viernes, 25 de diciembre de 2015

El “Fuerte Navidad”, primer enclave español en América.

Tal día como hoy 25 de diciembre de 1492, la carabela "Santa María", encalla en un banco de arena, y con sus restos se construye el primer establecimiento español en América,  el “Fuerte Navidad”.

El Fuerte de Navidad, se levantó en las costas haitianas tras naufragar la noche anterior, al ser manejada por un inexperto grumete, lo cual aunque el principio Colón pensó era una conspiración, lo interpretó luego como “un hecho providencial” disponiendo la construcción del fuerte,.

El mes anterior, Martín Alonso Pinzón, sin su permiso, había partido con la Pinta para explorar por su cuenta, temiendo Colón que volviera hacia Castilla para apropiarse del descubrimiento y desde  esta perspectiva, el accidente de la Santa María significada una catástrofe, pues se quedaba con un solo barco, pero sin embargo pronto pensó en sacar réditos de la situación, al decir que “Dios le había mandado este anuncio en Nochebuena, porque quería que los españoles construyeran un fuerte y permanecieran en la isla”.

Ayudados por los indios antillanos, que encontró “indígenas bondadosos, pacíficos e inocentes,” rescataron los restos de la Santa María, aunque luego descubriría que no todos tenían igual talante, pero entonces la buena relación favoreció el trabajo.

Tras dejar a 39 hombres en el Fuerte Navidad, aprovisionados de pan, semillas y vino para un año, partió con la Niña rumbo a España y aunque apareció Pinzón con algo de oro y noticias de nuevas exploraciones, Colón cambió los nombres que el marino había propuesto a los lugares descubiertos, regresando para comunicar a los Reyes de España el resultado del viaje.

Un año después, la noche del 27 de noviembre Colón fondeaba con sus naves frente al fuerte, pero  como la oscuridad imposibilitaba ver, optaron por esperar al dí­a siguiente para acercarse y ya con la luz del dí­a, no vieron movimientos ni luces en tierra y pese a disparar las lombardas, no obtuvieron respuesta alguna, pudiendo observa en el agua dos cadáveres flotando, en avanzado estado de descomposición, que parecí­an de un joven y un adulto y poco después otros dos, uno de ellos barbudo, lo cual era indicio de que seguramente fueran españoles.

Al dí­a siguiente desembarcaron, encontrando el fuerte reducido a cenizas y todo desperdigado y roto sin que vieran  a ningún español ni vivo ni muerto, tras explorar toda  la zona.

Más tarde, llegó a las naves una canoa con indios, explicando que el cacique no podí­a ir a visitarle porque se encontraba herido, acudiendo Colón y encontrándolo en una camilla con una pierna vendada, según él, de una herida sufrida por defender el Fuerte Navidad, pero el médico de la expedición le examinó, sin observar ninguna herida, lo cual les hizo sospechar.

El cacique, contó que uno de los más poderosos caciques de la isla, celoso del poder de los invasores, se dirigió al fuerte destruyéndolo pese al apoyo prestado por él, que sufrió también la quema de su poblado, cosa falsa, pues vieron que estaba sin daños, disipándose las pocas dudas que pudiese tener sobre su real actuación.

Estos hechos fueron un duro golpe para Colón, ya que tení­a esperanzas de que aquellos 39 marineros dejados en el fuerte, hubiesen avanzado en la exploración de la zona y realizado importantes hallazgos, pero esto representaba un fracaso frente a los reyes.

Ante el peligro de que el cacique volviese a atacar, decidieron buscar un emplazamiento más seguro hacia el este, fundando allí, a finales de diciembre de 1493, la primera ciudad española en el Nuevo Mundo: “La Isabela”, nombrada así en honor de la reina Isabel “la católica”.



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