmente, en 1957, tanto Honduras como Nicaragua, acordaron someter la validez de la frontera marcada por el laudo de Alfonso XIII, a la Corte Internacional de Justicia, que el 18 de noviembre de 1960 falló a favor de Honduras y confirmó la validez de la sentencia del rey de España, cincuenta y un año después de ser dictada.
El origen del dictaminen, estuvo motivado por el hecho de que aunque en la llamada “Convención Membreño-Castillo” de 1888, Honduras y Nicaragua delimitaron gran parte de su frontera común, sin embargo, quedaron fuera del tratado la del Caribe, y en 1889, ambos países firmaron la convención Zelaya-Zavala, acordando someter el nuevo acuerdo al Presidente de El Salvador, pero Honduras no se mostró conforme con ello.
Cinco años más tarde, ambos países suscribieron un nuevo tratado, el Bonilla-Gámez, nombrando una comisión mixta, para que demarcase la linea fronteriza, la cual en 1900 inició sus trabajos,, quedando la frontera definida en parte, pero desde el territorio de Teocacinte, hasta el mar Caribe no fue posible llegar a un acuerdo, pues Honduras pretendía que siguiese el curso del río Coco y luego hasta Sandy Bay, y Nicaragua, reclamaba el curso del río Patuca y luego hasta el cabo Camarón.
Para resolver las diferencias, en 1904 ambos países nombrados dos comisionados, uno por cada parte, que decidieron que la cuestión se sometiese al arbitraje del Rey de España.
El monarca español Alfonso XIII, aceptó la función de árbitro, nombrando a su vez una comisión, para examinar los argumentos de ambas partes y entre 1905 a 1906 se desarrolló en Madrid un juicio arbitral, con un laudo en el cual Alfonso XIII, señaló como frontera el río Coco, hasta su desembocadura cerca del cabo Gracias a Dios, que el gobierno de Nicaragua dio por bueno, felicitando a Honduras por la victoria en el litigio.
Sin embargo, en 1912, cuando solo faltaba marcar los limites fronterizos, Nicaragua anunció que consideraba nulo el laudo del rey español, porque en 1904 los comisionados se habían apartado por su cuenta de lo dispuesto en el tratado, aunque esto era falso, pues Nicaragua en su día, había dado por bueno ese cambio y había concurrido al litigio arbitral sin objetar nada, al conocer el laudo.
Honduras por su parte sostuvo la validez del mismo, y aunque se efectuaron en Washington varias rondas de negociaciones, estas no registraron ningún resultado y, aunque en 1930 aceptó el fallo de Alfonso XIII, las cámaras nicaragüenses negaron su aprobación y la disputa continuó.
En agosto de 1937, Nicaragua emitió sellos de correos, en los que figuraba un mapa, mostrando como territorio propio la región que había pretendido en el juicio arbitral, ante lo cual Honduras protestó enérgicamente y hasta tal punto llegaron las declaraciones, que pareció que iba a estallar una guerra entre los dos países.
Para evitarlo, Costa Rica, Estados Unidos y Venezuela se ofrecieron como mediadoras y tras una serie de reuniones, el 10 de diciembre se llegó a la firma de un convenio, que puso fin a las tensiones entre los dos países, aunque no resolvió la disputa de fondo, que siguió en las mismas condiciones.
Finalmente, en 1957, tanto Honduras como Nicaragua, acordaron someter la validez de la frontera marcada por el laudo de Alfonso XIII, a la Corte Internacional de Justicia, que el 18 de noviembre de 1960 falló a favor de Honduras y confirmó la validez de la sentencia del rey de España, cincuenta y un año después de ser dictada.
martes, 22 de diciembre de 2015
¡¡ Feliz Navidad..!!
A todos los amigos y conocidos, a los que sin serlo, tengan el corazón limpio y sincero, a los que carezcan de alguien con quien compartir, a todas las personas de buena voluntad, a los que celebran que el sol sale cada día...
Les deseo, de todo corazón, una
¡¡Muy feliz Navidad.!!
Teruel, una de las escasas victorias republicanas en la Guerra Civil
Tal día como hoy 22 de diciembre de 1937 la ciudad de Teruel cae en manos del Ejército Republicano.
Se denominó “Batalla de Teruel” a las operaciones militares que, durante la Guerra Civil Española, tuvieron lugar entre diciembre de 1937 y de febrero de 1938 en la ciudad de Teruel y alrededores.
El Estado Mayor republicano, lanzó una ofensiva para conquistar la ciudad, que se creía débilmente defendida y que se hallaba parcialmente rodeada por las tropas republicanas, acumulando gran número de hombres y equipos, aunque la conquista se demoró dos semanas debido a la resistencia ofrecida por la guarnición y las duras condiciones climáticas.
Las tropas republicanas, seguras de una victoria fácil por la gran desproporción a su favor de efectivos, iniciaron la ofensiva el 15 de diciembre, sin preparación artillera ni aérea al objeto de disimular sus intenciones finales.
A pesar del bajo número de tropas de los sublevados, estos presentaron una dura defensa que causaron muchos problemas a las unidades de la República y cuando el día 19, los republicanos llegaron a los arrabales de la ciudad, lejos de lo esperado, encontraron una fuerte resistencia difícil de vencer pese a su enorme superioridad en hombres y material bélico
A partir de entonces, la lucha se desarrolló casa por casa y con una gran cantidad de bajas civiles, aunque los republicanos continuaron estrechando el cerco, limitándose a lanzar granadas contra los sótanos de los edificios en los que concentraban los defensores, ateridos de frio.
El reducto que más resistió fue el Seminario, que sin agua ni medicamentos y casi sin víveres ni municiones, continuaron luchando hasta el 8 de enero, cuando finalmente, el Coronel Rey d'Harcourt - jefe de los sitiados - se rindió a los republicanos, hecho por el que sería acusado de traición por los franquistas.
En la España republicana la noticia fue acogida con júbilo, pues Teruel era la primera capital de provincia conquistada por la República desde el comienzo de la guerra y mientras el gobierno la utilizó para ofrecer al mundo su primera victoria militar importante, en la España sublevada la noticia cayó como un jarro de agua fría.
La contraofensiva franquista no tardó en llegar, comenzando el 29 de diciembre, aunque el temporal de frío fue extremo y paralizó todas las operaciones, ya que las carreteras y los motores de todas las máquinas de guerra se helaron, registrándose temperaturas de 18º bajo cero
En el mes de febrero, las tropas de Franco desbordaron los flancos republicanos e infligieron a estos una dura derrota en la zona del Alfambra, que supuso un grave quebranto para el Ejército Popular.
Después de esto, el camino estaba abierto y el 22 de febrero, Teruel volvía a manos de los rebeldes y aunque las operaciones constituyeron un gran desgaste para ambos ejércitos, lo fue especialmente duro para el republicano, sin contar el hundimiento de la moral que supuso su pérdida.
La euforia republicana por la toma de la ciudad, se tornó en negro pesimismo tras su pérdida.
Se denominó “Batalla de Teruel” a las operaciones militares que, durante la Guerra Civil Española, tuvieron lugar entre diciembre de 1937 y de febrero de 1938 en la ciudad de Teruel y alrededores.
El Estado Mayor republicano, lanzó una ofensiva para conquistar la ciudad, que se creía débilmente defendida y que se hallaba parcialmente rodeada por las tropas republicanas, acumulando gran número de hombres y equipos, aunque la conquista se demoró dos semanas debido a la resistencia ofrecida por la guarnición y las duras condiciones climáticas.
Las tropas republicanas, seguras de una victoria fácil por la gran desproporción a su favor de efectivos, iniciaron la ofensiva el 15 de diciembre, sin preparación artillera ni aérea al objeto de disimular sus intenciones finales.
A pesar del bajo número de tropas de los sublevados, estos presentaron una dura defensa que causaron muchos problemas a las unidades de la República y cuando el día 19, los republicanos llegaron a los arrabales de la ciudad, lejos de lo esperado, encontraron una fuerte resistencia difícil de vencer pese a su enorme superioridad en hombres y material bélico
A partir de entonces, la lucha se desarrolló casa por casa y con una gran cantidad de bajas civiles, aunque los republicanos continuaron estrechando el cerco, limitándose a lanzar granadas contra los sótanos de los edificios en los que concentraban los defensores, ateridos de frio.
El reducto que más resistió fue el Seminario, que sin agua ni medicamentos y casi sin víveres ni municiones, continuaron luchando hasta el 8 de enero, cuando finalmente, el Coronel Rey d'Harcourt - jefe de los sitiados - se rindió a los republicanos, hecho por el que sería acusado de traición por los franquistas.
En la España republicana la noticia fue acogida con júbilo, pues Teruel era la primera capital de provincia conquistada por la República desde el comienzo de la guerra y mientras el gobierno la utilizó para ofrecer al mundo su primera victoria militar importante, en la España sublevada la noticia cayó como un jarro de agua fría.
La contraofensiva franquista no tardó en llegar, comenzando el 29 de diciembre, aunque el temporal de frío fue extremo y paralizó todas las operaciones, ya que las carreteras y los motores de todas las máquinas de guerra se helaron, registrándose temperaturas de 18º bajo cero
En el mes de febrero, las tropas de Franco desbordaron los flancos republicanos e infligieron a estos una dura derrota en la zona del Alfambra, que supuso un grave quebranto para el Ejército Popular.
Después de esto, el camino estaba abierto y el 22 de febrero, Teruel volvía a manos de los rebeldes y aunque las operaciones constituyeron un gran desgaste para ambos ejércitos, lo fue especialmente duro para el republicano, sin contar el hundimiento de la moral que supuso su pérdida.
La euforia republicana por la toma de la ciudad, se tornó en negro pesimismo tras su pérdida.
lunes, 21 de diciembre de 2015
Cuando los Estados Unidos reconocieron al régimen de Franco.
Tal día como hoy 21 de diciembre de 1959, llegó a Madrid el presidente de EEUU, Dwight D. lo que supuso el comienzo del reconocimiento internacional del régimen de Franco.
El presidente Eisenhower, hizo aquel día a Franco un fantástico regalo de Navidad con su visita, ya que esta suponía el aval al régimen franquista, hasta ese momento rechazado por todas las democracias occidentales, en el plano internacional.
Eisenhower – "Ike", como era popularmente conocido desde la II Guerra Mundial - descendió como un deseado “míster Marshall” del Boeing 407 que le transportaba en gira de buena voluntad por once países, entre los que se encontraba, por primera vez, España.
Franco, que casi no podía creer la suerte que le llegó con la visita, le recibió a pie de avión, aunque es cierto que antes de su llegada la “guerra fría” entre bloques, había hecho que las relaciones entre España y Estados Unidos tuviesen ya historia, con el pacto de Madrid de 1953, acuerdo defensivo, que culminó con la construcción de las bases de Torrejón de Ardoz, Rota, Morón de la Frontera y Zaragoza.
España había sido excluida del “plan Marshall” de reconstrucción europea, pero la geo-política descubría que el dictador del estratégico país del sur de Europa, era un furibundo anticomunista y los Estados Unidos contaron con él.
Hasta ese momento, en julio de 1945, la ONU había condenado el régimen negándole la entrada en la organización y Franco sólo contaba con la Argentina de Perón, el Portugal de Salazar y el Concordato con la Santa Sede, como únicos apoyos en el mundo.
Tras el apoyo estadounidense, la ONU aceptó a España y después de la visita de Eisenhower, la Organización Europea de Cooperación Económica y el Fondo Monetario Internacional avalaron el plan de estabilización económica de España.
Las democracias occidentales, habían empezado a hacer “la vista gorda” hacia la dictadura y en ese clima se produce la visita, que Franco explotó al máximo durante las 18 horas que permaneció en España su invitado y la raquítica TVE, envió imágenes a Eurovisión, que transmitió la “bendición estadounidense” al régimen.
Trescientos corresponsales – entre españoles y extranjeros - cubrieron el encuentro, ya que, además, era el primer presidente norteamericano que visitaba España, por lo que Franco y Eisenhower viajaron desde Torrejón a Madrid juntos en coche descubierto, ovacionados por un millón de personas y la capital se engalanó con 60.000 banderas, 20.000 retratos de ambos, un millón de bombillas y 360 proyectores para iluminarla.
"Ike", al que hicieron “alcalde honorario de Marbella” y miembro de honor de la Federación Española de Béisbol, se alojó en el palacio de la Moncloa, y se le agasajó con una cena en el palacio de Oriente, en la que Franco, llegó a usar la palabra libertad, en su discurso: "Nuestros dos países están alineados en el mismo frente de la paz y de la libertad".
El comunicado oficial conjunto, ejemplo de vaguedad diplomática, hablaba de “la nueva política de coexistencia pacífica" y de que las conversaciones mantenidas "pueden ser beneficiosas para mejorar el clima de las relaciones internacionales, sin perjuicio de que se mantenga siempre una firme actitud defensiva".
Desde ese día, el franquismo empezó a respirar en el mundo...
El presidente Eisenhower, hizo aquel día a Franco un fantástico regalo de Navidad con su visita, ya que esta suponía el aval al régimen franquista, hasta ese momento rechazado por todas las democracias occidentales, en el plano internacional.
Eisenhower – "Ike", como era popularmente conocido desde la II Guerra Mundial - descendió como un deseado “míster Marshall” del Boeing 407 que le transportaba en gira de buena voluntad por once países, entre los que se encontraba, por primera vez, España.
Franco, que casi no podía creer la suerte que le llegó con la visita, le recibió a pie de avión, aunque es cierto que antes de su llegada la “guerra fría” entre bloques, había hecho que las relaciones entre España y Estados Unidos tuviesen ya historia, con el pacto de Madrid de 1953, acuerdo defensivo, que culminó con la construcción de las bases de Torrejón de Ardoz, Rota, Morón de la Frontera y Zaragoza.
España había sido excluida del “plan Marshall” de reconstrucción europea, pero la geo-política descubría que el dictador del estratégico país del sur de Europa, era un furibundo anticomunista y los Estados Unidos contaron con él.
Hasta ese momento, en julio de 1945, la ONU había condenado el régimen negándole la entrada en la organización y Franco sólo contaba con la Argentina de Perón, el Portugal de Salazar y el Concordato con la Santa Sede, como únicos apoyos en el mundo.
Tras el apoyo estadounidense, la ONU aceptó a España y después de la visita de Eisenhower, la Organización Europea de Cooperación Económica y el Fondo Monetario Internacional avalaron el plan de estabilización económica de España.
Las democracias occidentales, habían empezado a hacer “la vista gorda” hacia la dictadura y en ese clima se produce la visita, que Franco explotó al máximo durante las 18 horas que permaneció en España su invitado y la raquítica TVE, envió imágenes a Eurovisión, que transmitió la “bendición estadounidense” al régimen.
Trescientos corresponsales – entre españoles y extranjeros - cubrieron el encuentro, ya que, además, era el primer presidente norteamericano que visitaba España, por lo que Franco y Eisenhower viajaron desde Torrejón a Madrid juntos en coche descubierto, ovacionados por un millón de personas y la capital se engalanó con 60.000 banderas, 20.000 retratos de ambos, un millón de bombillas y 360 proyectores para iluminarla.
"Ike", al que hicieron “alcalde honorario de Marbella” y miembro de honor de la Federación Española de Béisbol, se alojó en el palacio de la Moncloa, y se le agasajó con una cena en el palacio de Oriente, en la que Franco, llegó a usar la palabra libertad, en su discurso: "Nuestros dos países están alineados en el mismo frente de la paz y de la libertad".
El comunicado oficial conjunto, ejemplo de vaguedad diplomática, hablaba de “la nueva política de coexistencia pacífica" y de que las conversaciones mantenidas "pueden ser beneficiosas para mejorar el clima de las relaciones internacionales, sin perjuicio de que se mantenga siempre una firme actitud defensiva".
Desde ese día, el franquismo empezó a respirar en el mundo...
domingo, 20 de diciembre de 2015
Sombras y misterios del asesinato del presidente Luis Carrero Blanco.
Tal día como hoy 20 de diciembre de 1973, el presidente del gobierno español, Luis Carrero Blanco, es asesinado por la banda terrorista ETA.
La “Operación Ogro” fue el nombre en clave con el que ETA denominó el magnicidio y, para llevarlo a cabo, alquilaron un semisótano en la calle de Claudio Coello de Madrid y desde él, excavaron un túnel donde colocaron cerca de 100 kilos de explosivos, que hicieron estallar al paso de su coche.
El presidente, se dirigía a su domicilio después de oír misa y al llegar a la calle Claudio Coello, esquina a Maldonado, una inmensa explosión lanzó al coche en que viajaba a una altura de más de veinte metros, provocando su muerte en una explosión, tan violenta, que el vehículo, cayó en la azotea de un edificio anexo, falleciendo también otras dos personas, el inspector de Policía de escolta y el conductor del vehículo.
Pese a haber sido advertido de la posibilidad de un atentado, Carrero se negó a aumentar sus escasas medidas de seguridad, así como a cambiar horarios e itinerarios, ni el coche en el que se desplazaba era blindado y aunque tras el atentado, los tres ocupantes del vehículo fueron trasladados al hospital, pues ninguno de ellos falleció en el acto, las heridas sufridas eran de tal gravedad que ninguno de los tres sobrevivió.
Con la muerte de Carrero, se acababa definitivamente el régimen franquista y la desaparición del almirante – franquista ortodoxo – sin duda facilitó el tránsito hacia la democracia, pero la finalidad y objetivo del atentado no estuvieron exentos de polémica, pues mientras ETA aseguro ser su única autora, su complejidad en cuanto a logística y ejecución, hizo sospechar que tal vez otras organizaciones estuvieran implicadas, estando la CIA entre las más mencionadas.
De una parte, la justificación que dio la banda terrorista, de que lo hizo “para conseguir la llegada de la democracia”, es una falacia que se desmintió con los hechos, ya que los terroristas han cometido más asesinatos durante la democracia que en la dictadura.
En el año 2008, se desclasificó una nota de la embajada USA en Madrid dirigida al Departamento de Estado, en el que se afirmaba que “El mejor resultado que puede surgir... sería que Carrero desaparezca de escena, con posible sustitución por el general Díez Alegría”.
Durante la Guerra de Yom Kipur, en octubre de 1973, Carrero impidió a Estados Unidos usar sus bases en territorio español, lo que llevó a la agencia soviética TASS a declarar, que la CIA había asesinado al político franquista, al negarse a obedecer las órdenes de Washington, lo cual es, sin duda, una especulación interesada basada en la política de la “guerra fría”, de acusaciones entre bloques.
Pero se dispararon más las especulaciones, al saberse que la única persona que vio la cara del “hombre de la gabardina blanca” que entregó los horarios y rutas de Carrero Blanco, fue el etarra “Argala”, que murió en 1978 a manos del llamado “Batallón Vasco-Español” y uno de los presuntos autores materiales del atentado, con lo cual se cerró definitivamente esa posible vía informadora.
Por otra parte, el hecho de que quien sustituyó a Carrero Blanco en la presidencia del gobierno, fuese Carlos Arias Navarro, que fue durante el atentado el Ministro de la Gobernación y encargado, por lo tanto, de la seguridad del presidente, no ayudó mucho a disipar tales dudas.
Oficialmente solo fue la ETA la autora de la muerte, aunque para muchos, en este caso ETA resultó ser “el tonto útil” que tantas veces se prodiga en la historia.
Nunca sabremos definitivamente, cuales fueron la verdaderas motivaciones y finalidades del crimen.
La “Operación Ogro” fue el nombre en clave con el que ETA denominó el magnicidio y, para llevarlo a cabo, alquilaron un semisótano en la calle de Claudio Coello de Madrid y desde él, excavaron un túnel donde colocaron cerca de 100 kilos de explosivos, que hicieron estallar al paso de su coche.
El presidente, se dirigía a su domicilio después de oír misa y al llegar a la calle Claudio Coello, esquina a Maldonado, una inmensa explosión lanzó al coche en que viajaba a una altura de más de veinte metros, provocando su muerte en una explosión, tan violenta, que el vehículo, cayó en la azotea de un edificio anexo, falleciendo también otras dos personas, el inspector de Policía de escolta y el conductor del vehículo.
Pese a haber sido advertido de la posibilidad de un atentado, Carrero se negó a aumentar sus escasas medidas de seguridad, así como a cambiar horarios e itinerarios, ni el coche en el que se desplazaba era blindado y aunque tras el atentado, los tres ocupantes del vehículo fueron trasladados al hospital, pues ninguno de ellos falleció en el acto, las heridas sufridas eran de tal gravedad que ninguno de los tres sobrevivió.
Con la muerte de Carrero, se acababa definitivamente el régimen franquista y la desaparición del almirante – franquista ortodoxo – sin duda facilitó el tránsito hacia la democracia, pero la finalidad y objetivo del atentado no estuvieron exentos de polémica, pues mientras ETA aseguro ser su única autora, su complejidad en cuanto a logística y ejecución, hizo sospechar que tal vez otras organizaciones estuvieran implicadas, estando la CIA entre las más mencionadas.
De una parte, la justificación que dio la banda terrorista, de que lo hizo “para conseguir la llegada de la democracia”, es una falacia que se desmintió con los hechos, ya que los terroristas han cometido más asesinatos durante la democracia que en la dictadura.
En el año 2008, se desclasificó una nota de la embajada USA en Madrid dirigida al Departamento de Estado, en el que se afirmaba que “El mejor resultado que puede surgir... sería que Carrero desaparezca de escena, con posible sustitución por el general Díez Alegría”.
Durante la Guerra de Yom Kipur, en octubre de 1973, Carrero impidió a Estados Unidos usar sus bases en territorio español, lo que llevó a la agencia soviética TASS a declarar, que la CIA había asesinado al político franquista, al negarse a obedecer las órdenes de Washington, lo cual es, sin duda, una especulación interesada basada en la política de la “guerra fría”, de acusaciones entre bloques.
Pero se dispararon más las especulaciones, al saberse que la única persona que vio la cara del “hombre de la gabardina blanca” que entregó los horarios y rutas de Carrero Blanco, fue el etarra “Argala”, que murió en 1978 a manos del llamado “Batallón Vasco-Español” y uno de los presuntos autores materiales del atentado, con lo cual se cerró definitivamente esa posible vía informadora.
Por otra parte, el hecho de que quien sustituyó a Carrero Blanco en la presidencia del gobierno, fuese Carlos Arias Navarro, que fue durante el atentado el Ministro de la Gobernación y encargado, por lo tanto, de la seguridad del presidente, no ayudó mucho a disipar tales dudas.
Oficialmente solo fue la ETA la autora de la muerte, aunque para muchos, en este caso ETA resultó ser “el tonto útil” que tantas veces se prodiga en la historia.
Nunca sabremos definitivamente, cuales fueron la verdaderas motivaciones y finalidades del crimen.
sábado, 19 de diciembre de 2015
“Tratado de Alcalá de Henares”, pacto castellano aragonés en la guerra de la reconquista.
Tal día como hoy 19 de diciembre de 1308, por el “Tratado de Alcalá de Henares”, Fernando IV de Castilla y Jaime II de Aragón, sea alían frente al Reino nazarí de Granada.
A comienzos de 1306, Fernando IV había solicitado entrevistarse con Jaime II y, desde ese momento, los embajadores de ambos intentaron fijar fecha para el encuentro, que hubo de ser aplazado varias veces debido a conflictos internos entre los dos reinos, logrando reunirse ambos en el monasterio de Santa María de Huerta – Soria - en diciembre de 1308.
En la entrevista, se proyectó el reinicio de la Reconquista, deseado por ambos y cimentar el compromiso con lazos de sangre, con el matrimonio de Leonor de Castilla, primogénita y heredera de Fernando IV, con Jaime de Aragón, heredero de Jaime II.
La idea de reiniciar de nuevo la lucha contra el reino de Granada, fue acogida con entusiasmo por los dos reyes, que contaban con la ayuda del rey de Marruecos, en guerra contra el rey de Granada, acordándose que las tropas de Castilla y León atacarían Algeciras y Gibraltar, mientras los aragoneses conquistarían Almería.
Sin embargo, el proyectado matrimonio entre Leonor y Jaime, aunque fue celebrado, nunca se consumó, ya que el infante Jaime - de inclinaciones místicas - terminada la ceremonia nupcial, y después de discutir con su padre, huyó a caballo, dejando abandonada a su esposa, y renunciando a sus derechos a la primogenitura y al trono de Aragón, para ingresar en la Orden de San Juan de Jerusalén, mientras la infanta – compuesta y sin novio - contrajo matrimonio, años más tarde, con Alfonso IV, hijo y nuevo sucesor de Jaime II.
Tras las entrevistas entre ambos soberanos, Fernando IV se reunió con su madre, la reina María de Molina, a la que solía consultar en asuntos de estado, mostrándose esta complacida ante los acuerdos alcanzados y acto seguido el rey se dirigió a Alcalá de Henares.
Finalmente, el 19 de diciembre de 1308, en Alcalá de Henares, Fernando IV y los embajadores aragoneses rubricaron el tratado, en el que se acordó iniciar la guerra en julio del año siguiente, comprometiéndose, al igual que el monarca aragonés, a no firmar una paz por separado con el rey granadino, hasta no haber concluido la empresa.
Se pactó, que Castilla aportaría diez galeras y otras tantas Aragón, así como el orden de ataques, comprometiéndose Fernando IV a ceder una sexta parte del reino de Granada al rey aragonés, y le concedió el reino de Almería, pactándose también que, caso de que este reino no se correspondiese con la sexta parte prometida, el arzobispo de Toledo por Castilla y el obispo de Valencia por Aragón, resolverían el conflicto, oferta esta que – por excesivamente generosa - motivó protestas de los nobles, encabezados por el infante Juan de Castilla, aunque la misma no tuvo consecuencia alguna.
La entrada en vigor del tratado, supuso una ampliación de los límites de Aragón, mayores que los acordados en los tratados de Cazorla de 1179 y de Almizra de 1244, y tras la firma, aunque nunca fueron luego respetados, ambos reyes enviaron embajadores al Papa de Aviñón, para solicitar a Clemente V que concediese “bula de cruzada” a la lucha contra los musulmanes.
En abril de 1309 el Papa Clemente, mediante la bula "Indesinentis cure", autorizó predicar la cruzada en Aragón, y otorgó a la empresa los diezmos ya recaudados, que estaban destinados a la conquista de Córcega y Cerdeña.
A comienzos de 1306, Fernando IV había solicitado entrevistarse con Jaime II y, desde ese momento, los embajadores de ambos intentaron fijar fecha para el encuentro, que hubo de ser aplazado varias veces debido a conflictos internos entre los dos reinos, logrando reunirse ambos en el monasterio de Santa María de Huerta – Soria - en diciembre de 1308.
En la entrevista, se proyectó el reinicio de la Reconquista, deseado por ambos y cimentar el compromiso con lazos de sangre, con el matrimonio de Leonor de Castilla, primogénita y heredera de Fernando IV, con Jaime de Aragón, heredero de Jaime II.
La idea de reiniciar de nuevo la lucha contra el reino de Granada, fue acogida con entusiasmo por los dos reyes, que contaban con la ayuda del rey de Marruecos, en guerra contra el rey de Granada, acordándose que las tropas de Castilla y León atacarían Algeciras y Gibraltar, mientras los aragoneses conquistarían Almería.
Sin embargo, el proyectado matrimonio entre Leonor y Jaime, aunque fue celebrado, nunca se consumó, ya que el infante Jaime - de inclinaciones místicas - terminada la ceremonia nupcial, y después de discutir con su padre, huyó a caballo, dejando abandonada a su esposa, y renunciando a sus derechos a la primogenitura y al trono de Aragón, para ingresar en la Orden de San Juan de Jerusalén, mientras la infanta – compuesta y sin novio - contrajo matrimonio, años más tarde, con Alfonso IV, hijo y nuevo sucesor de Jaime II.
Finalmente, el 19 de diciembre de 1308, en Alcalá de Henares, Fernando IV y los embajadores aragoneses rubricaron el tratado, en el que se acordó iniciar la guerra en julio del año siguiente, comprometiéndose, al igual que el monarca aragonés, a no firmar una paz por separado con el rey granadino, hasta no haber concluido la empresa.
Se pactó, que Castilla aportaría diez galeras y otras tantas Aragón, así como el orden de ataques, comprometiéndose Fernando IV a ceder una sexta parte del reino de Granada al rey aragonés, y le concedió el reino de Almería, pactándose también que, caso de que este reino no se correspondiese con la sexta parte prometida, el arzobispo de Toledo por Castilla y el obispo de Valencia por Aragón, resolverían el conflicto, oferta esta que – por excesivamente generosa - motivó protestas de los nobles, encabezados por el infante Juan de Castilla, aunque la misma no tuvo consecuencia alguna.
La entrada en vigor del tratado, supuso una ampliación de los límites de Aragón, mayores que los acordados en los tratados de Cazorla de 1179 y de Almizra de 1244, y tras la firma, aunque nunca fueron luego respetados, ambos reyes enviaron embajadores al Papa de Aviñón, para solicitar a Clemente V que concediese “bula de cruzada” a la lucha contra los musulmanes.
En abril de 1309 el Papa Clemente, mediante la bula "Indesinentis cure", autorizó predicar la cruzada en Aragón, y otorgó a la empresa los diezmos ya recaudados, que estaban destinados a la conquista de Córcega y Cerdeña.
viernes, 18 de diciembre de 2015
La conquista de Zaragoza por Alfonso I de Aragón,“el Batallador”.
Alfonso destacó en la lucha contra los musulmanes en sus guerras de conquista, a tal punto, que llegó a duplicar la extensión del reino de Aragón tras la toma de la taifa de Zaragoza.
Debido a su matrimonio con la reina Urraca de Castilla en 1109, gobernó también de forma simultanea sobre León, Castilla, Toledo, Navarra y Aragón y se hizo llamar “emperador de España”, hasta que, un año después, la oposición de la nobleza, sumadas a las pésimas relaciones conyugales que mantenida con su esposa, le forzó a la anulación del matrimonio.
En una crónica del siglo XIV, se lee sobre la bravura de Alfonso: “clamabanlo don Alfonso batallador porque en Espayna no ovo tan buen cavallero que veynte nueve batallas vençió” llegando hasta las ciudades de Córdoba, Granada y Valencia y causar a los musulmanes graves derrotas.
En 1110 planeó la conquista de Zaragoza, para lo que buscando alianzas, se entrevistó con Gastón IV de Bearn, llegado de las Cruzadas, desconociéndose cómo nació su amistad, aunque tal vez se basó en sus mutuas experiencias guerreras contra el musulmán, pero llegaron a ser amigos íntimos y puede que Gastón influyese en otros nobles occitanos, cuando el Papa otorgó “bula de Cruzada” a la campaña contra Zaragoza, estableciéndose lo que sería una alianza transpirenaica.
Los primeros movimientos de su conquista fueron la toma de la Comarca de Tudela en 1117 y tras esto, en 1118 Alfonso marchó a Bearne para estrechar relaciones con Gastón IV, experto en armas de asedio como había demostrado en la toma de Jerusalén de 1099, con lo que acumulaba una experiencia en sitios de ciudades que podía ser vital para el rey Alfonso en su empresa.
La ciudad de Zaragoza - Madinat Al-baida - la ciudad blanca, era una de las principales ciudades de al-Andalus cabeza de uno de los principales reinos taifas musulmanes, y tras la batalla de Valtierra, en enero de 1110, forzó la intervención almorávide en el conflicto, que hizo caer la ciudad en manos de estos.
En marzo de 1118, se congregaron gran número de caballeros y señores franceses y gascones en Ayerbe, bajo el mando de Alfonso, junto a fuerzas del condado de Urgel y del Pallars, que marcharon hacia el sur y sitiaron a finales de mayo Zaragoza.
El asedio se inició con el corte del suministro de agua, para acelerar la caída de la ciudad, pese a lo cual el sitio duró nueve meses, aunque probablemente harían en invierno una retirada temporal, ya que los cristianos dormían a la intemperie, cayendo finalmente Zaragoza el 18 de diciembre de 1118.
Las capitulaciones de rendición, concedían a los musulmanes derecho a quedarse a vivir en los arrabales y las mezquitas seguirían siendo usadas libremente; pagarían los mismos impuestos que hasta la conquista, y podrían mantener sus propiedades rurales, así como practicar su religión y ser juzgados por sus propias leyes, pudiendo los que lo desearan marchar libremente, tratando Alfonso, con tan generosas condiciones, evitar la despoblación, conservando a los artesanos y comerciantes, lo que marcaría el arte de Zaragoza.
Tras todo eso, la medina o ciudad vieja fue repoblada con cristianos, que habían participado en la toma de la ciudad, mientras muchos de los 20.000 musulmanes permanecieron, y con los nuevos habitantes, la población creció y la ciudad se expandió extramuros, mientras Alfonso compensó a su amigo Gastón IV de Bearne, con el señorío de Zaragoza en recompensa por su ayuda en la lucha.
jueves, 17 de diciembre de 2015
El descubrimiento de la “Piedra del sol”
Tal día como hoy 17 de diciembre de 1790, se descubre bajo el Zócalo de la ciudad de México, “la Piedra del Sol”.
También conocida como “Calendario Azteca”, con un tamaño de 3,65 metros de diámetro y un peso de 24 toneladas, pertenece a la prehispánica cultura mexica y fue descubierta en el costado sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México al reparar el suelo.
Tras su descubrimiento, se colocó en el muro de una de las torres de la catedral metropolitana, donde se deterioró no sólo por la intemperie, sino sobre todo porque la gente tomó la costumbre de lanzar inmundicias y fruta podrida al relieve.
En 1885 fue llevado al salón principal del Museo Nacional, donde se convirtió en la pieza central de la "Galería de Monolitos", fundada en 1887.
La Piedra del Sol, es un monumento de carácter solar que muestra elementos relacionados con el transcurrir del tiempo, y su diseño es una imagen central, rodeada de cinco círculos concéntricos con bandas circulares donde aparecen elementos simbólicos del calendario.
Los religiosos indígenas lograron establecer un calendario con el cual pudieron dar sentido perfecto a su vida pues sabían en qué épocas sembrar, en cuáles cosechar, cuando hacer la guerra, cuando festejar y honrar a sus dioses de acuerdo a cuando éstos patrocinaban en la tierra, y sobretodo, cuanto debían temerles evitando con ello la probable destrucción tanto de sus pueblos y ciudades como del universo entero.
Probablemente, esta piedra ocupó un destacado lugar en el Templo Mayor de México-Tenochtitlan, en lugar reservado donde sólo los altos jerarcas religiosos tenían acceso a ella, quedando su visión vedada al pueblo llano y tras la conquista española, fue enterrada y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalo..
Para la estudiosa mexicana Rebeca Barrera, la Piedra del Sol no sería un calendario, sino un símbolo del fin de una era, la del Quinto Sol, que se produciría con la llegada del dios Quetzalcóatl.
Según la investigadora mexicana, la piedra sería por tanto una especie de profecía petrea que vaticinaba el fin del mundo azteca, cosa que realmente ocurrió con la llegada de los españoles, cuyo jefe militar, Hernán Cortés, habría sido confundido por los aztecas con el dios Quetzalcóatl.
Al parecer, esta confusión ayudó grandemente a Cortes y sus hombres, a conquistar tan vasto imperio.
También conocida como “Calendario Azteca”, con un tamaño de 3,65 metros de diámetro y un peso de 24 toneladas, pertenece a la prehispánica cultura mexica y fue descubierta en el costado sur de la Plaza Mayor de la ciudad de México al reparar el suelo.
Tras su descubrimiento, se colocó en el muro de una de las torres de la catedral metropolitana, donde se deterioró no sólo por la intemperie, sino sobre todo porque la gente tomó la costumbre de lanzar inmundicias y fruta podrida al relieve.
En 1885 fue llevado al salón principal del Museo Nacional, donde se convirtió en la pieza central de la "Galería de Monolitos", fundada en 1887.
La Piedra del Sol, es un monumento de carácter solar que muestra elementos relacionados con el transcurrir del tiempo, y su diseño es una imagen central, rodeada de cinco círculos concéntricos con bandas circulares donde aparecen elementos simbólicos del calendario.
Los religiosos indígenas lograron establecer un calendario con el cual pudieron dar sentido perfecto a su vida pues sabían en qué épocas sembrar, en cuáles cosechar, cuando hacer la guerra, cuando festejar y honrar a sus dioses de acuerdo a cuando éstos patrocinaban en la tierra, y sobretodo, cuanto debían temerles evitando con ello la probable destrucción tanto de sus pueblos y ciudades como del universo entero.
Probablemente, esta piedra ocupó un destacado lugar en el Templo Mayor de México-Tenochtitlan, en lugar reservado donde sólo los altos jerarcas religiosos tenían acceso a ella, quedando su visión vedada al pueblo llano y tras la conquista española, fue enterrada y permaneció así hasta su hallazgo en el Zócalo..
Para la estudiosa mexicana Rebeca Barrera, la Piedra del Sol no sería un calendario, sino un símbolo del fin de una era, la del Quinto Sol, que se produciría con la llegada del dios Quetzalcóatl.
Según la investigadora mexicana, la piedra sería por tanto una especie de profecía petrea que vaticinaba el fin del mundo azteca, cosa que realmente ocurrió con la llegada de los españoles, cuyo jefe militar, Hernán Cortés, habría sido confundido por los aztecas con el dios Quetzalcóatl.
Al parecer, esta confusión ayudó grandemente a Cortes y sus hombres, a conquistar tan vasto imperio.
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Málaga, ciudad “Muy Hospitalaria”
Tal día como hoy 16 de diciembre del 1900, el buque alemán "Gneisenau" naufraga a la entrada del puerto de Málaga, pereciendo el comandante, varios oficiales y marinos, así como 12 pescadores malagueños que salieron a auxiliarles.
La fragata de guerra Gneisenau de 2.843 toneladas, 470 tripulantes y 14 cañones, se encontraba anclada en las afueras del puerto de Málaga en espera de recoger al embajador alemán, de misión en Marruecos.
Desde la mañana del día 15 negros nubarrones habían ido cubriendo el cielo de Málaga con una insistente lluvia, empeorando en la madrugada del 16, lo que presagiaba un fuerte temporal de Levante.
La fragata alemana permanecía cerca del puerto y, a primeras horas del día, la Comandancia de Marina advirtiendo el inminente temporal, le envió un mensaje, en el que se le invitaba a que entrase y fondeara dentro del recinto portuario.
Pero su comandante en un gesto de confianza excesiva, desantendió el consejo y a media mañana, el temporal arreció tanto, que se rompieron las amarras que la unían a sus anclas y la fragata quedó a merced de las olas y el viento, por lo que se dispuso la evacuación de la tripulación, lanzando al mar varias lanchas que llenas de náufragos se hundían con los hombres o los empujaba contra las piedras destrozándolos.
El comandante, sobre cubierta, seguía intentando poner a salvo a los marineros, pero un golpe de mar le arrojó al agua pereciendo también, mientras la nave chocaba con las rocas, quedando hundida y encallada entre ellas.
Varias embarcaciones de pescadores se hicieron a la mar, logrando rescatar a algunos marineros mientras otras se hundían y, desde la escollera, se arrojaban cuerdas a los hombres que luchaban contra las olas salvando a algunos de ellos.
Numerosos malagueños se lanzaron al agua para socorrer a los marineros alemanes, lo cual les costó la vida a 12 de ellos y por este hecho, le fue concedida a Málaga por la reina María Cristina el título de “Muy Hospitalaria”, que figura en su escudo.
La colonia alemana de la ciudad, quiso mostrar de alguna forma su agradecimiento al pueblo de Málaga y tras las catastróficas consecuencias de la riada de 1907 en esta ciudad, donde las aguas alcanzaron hasta cinco metros de altura y, según testigos, era tal la cantidad de barro y residuos, que era posible acceder a algunas casas por los balcones, este país donó un puente al que se le conoce como "Puente de los Alemanes", en una suscripción que encabezó el propio emperador Guillermo II, destinando los fondos recaudados a su construcción, llamado también “Puente de Santo Domingo” por estar frente a la iglesia del mismo nombre.
La prensa europea recogió el suceso, exaltando la actitud de los malagueños y destacando los rasgos de heroísmo realizados en tan trágicos momentos, erigiéndose un mausoleo a los restos de las 41 víctimas alemanas.
El 16 de diciembre de 1909 se inauguró finalmente el Puente de Santo Domingo, o "Puente de los Alemanes", donado por Alemania, tal y como consta en una placa conmemorativa : “Alemania donó a Málaga este puente agradecida al heroico auxilio que la ciudad prestó a los náufragos de la fragata de guerra Gneisenau.”
La fragata de guerra Gneisenau de 2.843 toneladas, 470 tripulantes y 14 cañones, se encontraba anclada en las afueras del puerto de Málaga en espera de recoger al embajador alemán, de misión en Marruecos.
Desde la mañana del día 15 negros nubarrones habían ido cubriendo el cielo de Málaga con una insistente lluvia, empeorando en la madrugada del 16, lo que presagiaba un fuerte temporal de Levante.
La fragata alemana permanecía cerca del puerto y, a primeras horas del día, la Comandancia de Marina advirtiendo el inminente temporal, le envió un mensaje, en el que se le invitaba a que entrase y fondeara dentro del recinto portuario.
Pero su comandante en un gesto de confianza excesiva, desantendió el consejo y a media mañana, el temporal arreció tanto, que se rompieron las amarras que la unían a sus anclas y la fragata quedó a merced de las olas y el viento, por lo que se dispuso la evacuación de la tripulación, lanzando al mar varias lanchas que llenas de náufragos se hundían con los hombres o los empujaba contra las piedras destrozándolos.
El comandante, sobre cubierta, seguía intentando poner a salvo a los marineros, pero un golpe de mar le arrojó al agua pereciendo también, mientras la nave chocaba con las rocas, quedando hundida y encallada entre ellas.
Varias embarcaciones de pescadores se hicieron a la mar, logrando rescatar a algunos marineros mientras otras se hundían y, desde la escollera, se arrojaban cuerdas a los hombres que luchaban contra las olas salvando a algunos de ellos.
Numerosos malagueños se lanzaron al agua para socorrer a los marineros alemanes, lo cual les costó la vida a 12 de ellos y por este hecho, le fue concedida a Málaga por la reina María Cristina el título de “Muy Hospitalaria”, que figura en su escudo.
La colonia alemana de la ciudad, quiso mostrar de alguna forma su agradecimiento al pueblo de Málaga y tras las catastróficas consecuencias de la riada de 1907 en esta ciudad, donde las aguas alcanzaron hasta cinco metros de altura y, según testigos, era tal la cantidad de barro y residuos, que era posible acceder a algunas casas por los balcones, este país donó un puente al que se le conoce como "Puente de los Alemanes", en una suscripción que encabezó el propio emperador Guillermo II, destinando los fondos recaudados a su construcción, llamado también “Puente de Santo Domingo” por estar frente a la iglesia del mismo nombre.
La prensa europea recogió el suceso, exaltando la actitud de los malagueños y destacando los rasgos de heroísmo realizados en tan trágicos momentos, erigiéndose un mausoleo a los restos de las 41 víctimas alemanas.
El 16 de diciembre de 1909 se inauguró finalmente el Puente de Santo Domingo, o "Puente de los Alemanes", donado por Alemania, tal y como consta en una placa conmemorativa : “Alemania donó a Málaga este puente agradecida al heroico auxilio que la ciudad prestó a los náufragos de la fragata de guerra Gneisenau.”
martes, 15 de diciembre de 2015
La intentona golpista del Ramón Franco y el general Queipo de Llano.
Tal día como hoy 15 de diciembre de 1930, el comandante Ramón Franco y el general Queipo de Llano, encabezan una sublevación republicana en Cuatro Vientos -Madrid - que fracasa.
Ramón Franco Bahamonde, fue un militar y aviador español, hermano del dictador Francisco Franco, destacando por su carácter extrovertido, alegre, despreocupado y rebelde, al que sus éxitos en la aviación le animaron a organizar un "raid" aéreo conocido como "Vuelo del Plus Ultra", por cuyo éxito fue nombrado “Gentilhombre de cámara con ejercicio” del Rey Alfonso XIII.
Pero el 15 de diciembre de 1930, junto a Queipo de Llano encabezó la rebelión que, en apenas unas horas, se iba convertir en uno de los mayores fracasos de su vida militar, cuando con otros aviadores, se sublevó contra la monarquía en el aeródromo de Cuatro Vientos, llegando a amenazar con bombardear el Palacio Real de Madrid, aunque sólo arrojó proclamas revolucionarias.
Queipo de Llano y Ramón Franco, se hicieron con el control del aeródromo madrileño, pero al no recibir ningún apoyo, tuvieron que huir en sus aviones a Portugal, fracasando una acción muy temeraria, pues aunque creían contar con la colaboración del ejército y el apoyo de una huelga general, ni los militares les secundaron, ni se produjo la huelga.
Por ello, en apenas unas horas, la revuelta fue sofocada: “A las doce y quince, los rebeldes de Aviación han levantado bandera blanca y se han rendido. Las tropas leales ocupan el aeródromo y la Guardia Civil persigue a los fugitivos”, informaba el periódico ABC.
Al día siguiente, Queipo y Franco fueron detenidos por los portugueses en Lisboa, mientras Fermín Galán y García Hernández - sublevados en Jaca - eran juzgados en consejo de guerra y fusilados.
Con la llegada de la Segunda República, fue rehabilitado y repuesto en su empleo, siendo nombrado por el gobierno provisional republicano Director general de la Aeronáutica Militar y acogiendo - a diferencia de su hermano Francisco - de buen grado la llegada del nuevo régimen.
En julio 1936, al producirse la sublevación militar contra la República, pasó a la zona de los sublevados uniéndose a ellos, donde su hermano se había convertido en líder, al ser nombrado "generalísimo", el cual le destinó a las Baleares, nombrándole jefe de la Base de Hidroaviones de Pollensa, lo cual no fue bien recibido por los oficiales de la "Aviación Nacional", que no olvidaban su pasado republicano.
Ciertamente los franquistas, que recordaba los hechos de Cuatro Vientos, le pidieron al Caudillo que su hermano no sirviera en la aviación debido a su pasado “comunista”, según escribió el responsable de aviación, general Alfredo Kindelán, en una dura carta a Franco, pero este no le hizo caso pues entendió que “la familia era la familia”.
Ramón Franco, falleció en octubre 1938 al estrellarse el hidroavión que pilotaba, en muy malas condiciones atmosféricas y cargado con cerca de mil kilos de bombas, al adentrarse en una tormenta y no ser capaz de dominar el aparato, cayendo sobre el mar, dando su muerte lugar a rumores de que hubiera podido ser víctima de un sabotaje.
Algunos historiadores, coinciden, en que el Caudillo vivió a la sombra de su hermano Ramón hasta el alzamiento del 1936, ya que este era aventurero, popular, irresistible para las mujeres y el hombre que le acomplejaba con sus continuos éxitos.
Existe un monumento dedicado al vuelo del Plus Ultra, en la ciudad de Buenos Aires, otro en La Rábida, en el término de Palos de la Frontera -Huelva - de donde partió y también en Madrid, frente al edificio del Cuartel General del Ejército del Aire.
Ramón Franco Bahamonde, fue un militar y aviador español, hermano del dictador Francisco Franco, destacando por su carácter extrovertido, alegre, despreocupado y rebelde, al que sus éxitos en la aviación le animaron a organizar un "raid" aéreo conocido como "Vuelo del Plus Ultra", por cuyo éxito fue nombrado “Gentilhombre de cámara con ejercicio” del Rey Alfonso XIII.
Pero el 15 de diciembre de 1930, junto a Queipo de Llano encabezó la rebelión que, en apenas unas horas, se iba convertir en uno de los mayores fracasos de su vida militar, cuando con otros aviadores, se sublevó contra la monarquía en el aeródromo de Cuatro Vientos, llegando a amenazar con bombardear el Palacio Real de Madrid, aunque sólo arrojó proclamas revolucionarias.
Queipo de Llano y Ramón Franco, se hicieron con el control del aeródromo madrileño, pero al no recibir ningún apoyo, tuvieron que huir en sus aviones a Portugal, fracasando una acción muy temeraria, pues aunque creían contar con la colaboración del ejército y el apoyo de una huelga general, ni los militares les secundaron, ni se produjo la huelga.
Por ello, en apenas unas horas, la revuelta fue sofocada: “A las doce y quince, los rebeldes de Aviación han levantado bandera blanca y se han rendido. Las tropas leales ocupan el aeródromo y la Guardia Civil persigue a los fugitivos”, informaba el periódico ABC.
Al día siguiente, Queipo y Franco fueron detenidos por los portugueses en Lisboa, mientras Fermín Galán y García Hernández - sublevados en Jaca - eran juzgados en consejo de guerra y fusilados.
Con la llegada de la Segunda República, fue rehabilitado y repuesto en su empleo, siendo nombrado por el gobierno provisional republicano Director general de la Aeronáutica Militar y acogiendo - a diferencia de su hermano Francisco - de buen grado la llegada del nuevo régimen.
En julio 1936, al producirse la sublevación militar contra la República, pasó a la zona de los sublevados uniéndose a ellos, donde su hermano se había convertido en líder, al ser nombrado "generalísimo", el cual le destinó a las Baleares, nombrándole jefe de la Base de Hidroaviones de Pollensa, lo cual no fue bien recibido por los oficiales de la "Aviación Nacional", que no olvidaban su pasado republicano.
Ciertamente los franquistas, que recordaba los hechos de Cuatro Vientos, le pidieron al Caudillo que su hermano no sirviera en la aviación debido a su pasado “comunista”, según escribió el responsable de aviación, general Alfredo Kindelán, en una dura carta a Franco, pero este no le hizo caso pues entendió que “la familia era la familia”.
Ramón Franco, falleció en octubre 1938 al estrellarse el hidroavión que pilotaba, en muy malas condiciones atmosféricas y cargado con cerca de mil kilos de bombas, al adentrarse en una tormenta y no ser capaz de dominar el aparato, cayendo sobre el mar, dando su muerte lugar a rumores de que hubiera podido ser víctima de un sabotaje.
Algunos historiadores, coinciden, en que el Caudillo vivió a la sombra de su hermano Ramón hasta el alzamiento del 1936, ya que este era aventurero, popular, irresistible para las mujeres y el hombre que le acomplejaba con sus continuos éxitos.
Existe un monumento dedicado al vuelo del Plus Ultra, en la ciudad de Buenos Aires, otro en La Rábida, en el término de Palos de la Frontera -Huelva - de donde partió y también en Madrid, frente al edificio del Cuartel General del Ejército del Aire.
lunes, 14 de diciembre de 2015
La sublevación republicana de 1930 en Jaca
Tal día como hoy 14 de diciembre de 1930, tiene lugar el fusilamiento de los capitanes españoles Galán y García Hernández, por la sublevación republicana de Jaca (Huesca).
La Sublevación fue un pronunciamiento militar contra Alfonso XIII, que fue sofocado fusilando a sus instigadores, pero sus efectos se dejaron sentir en la proclamación de la Segunda República cuatro meses después.
Tras la dimisión, en enero de 1930 de Miguel Primo de Rivera, el rey nombró jefe de gobierno al general Dámaso Berenguer, en la etapa conocida como la "dictablanda", el cual afirmaba que quería pacificar el país y volver a la normalidad constitucional, prometiendo, la convocatoria de elecciones generales y concediendo una amnistía a los condenados por delitos de carácter político.
Pero en el “Pacto de San Sebastián” en agosto de 1930, todos los partidos republicanos, acordaron provocar el fin a la Monarquía y proclamar la Segunda República y, en diciembre, el levantamiento se consideraba inminente, acordando el Comité Revolucionario, el lunes 15 de diciembre como día para hacerlo, lo que en Jaca correspondía al capitán Fermín Galán, organizando la sublevación, pero los continuos aplazamientos de fecha, hicieron que las relaciones entre Galán y el "comité revolucionario" empezasen a deteriorarse, decidiendo este no esperar al 15.
Así, el 12 de diciembre, sublevó a la guarnición de Jaca, detuvo al gobernador militar y ocupó teléfonos, correos y la estación de ferrocarril, tras matar en un tiroteo a un sargento de la Guardia Civil y a dos carabineros que se opusieron, al tiempo que publicaba su bando de guerra :“Aquel que se oponga de palabra o por escrito, que conspire o haga armas contra la República naciente será fusilado sin formación de causa”.
Los sublevados y el grupo de paisanos que se les había unido, prepararon la marcha hacia Huesca, pero por su desorganización, se retrasó más de nueve horas sobre la prevista, pues muchos de los vehículos requisados - con continuas averías - convirtieron la marcha en una peripecia, que pronto harán cundir el desánimo entre la tropa.
El Gobierno ordenó entonces, que dos columnas saliesen contra los sublevados y a unos 3 km de Huesca, se produce el encuentro con estos, que huyen en desbandada presos del pánico, ante el fuego de artillería de las fuerzas del gobierno, mientras Galán, sin saber qué hacer, permanece inmóvil sin dar ninguna orden y decide emprender también la huida.
Al poco reacciona y resuelve entregarse, siendo conducido al Gobierno Militar de Huesca, donde pocas horas después, es juzgado en Consejo de guerra sumarísimo que apenas dura 40 minutos, en el que asume toda la responsabilidad, solicitado sean absueltos los oficiales que le habían secundado, pero el Consejo dictó pena de muerte a Galán y García Hernández y cadena perpetua al resto.
El mismo día 14 de diciembre, pese a ser domingo y tradición de no ejecutar condenas de muerte, son fusilados en Huesca permitiéndose a Galán, dar la orden de fuego al pelotón de su ejecución.
La monarquía cometió el inmenso error de fusilar a Galán y García Hernández, disparate que influyó no poco en la caída del trono, pues causó gran conmoción en el país, despertando un fuerte sentimiento anti monárquico por toda su geografía, convirtiéndolos en “mártires de la causa republicana”, lo que precipitará la llegada de la Segunda República.
Galán y García Hernández, actualmente tienen un monumento en Huesca, en la Calle Fornillos, lugar donde se encontraba la tapia donde fueron fusilados, construido el 2012 con donaciones de personas que quisieron colaborar.
https://www.youtube.com/watch?v=KDfTS9yM9GU
La Sublevación fue un pronunciamiento militar contra Alfonso XIII, que fue sofocado fusilando a sus instigadores, pero sus efectos se dejaron sentir en la proclamación de la Segunda República cuatro meses después.
Tras la dimisión, en enero de 1930 de Miguel Primo de Rivera, el rey nombró jefe de gobierno al general Dámaso Berenguer, en la etapa conocida como la "dictablanda", el cual afirmaba que quería pacificar el país y volver a la normalidad constitucional, prometiendo, la convocatoria de elecciones generales y concediendo una amnistía a los condenados por delitos de carácter político.
Pero en el “Pacto de San Sebastián” en agosto de 1930, todos los partidos republicanos, acordaron provocar el fin a la Monarquía y proclamar la Segunda República y, en diciembre, el levantamiento se consideraba inminente, acordando el Comité Revolucionario, el lunes 15 de diciembre como día para hacerlo, lo que en Jaca correspondía al capitán Fermín Galán, organizando la sublevación, pero los continuos aplazamientos de fecha, hicieron que las relaciones entre Galán y el "comité revolucionario" empezasen a deteriorarse, decidiendo este no esperar al 15.
Así, el 12 de diciembre, sublevó a la guarnición de Jaca, detuvo al gobernador militar y ocupó teléfonos, correos y la estación de ferrocarril, tras matar en un tiroteo a un sargento de la Guardia Civil y a dos carabineros que se opusieron, al tiempo que publicaba su bando de guerra :“Aquel que se oponga de palabra o por escrito, que conspire o haga armas contra la República naciente será fusilado sin formación de causa”.
Los sublevados y el grupo de paisanos que se les había unido, prepararon la marcha hacia Huesca, pero por su desorganización, se retrasó más de nueve horas sobre la prevista, pues muchos de los vehículos requisados - con continuas averías - convirtieron la marcha en una peripecia, que pronto harán cundir el desánimo entre la tropa.
El Gobierno ordenó entonces, que dos columnas saliesen contra los sublevados y a unos 3 km de Huesca, se produce el encuentro con estos, que huyen en desbandada presos del pánico, ante el fuego de artillería de las fuerzas del gobierno, mientras Galán, sin saber qué hacer, permanece inmóvil sin dar ninguna orden y decide emprender también la huida.
Al poco reacciona y resuelve entregarse, siendo conducido al Gobierno Militar de Huesca, donde pocas horas después, es juzgado en Consejo de guerra sumarísimo que apenas dura 40 minutos, en el que asume toda la responsabilidad, solicitado sean absueltos los oficiales que le habían secundado, pero el Consejo dictó pena de muerte a Galán y García Hernández y cadena perpetua al resto.
El mismo día 14 de diciembre, pese a ser domingo y tradición de no ejecutar condenas de muerte, son fusilados en Huesca permitiéndose a Galán, dar la orden de fuego al pelotón de su ejecución.
La monarquía cometió el inmenso error de fusilar a Galán y García Hernández, disparate que influyó no poco en la caída del trono, pues causó gran conmoción en el país, despertando un fuerte sentimiento anti monárquico por toda su geografía, convirtiéndolos en “mártires de la causa republicana”, lo que precipitará la llegada de la Segunda República.
Galán y García Hernández, actualmente tienen un monumento en Huesca, en la Calle Fornillos, lugar donde se encontraba la tapia donde fueron fusilados, construido el 2012 con donaciones de personas que quisieron colaborar.
https://www.youtube.com/watch?v=KDfTS9yM9GU
Pensamientos ante un atentado.
Las noticias y las imagenes, que llegan de Kabul, han despertado en mi el recuerdos de otras imágenes, lejanas en tiempo, pero próximas en el sentimiento.
Cuando has visto de cerca un atentado, cuando has advertido la fragilidad de las vidas y la inutilidad de las muertes, algo cambia en lo más profundo de tu ser que hace, que desde ese momento y ya para siempre, nunca vuelvas a ser el mismo...
Hoy he visto la muerte reflejada,
en los ojos llorosos de quien no conocía,
me he sentido estrechado por sus brazos,
y he vivido su pena como mía.
Hoy he sufrido ante la muerte inútil,
viendo el dolor intenso que sentían,
y he notado que, mientras les hablaba,
todas mis frases me sonaban vacías.
Hoy he reflexionado, más si cabe,
sobre el vivir, el morir y el cada día,
y me he sentido pequeño y vulnerable,
al ver el tenue hilo que los liga.
¿No será acaso nuestro mañana el hoy,
y no habrá ya mañana al otro día?
¿No será que vivimos en un sueño,
en cuyo despertar la muerte anida?.
Hoy, tengo el alma desgarrada y rota,
por un dolor ajeno que ya es mío.
Hoy, la muerte ha pasado por mi lado,
con su halo de tristeza, miedo y frío...
J.M. Hidalgo
Reflexiones ante la sin razón.
domingo, 13 de diciembre de 2015
“El Caso Sofico”, uno de los grandes escándalos del franquismo.
Doce años antes, en 1962 , con un capital de 15 millones de pesetas, Eugenio Peydró constituía en Madrid "Sofico", cuyo objetivo principal era construir, vender y arrendar apartamentos en la Costa del Sol.
Poco más tarde, se creó “Sofico Inversiones” para captar dinero por el que pagaban intereses de un 12% que eran invertido en apartamentos ya construidos, los cuales se ponían a nombre del comprador, pero eran alquilados y administrados por Sofico.
La transacción se hacía sobre planos, cobrándose cantidades a cuenta y en ocasiones todo el precio, de forma que los futuros propietarios financiaban la construcción cuando aún no habían comenzado las obras y, con frecuencia, ni se había tan siquiera adquirido el solar, por lo que los apartamentos eran ficticios.
Llegó un momento, en que por este sistema no se reunía ni el dinero necesario para pagar los intereses prometidos a los inversores y Sofico tuvo que vender más apartamentos sin construir, para poder pagar la rentabilidad del 12%, lo que agravó el problema, hasta proporciones gigantescas.
La empresa, para aparentar solidez, se valió de personalidades de relieve político y social – generales, ex ministros y magistrados - para el consejo de administración del Grupo, que eran todos ellos “hombres de paja” cuya misión consistía solo en dar una imagen de solvencia.
No obstante, en 1974 el sistema no podo mantenerse y dejó de pagar la rentabilidad comprometida, por lo que se denunció el hecho y el proceso, con dos jueces especiales – uno penal y otro civil - se inició de inmediato, decretándose la prisión incondicional de sus dos máximos responsables, aunque pocos meses después fueron liberados.
En 1987 - trece años después de iniciado - tuvo lugar el juicio, quedando fuera de cualquier responsabilidad, todos los altos cargos del régimen franquista cuyo procesamiento no fue autorizado por el Tribunal Supremo.
Eugenio Peydró considerado el único responsable, fue condenado a nueve años de prisión y su hijo como cómplice, a dos años y cuatro meses y ambos al pago de unos 5.000 millones de pesetas de indemnizaciones, a los que, naturalmente, no pudieron hacer frente.
Sin embargo, ninguno de los dos condenados fue a la cárcel, pues recurrieron la sentencia, ni tampoco pagaron las indemnizaciones.
Una de las mayores estafas financieras del franquismo, quedó prácticamente impune y, en mayo de 1991, el Tribunal Supremo puso fin al caso, confirmando la sentencia de la Audiencia Nacional que declaró únicos responsables a Eugenio Peydró Salmerón, ya fallecido, y a su hijo.
Diecisiete años después de la suspensión de pagos del grupo del “caballito de mar”, se dio por terminado judicialmente el escándalo, el cual dejó una deuda de 8.200 millones de pesetas y a miles de personas engañadas y estafadas.
sábado, 12 de diciembre de 2015
El olvidado Ordoño II de León, "El rey guerrero”.
Tal día como hoy 12 de diciembre del 914, Ordoño II es aclamado en Santiago de Compostela soberano de León por nobles, obispos y abades reunidos en asamblea, siendo ungido y coronado.
Ordoño II de León fue un soberano enérgico y batallador, que combatió contra los musulmanes, y su reinado supuso el tránsito del reino de Asturias al de León, con sede regia en la ciudad de León.
A principios del año 914, Ordoño II heredó el reino, aunque existe un intervalo de varios meses con ausencia de actividad en la curia real leonesa, ya que al parecer Ordoño debió contraer una grave enfermedad de la que, sin embargo, debió recuperarse totalmente, pues a principios de diciembre fue aclamado rey en Santiago de Compostela.
Consolidada su posición y el apoyo de la nobleza, emprendió su primera expedición militar como rey en el verano del 915, contra Mérida y Badajoz, imponiéndoles tributo y regresando a sus tierras con gran botín y muchos cautivos, mandado a su regreso, erigir un nuevo templo catedralicio, para lo que donó su propio palacio, engrandecido con donaciones de tierras.
En el verano del año 916, dirigió una nueva expedición y saqueó las áreas suburbanas que habían quedado indemnes en la anterior campaña, por lo que la reacción andalusí no se hizo esperar y el emir, Abderramán III, ante sus continuos éxitos, reunió un inmenso ejército que incorporaba contingentes africanos y en septiembre de 917, llegó al Duero, donde de forma imprevista fue atacado por Ordoño II y sus tropas, causado – según las crónicas -”tantas bajas a sus enemigos que el número de sus cadáveres excedía del cómputo de los astros”, y entre ellos el comandante de los derrotados musulmanes, cuya cabeza mandó el rey colgar de las almenas de San Esteban de Gormaz, junto a la de un jabalí, animal impuro para los musulmanes.
Pero en julio del 918, salió de Córdoba un nuevo ejército de castigo, derrotando a navarros y leoneses coaligados en dos batallas consecutivas, y poco más tarde el emir cordobés proclamó la guerra santa y organizó la movilización general de su ejército, dirigiéndose a Toledo y Guadalajara, de aquí a Medinaceli, reconquistando también Osma y San Esteban de Gormaz.
En la subsiguiente batalla de Valdejunquera, librada el 26 de julio de 920, el emir cordobés derrotó nuevamente a las escasas huestes reunidas por leoneses y navarros, siendo todos los defensores degollados y antes de volver a Córdoba, ordenó arrasar las tierras cercanas.
A pesar de la derrota, el animoso Ordoño II, reunió un nuevo ejército en el 921 y se dispuso a combatir otra vez a los musulmanes, “internándose tanto en territorio andalusí que llegaron a una sola jornada de Córdoba”, lo cual es falso y probablemente el cronista, lo confundió con Toledo.
Ordoño II falleció tres años después por causas naturales a mediados de junio del año 924, en la ciudad de Zamora, cuando contaba 52 años y sus restos mortales fueron trasladados a León, siendo enterrados en la iglesia catedral que el mismo había mandado construir.
La Primera Crónica General relata así al monarca leonés: “Prudentísimo en la guerra, justo y muy misericordioso con los ciudadanos, piadosísimo y entrañable, fuera del usual modo humano, para los infelices y los pobres y famoso por su honestidad en todos los negocios concernientes al gobierno del reino”, y añade después que “labori nescius cedere “- no sabía descansar – pues temía que la pereza menguara su preocupación por los asuntos del reino.
Ordoño II – hoy casi un desconocido en nuestra historia – fue uno de los mejores reyes hispanos, con un gran sentido de estado, sintiéndose heredero de la España visigoda y aspirando a su restablecimiento, adquiriendo gran renombre en su época que le llevó a figurar en numerosos romances y cancioneros.
Ordoño II de León fue un soberano enérgico y batallador, que combatió contra los musulmanes, y su reinado supuso el tránsito del reino de Asturias al de León, con sede regia en la ciudad de León.
A principios del año 914, Ordoño II heredó el reino, aunque existe un intervalo de varios meses con ausencia de actividad en la curia real leonesa, ya que al parecer Ordoño debió contraer una grave enfermedad de la que, sin embargo, debió recuperarse totalmente, pues a principios de diciembre fue aclamado rey en Santiago de Compostela.
Consolidada su posición y el apoyo de la nobleza, emprendió su primera expedición militar como rey en el verano del 915, contra Mérida y Badajoz, imponiéndoles tributo y regresando a sus tierras con gran botín y muchos cautivos, mandado a su regreso, erigir un nuevo templo catedralicio, para lo que donó su propio palacio, engrandecido con donaciones de tierras.
En el verano del año 916, dirigió una nueva expedición y saqueó las áreas suburbanas que habían quedado indemnes en la anterior campaña, por lo que la reacción andalusí no se hizo esperar y el emir, Abderramán III, ante sus continuos éxitos, reunió un inmenso ejército que incorporaba contingentes africanos y en septiembre de 917, llegó al Duero, donde de forma imprevista fue atacado por Ordoño II y sus tropas, causado – según las crónicas -”tantas bajas a sus enemigos que el número de sus cadáveres excedía del cómputo de los astros”, y entre ellos el comandante de los derrotados musulmanes, cuya cabeza mandó el rey colgar de las almenas de San Esteban de Gormaz, junto a la de un jabalí, animal impuro para los musulmanes.
Pero en julio del 918, salió de Córdoba un nuevo ejército de castigo, derrotando a navarros y leoneses coaligados en dos batallas consecutivas, y poco más tarde el emir cordobés proclamó la guerra santa y organizó la movilización general de su ejército, dirigiéndose a Toledo y Guadalajara, de aquí a Medinaceli, reconquistando también Osma y San Esteban de Gormaz.
En la subsiguiente batalla de Valdejunquera, librada el 26 de julio de 920, el emir cordobés derrotó nuevamente a las escasas huestes reunidas por leoneses y navarros, siendo todos los defensores degollados y antes de volver a Córdoba, ordenó arrasar las tierras cercanas.
A pesar de la derrota, el animoso Ordoño II, reunió un nuevo ejército en el 921 y se dispuso a combatir otra vez a los musulmanes, “internándose tanto en territorio andalusí que llegaron a una sola jornada de Córdoba”, lo cual es falso y probablemente el cronista, lo confundió con Toledo.
Ordoño II falleció tres años después por causas naturales a mediados de junio del año 924, en la ciudad de Zamora, cuando contaba 52 años y sus restos mortales fueron trasladados a León, siendo enterrados en la iglesia catedral que el mismo había mandado construir.
La Primera Crónica General relata así al monarca leonés: “Prudentísimo en la guerra, justo y muy misericordioso con los ciudadanos, piadosísimo y entrañable, fuera del usual modo humano, para los infelices y los pobres y famoso por su honestidad en todos los negocios concernientes al gobierno del reino”, y añade después que “labori nescius cedere “- no sabía descansar – pues temía que la pereza menguara su preocupación por los asuntos del reino.
Ordoño II – hoy casi un desconocido en nuestra historia – fue uno de los mejores reyes hispanos, con un gran sentido de estado, sintiéndose heredero de la España visigoda y aspirando a su restablecimiento, adquiriendo gran renombre en su época que le llevó a figurar en numerosos romances y cancioneros.
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