domingo, 19 de febrero de 2017

Nicolás Copérnico, el padre de la astronomía moderna

Tal día como hoy 19 de febrero de 1473, nace en Frombork – Polonia - Nicolás Copérnico, al que se debe la astronomía moderna y la concepción actual del universo.

Copérnico fue un astrónomo del Renacimiento que formuló la “teoría heliocéntrica” del Sistema Solar, según  la cual y en contra de lo que hasta entonces se creía, no era la tierra el centro de universo sino el sol, lo cual en aquella época resultó difícil de ser aceptado ya que suponía una auténtica revolución.

Era matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, diplomático y economista y en realidad la astronomía figuraba en su vida como poco más que una distracción.

Los ejes de su pensamiento establecían que los movimientos celestes son uniformes, eternos, y circulares; que alrededor del Sol, se encuentran Mercurio, Venus, la Tierra y la Luna, Marte, Júpiter, Saturno, -los planetas entonces conocidos - que las estrellas no orbitan alrededor del Sol, como se pensaba  y que la distancia de la Tierra al Sol es pequeña, comparada con la distancia a las estrellas.

Copérnico no publicó su obra maestra, “Sobre las revoluciones de las esferas celestes”, escrita a lo largo de unos veinticinco años, en la que defendía estas teorías, hasta después de su muerte en 1543, y aunque contó con el beneplácito de las autoridades eclesiásticas, sin embargo sus libros serían prohibidos por la Iglesia Católica, años después de su muerte, situándo en 1616 los trabajos de Copérnico en su lista de libros prohibidos como heréticos..

Su pensamiento representaba para la ideología religiosa medieval, la sustitución de un cosmos  jerarquizado, con el hombre como centro, por un universo homogéneo e indeterminado, situado alrededor del Sol, teoría esta que le hizo dudar sobre publicar la obra, siendo consciente de que aquello le podía acarrear problemas con la Iglesia, motivo por el que no alcanzó a verla publicada.

La importancia de la obra de Copérnico es ser revolucionaria, pues en ella la naturaleza va perdiendo su carácter teológico, el hombre ya no es el centro total del universo, sino que se convierte en el único ser racional de este.

Está considerado como el precursor de la astronomía moderna, aportando las bases que permitieron a Newton culminar la revolución astronómica, al pasar de un universo geocéntrico – centrado en la tierra - a un cosmos heliocéntrico y cambiando de forma definitiva la visión del universo, que había prevalecido hasta entonces.

Falleció el 24 de mayo de 1543  pero su tumba se perdió hasta que en  el 2005, arqueólogos polacos afirmaron haber hallado sus restos en la catedral de Frombork, lo cual se comprobó analizando su cráneo y comparando su ADN con un pelo suyo encontrado en uno de sus manuscritos.

El 2010 recibió un segundo funeral y sus restos fueron enterrados en el mismo lugar, con una lápida de granito negro que lo identifica como el fundador de la teoría heliocéntrica, llevando esta lápida la representación de su modelo de sistema solar, un sol dorado rodeado por seis de los planetas, que eran los conocidos en su época.

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