Tal día como hoy 9 de febrero de 1934, asesinan en Madrid al estudiante y miembro de falange Matías Montero.
El asesinato de Matías Montero, estudiante de medicina, miembro de Falange Española y fundador del Sindicato Español Universitario -S.E.U.- suscitó numerosos ataques dialécticos de los periódicos de derechas, que deseaban contar con una organización terrorista a su servicio, lo cual creían encontrar en el movimiento falangista..
Montero, de veinte años, se encontraba en la calle Álvarez Mendizábal de Madrid dirigiéndose a su domicilio, tras haber estado vendiendo el periódico de su organización F.E., cuando se acercaron dos personas que le dispararon por la espalda, siendo uno de ellos detenido teniendo aún en su poder el arma homicida, resultando ser un pistolero militante de las Juventudes Socialistas.
Como primer miembro de Falange asesinado en un atentado, Montero se convirtió durante la dictadura franquista en el principal "mártir" de la organización y en uno de los más significativos junto con el luego fusilado José Antonio Primo de Rivera, que durante el juicio ejerció en su calidad de abogado, la acusación privada contra el asesino condenado por el crimen.
Desde el mismo momento de su muerte, fue elevado en símbolo y ejemplo, realizándose múltiples homenajes y, durante la guerra civil, por orden del Ministerio de Educación se declaró festivo en los centros docentes el 9 de febrero, denominándose el "Día del Estudiante Caído" e incluyendo así a Montero en el martirologio del bando nacional, más allá de la propia Falange, siendo incluido en el calendario escolar franquista.
La fecha, se convirtió en una de las principales de reivindicación de la propia Falange durante la dictadura y siguió celebrándose después de la muerte del dictador, durante cierto tiempo aunque con mucha menor relevancia.
En su día, José Antonio intentando desvincularse de los intereses de los partidos de la derecha, envió una nota a la Prensa que decía:
"Falange Española aceptará y presentará siempre combate en el terreno en que le convenga, no en el terreno que convenga a los adversarios. Entre los adversarios hay que incluir a los que, fingiendo acucioso afecto, la apremian para que tome las iniciativas que a ellos les parecen mejores. Por otra parte, Falange Española no se parece en nada a una organización de delincuentes, ni piensa copiar los métodos de tales organizaciones, por muchos estímulos oficiosos que reciba.”
El fusilamiento del fundador y la total vinculación del partido con la dictadura, dejó relegada solo a palabras, la idea que pretendió transmitir en este comunicado.
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