jueves, 31 de diciembre de 2015

Miguel de Unamuno, un personaje controvertido.

Tal día como hoy 31 de diciembre de 1936 muere el filosofo y escritor Miguel de Unamuno.

Unamuno pertenecía a la llamada “generación del 98” y era natural de Bilbao, donde durante su  infancia asistió al asedio de su ciudad durante la Tercera Guerra Carlista, y esta experiencia  marcó su paso de la infancia a la adolescencia.

En 1880 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras y con diecinueve años, finaliza los estudios, doctorándose al año siguiente, con una tesis sobre la lengua vasca, en la que criticaba el origen y prehistoria de la raza vasca, con idea contraria a la que iba gestando el nacionalismo vasco, recién fundado por los hermanos Sabino y Luis Arana Goiri, que propugnaban una raza vasca “no contaminada por otras razas”.

Polemizó con Sabino Arana, que le consideraba como un vasco “españolista”, debido a que Unamuno pensaba que el vasco estaba próximo a desaparecer y que el bilingüismo no era posible; “El vascuence y el castellano son incompatibles, y si caben individuos no caben pueblos bilingües”

En 1900, con 36 años, fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca, cargo que ostentó tres veces  en su vida y al iniciarse la guerra civil, apoyó a los rebeldes haciendo un llamamiento a los intelectuales europeos para que lo hicieran, llamándoles “defensores de la civilización occidental”, lo cual provoca su destitución por la República y su reposición en el cargo por Franco.

Sin embargo, ante la dura represión de los rebeldes en Salamanca, su entusiasmo pronto se volvió desengaño, pues a finales de julio, sus amigos izquierdistas habían sido asesinados y aunque a primeros de octubre, visitó a Franco para suplicar inútilmente clemencia para otros amigos presos, todo fue inútil.

Unamuno se arrepintió públicamente de su apoyo a la sublevación y cuando el 12 de octubre de 1936, durante el acto de apertura del curso académico, se lanzó un furibundo ataque contra Cataluña y el País Vasco, calificándolos de “anti-España” y “cánceres de la nación”, Unamuno, indignado, recordó que el obispo era catalán de Barcelona, y que él nació en Bilbao y enseñaba la lengua española, que ellos no sabían.  

El general Millán-Astray -  fundador de la Legión  y presente en el acto - al parecer entonces gritó: “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!”, mientras el escritor José María Pemán, intentando  calmar los ánimos aclaró: “¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!”.

Unamuno, sin amedrentarse, continuó hablando: “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España. He dicho”.

El público arreció en insultos contra Unamuno y algunos oficiales empuñaron sus pistolas, pero Carmen Polo de Franco, le cogió del brazo y lo acompañó hasta su domicilio y ese mismo día la corporación municipal, en reunión secreta, lo expulsó y el 22 de octubre fue destituido por Franco.

Los últimos días de vida estuvo en arresto domiciliario, en un estado, de resignada desolación y soledad, muriendo repentinamente, el 31 de diciembre de 1936, durante una visita que le hizo el falangista Bartolomé Aragón, antiguo alumno, amigo y profesor auxiliar de la Facultad de Derecho.

A pesar de su virtual reclusión, en su funeral fue exaltado como un héroe falangista, lo que nos indica una vez más, que en la vida vale todo y que todo es mentira...

2 comentarios:

  1. Las guerras siempre las ganan las brutalidades: nunca las inteligencias. Las inteligencias, son prudentes las brutalidades, en su definición ya lo dejan bien claro como son.

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  2. Tu pensamiento Manuel es el que, casi cos esas palabras expresó Unamuno. Por desgracia, jamás nos veremos librss de ellas.

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