lunes, 7 de diciembre de 2015

El atentado contra Fernando "el Católico" en Barcelona

Tal día como hoy 7 de diciembre de 1492, el rey Fernando II de Aragón “El católico”, resulta herido en un atentado llevado a cabo en Barcelona.

Tras conquistar Granada, los reyes Fernando e Isabel, habían viajado acompañados de sus hijos a Barcelona para negociar con los embajadores de Carlos VIII de Francia, la devolución del Rosellón y la Cerdaña. 

El viernes 7 de diciembre, cuando el rey salió del Palacio Real de Barcelona, al descender las gradas hacia su caballo, se le acercó por la espalda, el “payés de remensa” Juan de Cañamares - cultivador de tierras ajenas adscrito a ellas de modo forzoso y hereditario - armado con un terciado - espada curva - con el que le asestó al rey un golpe de arriba a abajo, en la unión del cuello con el hombro, causando una herida de una cuarta de longitud y cuatro dedos de profundidad, la cual que no fue mortal por poco.

Los miembros de su séquito, se abalanzaron sobre el agresor con intención de matarlo, dejándolo malherido de tres cuchilladas, pero el rey les contuvo para poder averiguar si era una conspiración.

La herida, aunque sangraba mucho no pareció ser grave, rompiendo la clavícula y siendo curado, por los médicos, aunque el día 14 por la infección, el rey recayó, lo que hizo temer por su vida, no restableciéndose hasta finales de año.

En un primer momento, se barajó que el agresor fuera moro o que se tratase de una sublevación, lo cual llevó a la reina a ordenar a las galeras castellanas, que esperaban en el mar, que se acercaran a puerto para embarcar en ellas al heredero Juan y a las infantas.

Los rumores sobre la muerte del rey, provocaron desórdenes y la población armada,  tomó las calles clamando venganza contra el autor, hasta llegar al palacio, donde Fernando convaleciente, hubo de asomarse a la ventana para tranquilizar a la muchedumbre y evitar tumultos mayores.

Juan de Cañamares, fue curado de sus heridas e interrogado bajo tormento, confesando que “había actuado por inspiración del Espíritu Santo, que veinte años antes le había revelado que él era el verdadero rey y que cuando Fernando hubiera muerto, el propio Cañamares ocuparía el trono en su lugar”.

Lo cierto es que estuviese cuerdo o no, el payés que decidió matar a Fernando, lo preparó cuidadosamente, escogiendo un viernes, día de la semana que el monarca dedicaba a escuchar “las súplicas y lamentaciones de los pobres miserables” y se escondió en una iglesia contigua, de donde salió a las doce del mediodía cuando el rey hacía acto de presencia en las escaleras de palacio.

Fernando volvió a nacer, salvándose de casualidad, ya que la espada no tocó una vena vital por milimetros y convencido de su demencia el rey le perdonó pero el Consejo Real le condenó a muerte por el delito de lesa majestad: Sin que él supiese nada y antes de que Isabel mostrara también clemencia.

El día 12, el reo fue condenado al suplicio más cruel que se pueda imaginar: ser mutilado en vivo, lentamente, a la vista de la chusma, durante un macabro paseo por la ciudad de Barcelona, subido en un carro y descuartizado públicamente, para luego ser entregado al populacho, que apedreó y quemó su cuerpo y esparció sus cenizas,

“Le cortaron la mano derecha con que lo fizo e los pies conque vino a lo fazer, e sacaronle los ojos con quelo vido e el corazon con quelo penso”. (Crónica de la ejecución.)

http://www.rtve.es/alacarta/videos/isabel/isabel-antentado-fernando-catolico-barcelona/2627601/


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